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𝓤𝓷 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓸 𝓪𝓶𝓪𝓷𝓮𝓬𝓮𝓻. 𝓤𝓷𝓪 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓪 𝓬𝓻𝓮𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓻𝓮𝓵𝓲𝓰𝓲𝓸𝓼𝓪. ∞

Tantas veces he escuchado hablar del islam, y lo poco que he conocido fue a través de esos ojos aceituna que me enamoraron pero que tanto daño me hicieron.
Aun recuerdo las veces que cuando terminábamos de hacer el amor, se iba a duchar y le sonaba el móvil una alarma con la llamada al rezo.
Una melodía que al escucharla me estremecía la piel sin saber porque.
Quiero borrar todos esos recuerdos de mi mente porque me lastiman.
Mi familia siempre fue demasiado islamofobica, y siempre me advirtieron cuando empecé a salir con Omar que tuviese cuidado en donde me estaba metiendo.
Que el islam era una secta, que eran terroristas y que la mujer estaba oprimida y no tenía ni voz ni voto.
Hasta me dijeron que leyese el libro de "un burka por amor" .
Yo al principio sí sentí un poco de miedo pero Omar me gustaba de verdad y no quería llenarme de prejuicios.
Aún recuerdo las veces que por intentar entender a este hombre leía las surahs del Corán porque pensaba que así podría conocerlo mejor a través de su religión.
O cuando hablé con Aisha, una mujer musulmana a través de una red social para pedirle que me explique un poco del islam.
Lo único que supo decirme es que la mujer es un gran pilar en la religión, que cuando nace le abre las puertas del paraíso a su padre, cuando se casa completa la mitad de la fé de su esposo y cuando es madre el paraíso está bajo sus piés.
Verdaderamente me emocionó su forma de explicarme su religión pero no me convenció del todo ya que ella se hizo musulmana por amor, porque se enamoró de un marroquí siendo ella venezolana. Hasta llegó a cambiar su nombre, antes de llamarse Aisha creo que se llamaba Maya.
Después de esa chica conocí a través de Facebook a un chico que también se convertiò al islam, su nombre es Noé, y vive en Portugal, es profesor de filosofía.
Me llamó mucho la atención que alguien con estudios pueda ser musulman porque pensaba que los musulmanes eran personas que no sabían leer ni escribir, pero me di cuenta de que en verdad no tenía ni idea de lo increíble que es la religión.
Noé fué increíble conmigo y me mandó en PDF el libro del Corán traducido a español, además me explicó muy bien la poligamía en el islam, que era porque en los tiempos de antes habían guerras donde morían más hombres que mujeres, y las que quedaban viudas las exclavizaban hasta que apareció el islam donde aconsejó que un hombre puede casarse con cuatro mujeres y darles a todas los mismos derechos.
Y por si fuera poco su explicación me envió otro libro en PDF en donde explica cómo es verdaderamente la mujer en Oriente, que es tratada como una reina.
Yo quiero ser una de ellas, quiero ser tratada como una reina.
Mi corazón se va abriendo poco a poco al islam y cada vez aparecen en mi camino personas musulmanas convertidas al islam.
Jamil es el imán de la mezquita que está a una cuadra de donde vivo.
Conseguí ir a una mezquita y pronuncié la shahada, el testimonio de fé y ahora soy una musulmana.
No sé si lo haré bien, tengo que rezar cinco veces al día.
Mañana empieza el Ramadán y yo no sé nada del islam pero debo ayunar por Allah y hacer las cosas bien.
Creo que no me voy a arrepentir nunca de la decisión que estoy tomando, esto es lo que quiero en mi vida y siento que me va a cambiar la vida por completo.
Me pongo el hiyab por primera vez, es hermoso, grisáceo.
Me siento como una princesa sacada de un cuento de hadas, y dicen que eso es opresión a la mujer, donde ellos llaman opresión yo lo llamo libertad, porque es romper las normas de una sociedad.
Empiezo a creer que verdaderamente las que están oprimidas son las mujeres occidentales, al vestirse provocativas, para complacer a los hombres, están en un mundo donde todo es sexualizado, en cambio yo estoy descubriendo un mundo nuevo.
Siento por primera vez en mi vida con un hiyab puesto que no lo estoy haciendo por agradar a nadie, si no por complacer a un Dios. A Allah.
Quiero empezar una nueva vida, porque es como si volviese a nacer de nuevo, como si todo mi pasado y todo lo vivido quedase atrás.
Como volví a nacer quiero tener un nombre árabe pero no sé me ocurre ninguno ahora mismo.
Observo a mi alrededor, hasta que mis ojos color miel se quedan clavados en las velas aromáticas de jazmín que están encima de la mesita.
Me pierdo en esa fragancia.
Ya lo tengo.
Mi nuevo nombre quiero que sea ese, Jazmín, en árabe Jasmine.


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