Traición |Izatake × Mitake|

Prólogo

Desperté de mi frenesí.

Mi mente se oscureció por un momento.

¿Qué habría pasado si hubiera hecho aún que sea una cosa diferente?

¿Seguiría siendo el mismo Takemichi?

De haber tenido la oportunidad, ¿lograría salir de este mundo?

El fuerte olor a pólvora entró por mis fosas nasales, detestaba y me reconforta el peculiar olor, el cuerpo que yacía a mis pies no lograba causarme más que desagrado.

-Bien hecho hijo. - la grave voz de mi padre logro sacarme de mis pensamientos. -Ve a asearte, es un asco. - soltó desinteresado y saliendo del lugar.

Al bajar la mirada, me encontré con mi camisa cubierta de sangre, mi rostro y manos estaban en las mismas condiciones.

-¿Qué quiere que hagamos señor? - pregunto mi hombre de confianza.

Me deshice de mi camisa y me encamine al baño. En este, abrí el grifo y dejé que esta se empapara, el agua cristalina rápidamente tomó un color rojizo y con la misma camisa limpie mi rostro, cuello y manos.

-No quiero pruebas. - aventé la camisa al suelo.

-Si señor. - salió de inmediato cumpliendo su orden.

¿En que momento había perdido el rumbo?

Me recargué en el lava manos y me di el tiempo de observarme.

Mi cabello alborotado caía por mi frente, pronunciadas ojeras delataban las noches que había pasado en vela, mi piel se veía más pálida qué de costumbre. Sin embargo, algo llamo mi atención, el brillo que caracterizaba mis ojos había desaparecido, sin vida, igual a un cascarón vacío.

Observe el tatuaje que adornaba mi cuello, la tinta que yacía en mi piel era la promesa rota de un "Para siempre".

Note como mi mandíbula se tenso al instante y como si la tinta quemara mi piel, aquel sentimiento que creía muerto, regresó con más intensidad.

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Cuando fui consciente de nuevo, sostenía en alto mi arma y pequeños cristales yacian en el lavamanos y mayormente el suelo, ligeros cortes se hicieron presentes en mis manos y rostro.

Mis hombres entraron de inmediato al escuchar las detonaciones, exaltados comenzaron a buscar en mis alrededores para ver de quién se trataba.

-Idiotas. -

Salí del baño junto con el resto de mis hombres, donde uno de ellos me entregó una sudadera y una gorra de color negro.

-Su padre espera en el auto. - mencionó Takeomi.

Asentí, me puse las prendas y les permití escoltarme.

Me subí en completo silencio y como una violenta ola de mar, mi mente comenzó a recordar el pasado.

Crecí bajo la mentira de que mi padre había fallecido a los pocos meses de mi nacimiento, dejando a mi madre con la completa responsabilidad de un niño.