Esperanzas

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Taehyung caminó hasta las caballerizas y tal como le había pedido a uno de sus empleados, encontró a su Yegua Milly ensillada lista para salir a montar. Subió al caballo y emprendió un trote suave por la pradera que rodeaba su propiedad, sentía el aire golpear su rostro y sonreía, no había una sensación que le gratificara más, aumentó el tranco azuzando a Milly y comenzó a galopar. Era un jinete experimentado, a su haber tenía una vitrina llena de trofeos que había ido ganando desde que era niño en las competencias de salto. Iba a una buena velocidad por el galope constante cuando vió ante sí a un hombre corriendo que se le cruzaba. Con desesperación desvió su curso y bruscamente frenó al caballo. Se bajó de inmediato y tirando de las riendas se fue acercando al sujeto que se le acababa de cruzar, el tipo tenía una pequeña oveja en sus brazos.

-¡¡QUE DIABLOS CREES QUE HACES!!- Gritó con rabia al tipo, quien estaba muy agitado producto de la carrera que había dado.

- Oh discúlpame, no quise entorpecer tu paso- El muchacho lo miraba aterrorizado

-¡Eres un idiota!, pude haberte matado si te paso por encima-

- Es que se arrancó mi oveja, y se metió en tu predio-

- Fue muy arriesgado lo que hiciste-

- Nuevamente me disculpo, no pensé que causaría problemas, soy Jeon Jungkook, uno de los nuevos dueños de la granja vecina-

- ¿ustedes compraron las tierras de los Chong?-

- Exactamente-

- Hola soy Kim Taehyung- el muchacho estiró su mano para saludar al recién llegado.

Tae se sorprendió con el aspecto del muchacho, si bien iba vestido acorde a las condiciones del trabajo en el campo, no tenía mucha pinta de granjero. Sus manos se veían demasiado cuidadas y su modales mostraban un inusual refinamiento.

- El doctor Wang me habló de ustedes, me dijo que su granja es un ejemplo-

- Son años de trabajo de mi padre-

- me encantaría conocerlo, vinimos a este lugar arrancando de la ciudad, mi padre no podía seguir al ritmo que vivía allá, estamos recién aprendiendo a conocer el campo-

- Le diré a papá, pueden venir cuando quieran, el los recibirá gustoso, si quieres me das tu teléfono para que se comunique con ustedes-

- Si claro-

Los muchachos intercambiaron sus números y conversaron brevemente del clima de la región.

- Bien debo irme, debo de terminar de revisar el cercado de mi propiedad, espero que hayas entendido que no debes cruzarte en el camino de un caballo-

- Tenlo por seguro, ha sido un placer-

- Adiós-

Taehyung subió a su Yegua y se alejó volviendo a cabalgar, la imagen del muchacho se quedó en su mente, le había llamado la atención, tenía algo que lo hizo sentir muy bien. Luego de su cabalgata iría a casa de su padre a contarle que había conocido a uno de los nuevos vecinos.

Taehyung era el hijo menor del matrimonio Kim, desde que nació se mostró inquieto y curioso,  muy pequeño mostró su gusto por los equinos, una de las formas que utilizaba su padre para hacerlo dormir cuando era bebé, era pasear con él arriba de su caballo. Su madre vivía con miedo a que sufriera un accidente, en mas de una ocasión cuando era muy pequeño lo sorprendieron intentando subir a escondidas a las cercas de los corrales de  los animales y era común que lo encontraran encaramado arriba de un árbol.

De los tres hermanos, siempre fue el más llevado a sus ideas, cuando se le ponía algo en su mente, no paraba hasta que conseguía lo que quería. Fue el primero en abandonar el hogar familiar, un día cualquiera fue donde sus padres y les dijo que quería vivir solo, extrañado su padre le preguntó si había algún problema con alguien de la familia y el solo dijo, "quiero ser capaz de llevar mi hogar sin ayuda de nadie" Frente a eso Baeckyung le regaló un pedazo de tierra para que no se alejara tanto y Tae construyó él mismo su casa, al poco tiempo inició su negocio de los caballos el que le había traído grandes beneficios económicos. Pero lo que más le apasionaba era competir en los torneos de salto, donde se sentía que él y su caballo eran uno solo. Su afición lo había llevado a formar una pequeña academia  y viajar por distintos lugares del mundo. En uno de esos viajes había conocido a su primer amor, un muchacho británico que también participaba en la competencia en París donde habían coincidido. Sin quererlo terminaron todos los días del itinerario compartiendo la experiencia, juraron mantener la relación a distancia pero la diferencia horaria y lo distinto de ambas vidas hicieron que la relación no prosperara. Finalmente había decidido vivir sin pareja y en celibato para poder dedicarse por entero a sus caballos.

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