대양 4: Cena familiar 대양

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El Iryoil era un bar que estaba situado más o menos en el centro del barrio, pero tenía tal aspecto por fuerza que parecía que se caería a trozos. Era la viva imagen de un bar para piratas, a pesar de que la familia que lo llevaba tenía cierto renombre.

Una vez entrabas dentro, Jisung se fijó que las tablas del suelo eran de una madera oscura y desgastada, ya que posiblemente tenían más años que toda la familia Lee junta. Los muebles eran antiguos, pero sus formas extrañas y decorados extravagantes hacían que el lugar no diera tanto asco.

Pero lo peor de todo, era el chico que estaba parado a un lado de la barra. Podría tranquilamente darle un lametón al suelo antes que tener que cruzar palabras con Lee Minho, de nuevo.

- Buenas noches.- anuncio el señor Lee, con un traje bastante formal. Todos estaban muy arreglados para ser piratas, inclusive los padres de Jisung.- Sean bienvenidos.

- Es todo un regocijo que nos hayan invitado a su casalicio.- comento el padre de Jisung, serio como un cosaco.

Vio a Minho hacer una mueca, y le entendió. El señor Han tenía una manera de hablar muy de la mar, era un viejo serio y anticuado que estaba arraigado a su pasado y sus tradiciones.

Tomaron asiento finalmente en una mesa cuadrada. A un lado estaban los padres de Lee y al otro, los Han. Y por cosas de la vida, les había tocado sentarse a ambos de frente. Jisung no protesto, pero apretó su mano en un puño bajo la mesa.

La comida era una cosa sencilla y del gusto de todos, pero la pareja de adultos estaban más ocupados de hablar cosas sobre negocios y familia que de comer, por lo que Jisung se mantuvo callado, escuchando y sin probar bocado.

Minho, sentado frente a él, hacía lo mismo, pero con la diferencia de que tenía la mirada clavada en Jisung. El castaño, agotado de sentir un par de ojos perforarle la frente, se giró a mirar a Minho y este le devolvió una mirada seria. El maldito era muy apuesto.

- Jisung.- el llamado de su padre saco a ambos de su batalla de miradas. Los cuatro progenitores se veían serios.- Minho. ¿Quieren que se celebre la unión?

Ambos contestaron de inmediato.- No.

Los cuatro progenitores parecieron esperar aquello, y no era de extrañar, ya que las dos familias tenían maneras diferentes de celebrar una boda. 

Mientras que la familia Lee era más moderna y prefería las celebraciones cristianas en la iglesia, la familia Han siempre celebrara sus uniones como dictaba la tradición pirata.

- Hemos llegado a varios acuerdos.- pronuncio esta vez el padre de Minho, con una sonrisa un poco más amable.- Se firmarán los documentos mañana mismo, y Minho sé irá a vivir de inmediato con los Han.

Ambos abrieron sus ojos con sorpresa, pero Minho fue el único que quiso protestar.- ¿Qué? Pero...

- Eso no te quita de las obligaciones con el negocio familiar y las tradiciones que tenemos, y estas también recaerán sobre Jisung. Ambos estaréis obligados a cumplir con ambos negocios por separado, pero habréis de celebrar todo lo que se os pida con ambas familias. 

- Y también hemos decidido...- comenzó de nuevo el señor Han, y antes de que hablara, Jisung ya sabia lo que iba a decir.- ... que se llevara a cabo la noche de pareja pirata como marca la tradición de nuestra familia.

Jisung sintió que se le hundía el pecho con dolor. Sabía que, de alguna u otra manera, aquello pasaría, pero tenía cierta esperanza al ser la familia de Minho con ideas más abiertas.

No protesto, ya que no lo tenía permitido. Todos sus hermanos habían pasado por aquello, y él no era uno menos. Clavo su mirada en la mesa y asintió.

- Podéis excusaros.- anuncio la madre de Jisung, y este fue el primero en levantarse de la mesa, no sin antes despedirse.

Jisung camino hasta las puertas del Iryoil y salió lo más pronto que sus piernas se lo permitieron, con Minho pisándole los talones. Cuando el aire fresco hubo tocado su rostro, se relajó un poco, pero tuvo que lidiar con la presencia de su prometido.

¿Cómo se supone que le iba a explicar a Minho su extraña tradición familiar? En algunas horas, ambos tendrán que... Le dio un escalofrío por todo el cuerpo.

- ¿Qué es esa tradición y porque parece que te vaya a dar una erupción?- cuestiono Minho, curioso pero con un toque de seriedad. La gente normal no sabía ni entendía de las tradiciones piratas.

Suspiro.- Después de la celebración del matrimonio, la tradición pirata marca que la pareja debe tener una... noche de bodas.

- Pero eso no es diferente a la tradición de la iglesia.- murmuro Minho.

Jisung dudo, pero finalmente se giró hacia el contrario y hablo.- Las familias piratas creen que esa "intimidad" debe ser compartida con aquellos que te dieron la vida.

Minho frunció el ceño, sin entender nada, hasta que al final pudo comprender a qué se refería Jisung con "intimidad compartida". Jisung casi se ríe de lo colorada que se tornó su cara.

Se pasó una mano por el cabello, también algo abochornado. Reino el silencio por algunos segundos.

- ¿Eso... siempre es así? ¿En todas las familias piratas?- pregunto Minho, con un hilo de voz producto de la vergüenza.

- Sí.- asintió, cansado.- Pero no es como lo estás pensado. Es tradición, es serio, y significa confianza en la familia, pero... es extraño e incómodo. Las consecuencias de no hacerlo es peor que hacerlo y pasar vergüenza.

- E-Entiendo...- murmuro Minho.- Tu padre da miedo.

Jisung soltó una risa, y le dio la razón.- Lo da.

- ¿Entonces los piratas también tenéis que llegar vírgenes al matrimonio?- comenzó Minho con un interrogatorio. Ambos tomaron asiento en las escaleras de la entrada.- ¿Como en la iglesia?

- No, qué va.- negó Jisung, con una mueca al escuchar aquello. Le gustaba el hecho de que Minho no supiera apenas nada de las tradiciones de su propia ciudad.- En un principio, los piratas no se casan. Pero eso cambio con los años, cuando algunos comenzaron a seguir los pasos de la sociedad mundana. Crear una familia y esas cosas.

- Ya.- asintió Minho, dándole pie a continuar.

- Casarse antes era algo extraño para un pirata. Si es que tenía hijos, seguramente sería por error, al tener sexo con alguna pueblerina en un puerto o con alguna puta a la que pagara.- explico, y pudo la mueca de asco en el rostro contrario.- Subir a una mujer a un barco es como un delito. Aunque eso ha cambiado un poco con los años, sigue siendo raro ver mujeres piratas.

- ¿Y entonces tus padres...?

- Mi padre siguió los pasos del suyo.- explico, encogiéndose de hombros.- De la tripulación de mi abuelo, hubo varios hombres que tuvieron hijos con mujeres de esta ciudad. Una de esas hijas fue mi madre, y la casaron con mi padre al tener sangre pirata.

Minho suspiro, y se estiró en el suelo, apoyando su cabeza entre sus manos. Jisung simplemente se quedó sentado.

- Todo esto es una mierda.

Jisung coincidía.



















대양

Dos bandos // MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora