대양 18: Buenas nuevas 대양

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Tres días después, cuando Jisung estaba intentando acostumbrarse a dormir solo de nuevo, fue que se despertó de sopetón al escuchar varios pasos corriendo por la casa y algunas voces.

Se levantó de la cama, sin importarle llevar los pies descalzos, y salió al pasillo, encontrándoselo todo hecho un desastre.

Miyuri cargaba con varias toallas al hombro y cubos de agua por el pasillo, Jia corría por todos lados intentando tranquilizar a los niños y con las ropas de dormir totalmente revueltas y algo manchadas.

Gritos y un llanto salían de a habitación de Yunah, y enseguida pudo comprender que estaba ocurriendo, por lo que corrió con rapidez hacia allí y asomo la cabeza.

-¡Jisung!- grito enseguida su madre.

La escena no le sorprendía, ya que había presenciado aquello varias veces. Yunah estaba estirada en la cama de matrimonio que compartía con su hermano y tenía las piernas abiertas. No dejaba de llorar y gritar con dolor, agarrándose a las sabanas.

Su madre estaba asomada entre las piernas de Yunah, y Jihye estaban corriendo por toda la habitación, haciendo varias tareas al mismo tiempo.

-Ven aquí, vamos.- ordeno su hermana, dándole un trapo y una cubeta de agua.

Enseguida, Jisung se sentó al lado de Yunah y le paso el trapo por la frente perlada de sudor y las mejillas. Ese era el trabajo que siempre le asignaban cuando había un parto en casa.

Miyuri entro junto a Jia y ambas cerraron la puerta, cargando más mantas y toallas. Los gritos de Yunah retumbaban por toda la habitación, al mismo tiempo que las sabanas se manchaban de sangre.

-Ya he hecho esto una vez, ¿¡porque sigue siendo igual de doloroso!?- se quejó la mujer, llorando.

-¡No dejes de empujar!- le ordeno su madre, con voz preocupada.- Ya se le ve la cabeza, en dos empujones está fuera.

-Lo estás haciendo genial.- le apremio Jisung, tratando de ser de utilidad, pero ciertamente estaba a punto de vomitar.

Nuevamente, más gritos, toallas, lágrimas, y algunas órdenes. Pasaron más de diez minutos y la cosa no avanzaba, la desesperación de Yunah se transmitía al resto, al igual que los nervios de la señora Han.

-Yunah...- llamo la mujer más mayor, tratando de que su voz sonada dulce y amable.- Ya has hecho esto, y eres fuerte. Pero tienes que empujar o si no te desangraras.

-Lo sé...- se lamentó la otra mujer.

Yunah tomo varias respiraciones, se acomodó en la cama y soltó la mano de Jisung, agarrándose a las sabanas.

Algunos segundos después y con un silencio sepulcral, volvieron a darse los gritos de dolor, pero esta vez se pudo escuchar un segundo llanto a los pocos minutos.

El corazón de Jisung se detuvo y enseguida levanto la cabeza, volviendo a tomarle la mano a Yunah, quien estaba centrada ahora en el pequeño bulto que su suegra sostenía.

-En un niño...- anuncio Miyuri, dejándose caer en una de las sillas de la habitación.

Yunah enseguida sostuvo al nuevo miembro de la familia, que no dejaba de llorar estridentemente.

-Han Jinah.- murmuro Yunah con alegría.

Jisung alargo la mano hasta agarrar uno de los cubos vacíos de agua y comenzó a vomitar.

Dos bandos // MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora