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𝓠𝓾𝓮 𝓮𝓼 𝓱𝓪𝓻𝓪𝓶 𝔂 𝓺𝓾𝓮 𝓮𝓼 𝓱𝓪𝓵𝓪𝓵 ∞
𝘔𝘦𝘴𝘦𝘴 𝘢𝘯𝘵𝘦𝘴

Llueve, algo demasiado extraño para estar en la temporada más alta de verano.
Timbro en el piso de Omar, esperando a que me abra, y nada.
Lo llamo y móvil apagado.
Estaba a punto de marcharme cuando tropiezo con un chico de tez oscura que carga una bolsa de compra.
Apenas me mira, me abre la puerta de entrada y subimos las escaleras juntos en un incómodo silencio.
Para romper el hielo intento sacarle conversación.
-Creo que vamos al mismo sitio -Mis labios dicen de repente sin pensar.
-Sí, al piso de Omar, 4°C -Me dice con una sonrisa y en ese momento sus ojos aceituna se encuentran con los míos color miel.
Me quedo en silencio sin saber bien que decir, sabe quién soy y a donde voy.
Seguro que Omar le habló de mí.
Debo dejar de emparanoiarme.
Abre la puerta del piso con la llave y deja la bolsa de la compra en la cocina, mientras yo me dirijo a la habitación de Omar, habitación que es testigo de mis encuentros íntimos con Omar y de nuestros orgasmos.
Allí lo encuentro con el torso desnudo acostado en la cama mirando la pantalla de su teléfono móvil, nada más verme llegar deja el móvil apoyado en su mesita y me besa apasionadamente.
Mis manos rodean su cuello, y el me aprieta hacia su cuerpo dejando que nuestros sexos se rocen.
Me sube un poco el vestido y acaricia mis nalgas preso de la excitación.
Lo acuesto en la cama y me desnudo mientras le desabrocho el pantalón hasta dejarlo completamente como dios lo trajo al mundo.
Introduzco su miembro erecto en mi boca y empiezo a succionar, y a lamer la punta, Omar acerca más mi cabeza hacia su miembro con su mano hasta que quede totalmente rozando mi garganta y empieza a penetrarme.
Acto seguido, me acuesta a cuatro patas y empieza a embestir su miembro dentro de mi intimidad mientras me azota las nalgas y me tira del pelo.
Estamos a punto de llegar al orgasmo cuando suena en su móvil el llamado a la oración.
Es su hora de rezar pero sigue penetrándome igual.
A mí el sonido de su móvil me empieza a cortar un poco el rollo, y empiezo a sentirme un poco incómoda pensando en donde me estoy metiendo, por veces se me olvida que es musulman.
Me da mucho miedo su religión, me da mucho miedo que me obligue a convertirme o que me imponga llevar un burka.
A veces tengo ganas de salir corriendo solo de imaginarlo.
Se viene dentro mía y me dá un beso en la frente mientras se dirige al cuarto de baño.
-Me voy a duchar porque tengo que rezar - Me dice.
Lo espero sentada en su cama mientras observo mi móvil, y de ahí a cinco minutos entra en la habitación a coger el Corán y lo veo vestido con una abaya, es la primera vez que lo veo vestido con su ropa de rezar y se me hace demasiado raro.
Coge su libro y se va de la habitación.
Me pongo una camiseta larga y mi tanga rojo de encaje, y me dirijo hacia la cocina a por un vaso de agua, olvidándome por completo de que él no vive solo.
Mientras lleno el vaso con el agua de la botella, entra en la cocina el muchacho de piel oscura con el que subí las escaleras unas horas antes.
Abre la nevera para coger un yogurt y sus ojos no paran de observar mi cuerpo, intimidandome.
Me siento observada, no para de desnudarme con la mirada.
Sus ojos negros azabache observan con atención cada milímetro de mi cuerpo, mientras se relambe sus gruesos labios.
Se me pone la piel de gallina y empiezo a excitarme con forma en la que me mira.
Sus ojos se posan en mi pecho, y en mis pezones duros que a pesar de llevar puesta una camiseta se transparentan, y es como si no llevara nada.
Sigue bajando la mirada hacia mi tanga rojo de encaje que es demasiado pequeño y transparente y siempre queda el labio vaginal por fuera.
Mis mejillas empiezan a arder y me suben los colores.
Miro hacia la puerta que está cerrada y de nuevo lo miro a él, bajo la mirada al suelo y observo sus pies descalzos.
Alzo un poco la vista hacia su bañador y veo un grande bulto queriendo sobresalir.
Lleva puesto un bañador azul demasiado apretado al cuerpo, y se empieza a notar su erección.
Le miro directamente a sus ojos azabache y el se acerca a mí un poco más de la cuenta, sin dejar un milímetro de espacio entre nuestros cuerpos.
Mi respiración se vuelve entrecortada, y emito un suave jadeo sin darme cuenta.
El nota lo excitada que estoy.
Doy un paso hacia delante y me sujeta el brazo acercando nuestros cuerpos aún más.
Su miembro roza mi vagina, a pesar del bañador y de mi ropa interior nuestros sexos se rozan y empiezo a humedecerme.
Siento que mi vagina empieza a lubricarse, doy un paso hacia atrás y aparto su mano de mi brazo dirigiéndome hacia la puerta despacio.
Empieza a oler mi perfume de jazmín en mi cuello, abro el pomo de la puerta y sus ojos negros azabache se dirigen hacia mis grandes nalgas.
Entro en la habitación de Omar, y me acuesto en la cama, me quito la camiseta y mi ropa interior y me quedo tal y como me dejó Omar antes de irse.
La puerta de la habitación se abre y es Omar, entra y se acerca hacia mí.
Lo miro directamente a los ojos y le suplico que me haga suya, que lo deseo con todas mis fuerzas.
Sus gruesos y largos dedos empiezan a tocar mi cálida y húmeda vagina entrando y saliendo.
En ese momento tocan la puerta de la habitación y Omar sale rápidamente hacia fuera.
Me cubro con una sábana y veo por la puerta entreabierta a Omar en el pasillo hablando con el chico de antes.
Están hablando en árabe y no tengo ni idea de lo que dicen, pero tengo miedo.
Un escalofrío recorre mi piel de porcelana.
De pronto entran los dos en la habitación y yo sigo cubierta con la sábana.
No entiendo absolutamente nada.
Omar se acerca a mí y me dice que su amigo quiere acostarse conmigo.
Me niego absolutamente.
Observo a los dos, el amigo de Omar está de pie junto hacia la ventana, sin camiseta solo con el calzoncillo puesto mirándome detenidamente.
Omar está sentando en la cama, a mi lado convenciéndome de que me acueste con su amigo.
No entiendo porque quiere que haga eso.
Omar aparta la sábana de mi cuerpo y acaricia mis pechos, llevándoselos a la boca.
No puedo evitar jadear, estoy demasiado excitada, pero sigo con mi negativa de tener sexo con un extraño.
Omar se levanta, coge mi mano ayudándome a ponerme en pie y me empuja hacia la ventana, choco con el amigo de Omar, y mi cuerpo se queda pegado al de él por un segundo.
Miro directamente hacia Omar que está a mi lado y le dijo que no voy hacer eso.
-Acuéstate con mi amigo. Mi amigo desea tener relaciones contigo - Me dice Omar de repente.
Mientras sigo la vista puesta en Omar negándome a su petición siento las manos de su amigo apretándome los pezones.
Omar se da la vuelta y lo detengo con la mano dándole la espalda a su amigo.
-Omar, no pienso acostarme con tu amigo , solo quiero hacerlo contigo - Le digo mirándolo directamente a sus ojos negros como las rocas del mar.
Siento que su amigo está mirando mi espalda y su amigo acaricia el tatuaje que tengo en mi cadera.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, y el solo hecho de sentirme deseada por su amigo me excita cada vez más.
Acerco mi culo hacia el miembro de su amigo, y mis nalgas se abren acercándose y apretando a su erecto y grueso miembro a pesar de que el está en calzoncillos.
Sigo con la vista clavada en Omar, mientras siento las manos de su amigo acariciando mis nalgas.
-Por favor Omar hazme tuya , te lo suplico - Le digo mirándolo directamente a sus ojos azabache.
-Ven - dice Omar y me coge del brazo y me acuesta en su cama, colocando mis piernas encima de sus hombros, abriéndome solo para él, y me penetra salvajemente ante la mirada de su amigo.
Su amigo empieza a tocarse observándonos y eso me excita aún más.
Cuando llegamos al orgasmo, sale de mi interior y me deja con ganas de más.
Se levanta y se dirige hacia su amigo, le da una palmada en el hombro y le pide que continúe.
Su amigo se pone encima mía y yo busco con la mirada a Omar que asiente con la cabeza.
Su amigo introduce su miembro erecto dentro de mi vagina y yo suelto un grito de placer.
Es demasiado largo, mucho más que el de Omar pero se adapta bien en mi interior.
Me penetra duramente mientras me besa en la boca.
Besa muy rico, y nuestras lenguas se rozan.
Acaricio su espalda como solía hacer siempre con Omar, cierro los ojos y me dejo llevar.
Vuelvo abrir los ojos y me fijo en la cadena que lleva en el cuello, es parecida a la de Omar.
Esto es una completa locura, estoy teniendo sexo con un desconocido, algo que nunca en mi vida había hecho.
No sé ni el nombre de ese chico que me está cabalgando ahora mismo.
Vacía su líquido en mi interior.
Busco a Omar con la mirada y le hago un gesto con la mano de que se acerque.
Omar se acerca a mí y me besa en la frente.
Quiero volver a sentir a Omar dentro mía y le pido que vuelva a hacerme suya.
Omar se acuesta en la cama y yo me coloco sentada encima de su miembro.
Cojo su miembro con mi mano y lo introduzco dentro de mi vagina.
El miembro de Omar entra y sale cada vez más intenso dentro de mí.
El amigo de Omar se acerca a mí, escupe su mano y empieza a tocarse, después abre mis nalgas mientras introduce su miembro erecto dentro de mi ano.
Los dos me penetran salvajemente, y me gusta.
Es la primera vez que hago un trío, nunca en mi vida había hecho uno.
Es verdaderamente excitante sentir una doble penetración, dos miembros de distintas personas dentro de mí.
Llegamos al orgasmo y el amigo de Omar salpica su semen sobre mis nalgas mientras me dá un buen azote en ellas.


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