Capitulo 10

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—Que me gustas—. Confesó, completamente perdido en la profundidad de los ojos verdes azulados de Lando, quien le miraba con diversión. Oscar se percató de lo que acababa de decir, poniéndose rojo de inmediato. —Y-yo... quiero d-decir... s-sí, eh... m-me gustas... u-un poquito...

El rizado rió.

—¿Sólo un poquito—. Preguntó haciendo un adorable puchero, que hizo tambalear la expresión de Oscar. "Joder, es demasiado adorable... ¿Estará mal que me lo quiera follar ahora mismo?", pensó mordiéndose el labio inferior. —Porque tú a mi me gustas mucho, Osc.

El mas alto sale de su ensoñación, mirando sorprendido a Lando.

—¿E-en serio?—. Lando asiente, convencido. Oscar ríe, pero, entonces, recuerda algo y su sonrisa se borra. —Pero... ¿Te gusto yo o... mi polla?

La expresión del rizado pasa de ser sonriente a avergonzada en menos de cinco segundos. Sus mejillas se ponen rojas por completo, el color llegando a sus orejas también.

—Anoche dijiste que estabas enamorado de mi "gran amigo"—. Relata Oscar, haciendo comillas con sus dedos. Lando abre sus ojos desmesuradamente.

—¡¿Yo dije eso?!—. Exclama, completamente abrumado.

—¿No te acuerdas?—. Inquiere el menor, frunciendo el ceño.

—¡Claramente no!—. Grita Lando, cubriéndose la cara con las manos.

—P-pero... te acuerdas de lo que pasó... entre nosotros...

—Bueno, no es algo que se pueda olvidar con facilidad, ¿sabes?, ¡follé en la cocina con el chico que he estado persiguiendo desde hace tres semanas!, ¿cómo pretendes que me olvide de eso?

El rizado se veía bastante alterado, haciendo preocupar a Oscar.

—N-no debes sentirte mal, Lan. No es la primera vez que me dices algo así. —Intenta consolarle, haciéndole sentir peor.

—Ah, mierda...—. Lando suspira pesadamente. Se levanta del regazo de Oscar y se deja caer a su lado en la cama. —Ya entiendo por qué crees que mis sentimientos no son reales sino que van dirigidos a tu pene...

—Y-yo no dije eso...

—Lo insinuaste.— Le acusa, señalándolo acusadoramente. Oscar no responde y Lando suspira, nuevamente. —Yo también tengo un problema...

—Filia—. Interrumpe el australiano.

—¿Eh?

—Tú no tienes un problema. Tienes una filia—. Le hace saber el mas alto —No estoy seguro de cómo se llama, pero la tienes. No puedes hacerlo con hombres que tengan el miembro pequeño porque no sentirás placer... porque te gustan los miembros grandes.

Lando quiso decir algo... pero, ¿qué podría decir?, era verdad, pero que se lo dijeran tan directamente le causaba vergüenza. Le hacía quedar como un goloso y cosas peores.

—N-no creo que sea algo malo-. Murmura Piastri, jugando con sus dedos.—Yo tengo varias.

—Pero tú eres un sátiro.

—No es necesario que me lo recuerdes.— Oscar rueda los ojos.

—A ver, ¿y cuáles son las tuyas?—. Inquiere Lando, poniéndose cómodo. Oscar lo mira estupefacto.

—¿En serio quieres hablar de mis filas?, podríamos tardarnos toda la mañana. —Le hace saber, alzando las cejas.

—Te diré sus nombres pero no lo que significan—. Le advierte, el rizado bufa.

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⏰ Última actualización: May 16 ⏰

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