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𝓓𝓮𝓳𝓪𝓻 𝓿𝓸𝓵𝓪𝓻 𝓵𝓸𝓼 𝓹𝓮𝓷𝓼𝓪𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼 ∞
𝘈𝘤𝘵𝘶𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥

Un sol resplandeciente sale a relucir por la ventana de mi habitación.
Me levanto como de costumbre, me coloco el hiyab y me preparo un té.
Veo en la cocina a Amadou comiendo unas tostadas, se me hace raro convivir con un hombre que no sea mi pareja.
-Hola Amadou, ¿ Como amaneciste? - Le pregunto con una sonrisa en los labios.
-Bien, muchas gracias por todo lo que estás haciendo por mí, Jasmine. Eres muy buena mujer - Me dice.
Me siento alagada con sus palabras, "buena mujer" si el supiera de todos mis pecados no creo que me siguiera considerándome como una buena mujer.
Saca una fotografía de su bolsillo y me enseña con mucho orgullo a una niña preciosa , de piel azabache como él y unos ojos negros más bellos del mundo, profundos y serenos.
-Esta es Awa, mi pequeña habibati - Me dice.
-Amadou, estoy completamente segura de que un día la vas a encontrar, solo ten fé y confía en Allah - Le digo dándole ánimos y le pongo una mano en el hombro dándole una suave y reconfortante caricia.
Me sonríe con una sonrisa débil y apagada, como de resignación y acto seguido se va a darse una ducha.
Hoy será su primer día de trabajo en donde yo trabajaba antes, conocerá hoy el a Karim ya que serán compañeros de trabajo, la verdad no me preocupa eso, ya que nunca le conté a Amadou acerca de mi pasado y no creo que le interese mucho.
Hoy es mi día libre, y tengo que mantenerme distraída con algo para evitar pensar en Omar.
No sé porque hoy es uno de esos días donde las emociones están a flor de piel y me siento más inspirada y motivada que nunca.
Cojo un bolígrafo y un cuaderno y me pongo a escribir un poema dejando volar mi imaginación mientras observo el mapa de África.
Pienso en los leones, en el desierto, en los camellos, en las gacelas, en la gastronomía, en esos ojos negros como las olas del mar, esos ojos egipcios que quedaron flechados en mi corazón de por vida, los ojos de Omar.
Un suspiro sale de mis delicados labios.

"En cada rincón de mi mente, tu imagen vive,
Recuerdo tus caricias, el amor que me cautiva.
Tu experiencia puede ser poca, pero tu pasión es fuerte,
Cada momento contigo, una lección que me advierte.
En la distancia, entre las olas del mar,
Mi corazón anhela, mi mente viaja sin cesar.
Mi Senegalés, con piel de ébano, alma dorada,
En la lejanía, su recuerdo como una balada.
En las tierras de África, sus raíces arraigadas,
Historias ancestrales, en sus venas entrelazadas.
La migración lo llevó lejos, a tierras desconocidas,
Pero su espíritu sigue en casa, en las noches encendidas.
Su fe islámica, una guía en la oscuridad,
La luz de la esperanza, en cada oración, su verdad.
En el abrazo del destino, nuestros caminos se cruzaron,
Negro y blanco, continentes distantes, en un lazo eterno entrelazados.
Tu corazón de ébano, el mío de alabastro, juntos formamos un lienzo,
Un amor sin fronteras.
En tus ojos negros, veo la historia de África, la fuerza de mil leones,
En mi mirada de miel, descubres la pasión de los mares, el eco de mil canciones.
Nuestro amor es un puente que une dos tierras lejanas,
Uniendo nuestras diferencias, encontramos armonía en cada mañana.
En tus tradiciones encuentro maravilla, en mis raíces, hallas asombro.
No importa la distancia, ni las barreras impuestas por la sociedad,
Nuestro amor desafía el tiempo, trasciende la geografía, es nuestra realidad"
Empiezan a bajar por mi cara un par de lágrimas que atrapo con mis manos.
Miro por la ventana y ya empieza a oscurecer, el tiempo se me fue volando
De seguro Amadou estará de camino, aún no llegó y empiezo a extrañarlo.
Estaba acostumbrada a vivir sola y ahora no sé me siento rara en su compañía pero la verdad me agrada.
Me parece una excelente persona y deseo de todo corazón que pronto pueda reunirse con su pequeña Awa.
Me conmueve mucho su historia y la verdad le estoy cogiendo mucho cariño, empiezo a verlo como a un hermano a quien cuidar y proteger.
Amadou saca mi instinto protector.
Sigo con la libreta y el bolígrafo escribiendo otro poema a la vez que lo recito en voz alta.

"En el vaivén del tiempo, dos almas se encuentran,
tus ojos negros como las rocas del mar, profundos y serenos,
contienen la historia de un continente, la esencia de la tierra madre,
mientras mis ojos claros buscan en ellos un hogar, un refugio eterno.
Tu piel, oscura y vibrante como el ébano, lleva consigo la fuerza del sol africano,
mientras la mía, pálida y suave, se entrelaza con la tuya en un abrazo humano.
Bajo el manto del cielo estrellado,
tu mirada, negra como la noche,
brilla como el oro de un sueño dorado,
guiando mi alma hacia tu derroche.
Emigrante de tierras lejanas,
trajiste contigo historias sin final,
tu corazón es mi tierra, mis ganas,
juntos construimos un destino real.
Emigrante valiente, dueño de horizontes,
caminas entre culturas, sin perder tu esencia,
tu fuerza es el puente entre continentes,
y en tus manos, encuentro mi pertenencia.
Tus ojos, negros como la roca de mar,
reflejan el viaje de mil caminos,
cada destello cuenta una historia sin par,
de luchas, de sueños, de nuevos destinos
En cada beso, siento la fuerza de tus raíces,
como la roca firme que enfrenta al oleaje,
tus abrazos son refugio en las noches más frías,
y tus palabras, melodía que calma mi viaje.
Eres mi estrella de medianoche en la oscuridad,
guiándome con tu luz, en este camino incierto,
y en cada sueño dorado, en cada despertar,
sé que a tu lado, mi amor, es siempre cierto"
-Que bonito - Dice de pronto Amadou con lágrimas en los ojos.
No me había dado cuenta de su presencia ni escuché el sonido de la puerta cuando llegó, estaba tan concentrada en mi poema que no presté atención a nada más.
-Me asustaste, no me dí cuenta de que estabas aquí - Le respondo.
-Es precioso tu poema, me hace llorar mucho. Un poema tan hermoso como ese seguro que va dedicado a alguien verdad - Me dice de repente Amadou y yo me quedo sin palabras sin saber muy bien que responderle.
-En mí puedes confiar, yo tengo mucha confianza contigo, tú eres muy buena persona, ¿Estás enamorada de un africano verdad? -Me dice Amadou .
Entonces una lágrima empieza a bajar por mi rostro y él me la seca con su mano y aparta un mechón de pelo de mi cara.
Le sonrió resignada y mi mirada de miel se queda observando sus ojos negros como aceituna.
Le hablo de Omar, de mis anteriores fracasos amorosos, le abro mi corazón por completo y también le menciono el trío que hice con Omar y Karim.
-No importa tu pasado, tú eres una mujer de diez y ese tipo no es digno de ser un musulman de verdad y el no te merece. Tu vales mucho Jasmine.-
Me dice Amadou mientras me dá un beso en la frente.

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