Capitulo VI

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Actualidad

Antonella

Nostalgia.

¿Qué mejor palabra para describir aquello que sientes al volver a los lugares que solías frecuentar en tu infancia?

Ahora, lo que antes no era más que la realidad del día a día, es un extraño lugar sumido en el desconocimiento.

Siento que mi pequeña yo, la pequeña Nella, no es la misma que soy ahora, como si fuese una conciencia externa que vino a apoderarse de su pequeño cuerpecito.

En un momento determinado, que no puedo recordar con exactitud, dejé de ser una niña curiosa, imprudente, juguetona y ávida por conocer el mundo para convertirme en una chica prudente, sensata, madura y demasiado calculadora.

Pasé de ser una Margot para convertirme en una Marcela.

No es que me moleste la idea, después de todo, mi mucama es una de las personas y mujeres que más admiro en este mundo, pero extraño la sinceridad de mis palabras y sobre todo la fuerza de mis emociones.

A lo mejor acercarme al árbol de Zamara después de once años me ayude a recordar quién era yo.

El trayecto hacia Moreville, mi querida y hermosa villa, transcurre en silencio, aunque posteriormente, Marcela y Amber quieren llevarme a donde nací, la antigua casa donde vivieron mis padres, la casa donde mi madre falleció, en Moretown.

Faltan tres días para mi cumpleaños, dieciséis de enero, donde cumpliré los diecinueve años.

Normalmente los cumpleaños son días de fiesta, de celebración, pero no en mi caso, dentro de tres días, hace diecinueve años, en una tranquila y pacífica noche murió mi madre.

La gente dice que la asesinaron, pero nadie quiere arrojar luz sobre su desaparición.

Soy quien tiene la misión de descubrir quién fue la persona que no solo arrancó la vida del cuerpo de mi madre, sino la vida de mi mismo cuerpo.

Aun así, una pequeña parte de mí, una diminuta parte de conciencia, es egoísta, es duro ver que el día en el que cumples años nunca será un día de festejos, más bien un velorio, todos los años.

Aunque lo he tenido todo, jamás he tenido un regalo, una tarta o incluso una felicitación de cumpleaños, todas esas tradiciones infantiles siempre fueron reemplazadas por un pésame y un "mis condolencias".

El viaje en el coche pasa tranquilo y silencioso, yo navego en una mar de dudas y teorías, intentando no ahogarme, mientras que mi mucama, Marcela, está leyendo un libro grueso de tapa roja y Amber está contemplando el paisaje.

_¿Cómo te sientes, Nella? -pregunta Amber dirigiendo su mirada hacia mí.

_Agotada, ¿falta mucho para llegar? -contesto a modo de pregunta mirando a Marcela, es obvio que la interrogante está dirigida para ella.

Marcela alza su vista del libro y me observa, luego mira a Amber, para simplemente seguir en su lectura, ignorándome completamente.

_Nella, tienes que ser comprensiva, el lugar a donde nos dirigimos es una biblia de recuerdos y buenas memorias, es difícil volver a un lugar donde tuviste todo y, simplemente, no tener nada -comenta Amber.

El árbol sagrado de los deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora