En donde Olivia llega a un lugar totalmente desconocido para ella tratando de buscar respuestas a su paso. No imaginaba toda la verdad detrás de donde estaban ella y sus amigos.
La verdadera prueba aún no comenzaba. ¿Podría enfrentarse a todas las...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lo único que se escuchaban eran unos pasos que emitía una jovencita de cabello rubio, estos resonaban en un eco solitario que reverberaba contra las paredes de metal. Los focos del techo proyectaban una luz blanca y fría, creando sombras nítidas a su alrededor. El sonido de sus zapatillas contra el suelo pulido rompía la quietud de aquel lugar, acentuando una sensación de aislamiento.
El pasillo estaba pareciendo interminable, tal vez era por la presión que sentía sobre sus hombro, tenía miedo, miedo de ser descubierta.
A cada paso, el eco persistía, envolviéndola en una sinfonía de repeticiones que la acompañaban.
La luminosidad artificial contrastaba con el silencio opresivo, haciendo que cada detalle se destacara con una claridad inquietante.
La joven de cabello rubio sentía el peso de la incertidumbre apretándole el pecho mientras se acercaba a la puerta al final del corredor.
Finalmente había llegado a la entrada de una sala. Tomó aire, y con un movimiento decidido, empujó la pesada puerta de metal. Al entrar, una luz tenue la envolvió de inmediato. El cambio fue abrupto, el resplandor del pasillo había quedado atrás.
Cerró la puerta detrás de ella, el eco de su acción resonando. El silencio ahí era diferente, más denso y expectante.
Una mano cayó sobre su hombro, ella dio media vuelta y entonces se encontró con unos cálidos ojos marrones. Al confirmar que era él, ella envolvió al muchacho que era mucho más alto, se aferró a él aún sintiendo su corazón latir con preocupación.
—Lo hice. —murmuró sintiendo que temblaba en su abrazo. —Les di la información que necesitaban.
Ambos se separaron del abrazo tras lo que había mencionado ella, el chico de cabello castaño le sonrió.
—Bien hecho Olivia. —le acarició su cabello. —Esta es nuestra oportunidad.
La mencionada asintió pero entonces se vio obligada a preguntarle algo.
—¿Ella lo sabe?
Ante la pregunta de la rubia el chico negó suavemente.
—Aún no. Pero le diré.
—Tommy... ¿Estás seguro?
—Sí. Le diré. Estoy seguro que al igual que nosotros Teresa busca lo mismo.
La rubia demostró una cara de inconformidad ante ello pero no tuvo más remedio que medio asentir.
