Vínculos De Sangre

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El despertar de Atsushi fue abrupto, con su corazón aún latiendo frenéticamente por el sueño que lo dejó inquieto. Se sentó en la cama, pasando una mano por su rostro mientras intentaba despejar su mente de las imágenes que lo habían atormentado durante la noche. La sensación de los labios de Akutagawa sobre los suyos, el calor de sus cuerpos entrelazados, todo parecía tan real en su sueño, pero también tan prohibido. Con un suspiro, Atsushi se obligó a dejar de lado esos pensamientos y se levantó de la cama, dispuesto a enfrentar el día y la misión que les esperaba. Sin embargo, al mirar hacia abajo, se dio cuenta de un problema incómodo en su entrepierna, causado por el sueño vívido que aún resonaba en su mente.

Después de solucionar ese inconveniente con rapidez y cierta vergüenza, Atsushi se dirigió hacia la agencia, encontrándose con el equiporeunido y listo para partir en la misión.
Sin embargo, su entusiasmo se vio empañado cuando Chuuya llegó en lugar de Akutagawa, llevando consigo una actitud arrogante y despectiva hacia él.

Los tres agentes estaban en el auto, Kunikida conducía y Dazai era copiloto mientras en la parte de atrás del auto iban Chuuya y Atsushi.

—¿Dónde está Akutagawa?—Preguntó Atsushi, tratando de ocultar su decepción tras una máscara de neutralidad.

Chuuya lo miró con desdén, cruzando
los brazos sobre su pecho.

—No es asunto tuyo, tigre y deja de jugar con Akutagawa.

Las palabras de Chuuya resonaron en el aire, cargadas de acusaciones y desconfianza hacia Atsushi. Sin embargo, el joven no estaba dispuesto a dejar que sus palabras lo
intimidaran.

—No estoy aquí para jugar con nadie, Chuuya-san. Solo quiero hacer mi trabajo y cumplir con la misión — respondió Atsushi con firmeza, enfrentando la mirada desafiante del
pelirrojo.

Chuuya frunció el ceño, claramente
insatisfecho con la respuesta de
Atsushi.

—No me importa lo que digas, tigre. Si Akutagawa no está aquí, es mejor así.No necesito que lo confundas más... Y sobre todo en una misión.

Atsushi apretó los puños, sintiendo la frustración burbujeando dentro de él. No podía permitir que Chuuya lo menospreciara de esa manera, especialmente cuando se trataba de sus sentimientos hacia Akutagawa.

—Lo siento, Chuuya-san, pero no puedo permitir que hables así de lo que siento por Akutagawa. —declaró Atsushi, su voz resonando con determinación y convicción.

Chuuya lo miró con incredulidad, sorprendido por la firmeza de las palabras de Atsushi.

—Entonces que es lo que quieres con Akutagawa, porque lo besas sin darle explicaciones si eso no es confundir no se como se llame esa acción. —Chuuya saco todo lo que tenia, era obvio que estaba preocupado por el pálido a quien tanto cuidaba.

Desde que le habían roto el corazón y sobre todo que el encargado de eso fuera el mentor del Atsushi no confiaba en el tigre.

—¡No confío en ti! — Exclamó furioso Chuuya más cerca del rostro de Atsushi logrando que el auto en donde iban se elevará metros del suelo.

Todos se sujetaron, Kunikida tomó más fuerte el volante tratado de mantener firme el auto, Atsushi sacó sus garras para clavarlas en el asiento y Dazai hacia lo mismo pero con sus manos.

La ira de Chuuya incrementaba más y más hasta que Dazai decidió poder fin a ese asunto.

—¡Ya basta Chuuya! — Dijo Dazai llegando con su mano hasta la parte de atrás donde se encontraba Chuuya para inhabilitar el poder del pelirrojo.

—¡NO ME TOQUES, BASTARDO! — Gritó furioso Chuuya quitando con fuerza la mano de Dazai.

—¡Lo vuelves a tocar y te vuelo la cabeza! —Amenazó furioso Kunikida recostando el asiento del auto para apuntar con un arma Chuuya.

Calmaré tus pesadillas (Shin Soukoku) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora