MAS VICTIMAS

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Ese cambio en el santo que custodiaba la casa que antecede a la suya, no pasó desapercibida para el intuitivo piscis, haciendo memoria acuario había dado un vuelco a su carácter, antes más desenvuelto y sociable, ahora era prácticamente imposible sonsacarle palabra. Pero lo que más llamo su atención era ese repele que tenía cada que algún camarada intentaba tocarle.

Una sospecha se instaló en el décimo custodio y debía comprobar su teoría, solo esperaba que solo fueran paranoias suyas y no lo que le aterraba pensar.

Fue en estas circunstancias que abordo al aguador cuando este debió pasar por su templo cuando descendía del templo principal.

Camus, buen día_ el aludido solo le dirigió una mirada y apenas una leve inclinación de cabeza, no obstante, Aphodite no iba a desistir_ podemos hablar un momento.

Llevo prisa_ apretó el paso para salir lo más rápido posible de templo de piscis, lo único que deseaba era alejarse de todos, encerrarse en su templo y no ver a nadie.

Se lo que te paso _esos cinco vocablos paralizaron al aguador quien por fin se giró para posar su azulina mirada en el regente de la doceava casa, Camus tenso la mandíbula dispuesto a negar lo que sea que el otro creyera saber.

¿De qué hablas? _ negaría cualquier argumento que el otro le mencionara, solo que no espero la respuesta final de Aphodite.

Va o volver a suceder, no estás seguro _el aguador intento mantener bajo control su respiración que amenazaba en volverse errática, el temblor en sus manos era indicio que la situación estaba por sobrepasarle _no eres el único que está pasando por esto, sígueme.

Camus aun renuente a hacerlo siguió a Aphodite al interior del templo, a pesar que podía mantener bajo control sus emociones, el recuerdo de esa noche le seguía y si el santo de piscis sabía quién era el culpable, no desistiría hasta acabar con la vida de ese infeliz, aunque le cueste su rango.

Aphodite había tomado las medidas necesarias para que no sean interrumpidos por nadie, precedió al menor hasta un pequeño salón que tenía una espléndida vista hacia el rosal del santo, en otras circunstancias Camus hubiere apreciado la belleza y sofisticación del lugar, pero en estos momentos sus sentidos se centraban solo en escuchar al santo y descubrir la identidad de su agresor.

No se iría con rodeos, si su compañero había llegado tan lejos con sus suposiciones el esperaba que tuviera las respuestas que requería. Aphrodite noto la ansiedad del menor así que procedió con referirle lo que el sabia del asunto, a medida que narraba la expresión en el rostro de Camus iba cambiando de sorpresa a molestia, de indignación a rabia, pero lo que más le sorprendió eran los detalles y que hasta ese momento habían sido atacados ya tres santos de su rango todos con una misma característica.

Quien, aparte del patriarca y diosa sabe de tu condición de doncel_ pregunto el anfitrión, a la vez que se llevaba la taza de té a sus labios, necesitaba calmar sus nervios también.

¿Eso que tiene que ver? _ inquirió con dureza.

Hasta el momento solo los donceles hemos sido atacados_ ante el silencio del menor decidió proseguir_ Al igual que tu yo tampoco recuerdo nada de la noche en que fui atacado. Camus cuando te dije que va a volver a pasar es porque fui víctima otras dos veces más, al igual que otros compañeros nuestros. Y por lo que puedo ver no te ha atacado otra vez, pero eso no significa que no suceda, yo en un inicio creí que era un caso aislado, pero luego de la segunda vez y con el trauma que tenía.

Tú estabas comprometido con Cáncer sino me equivoco, acaso el _ una duda se instaló en su ser al imaginar lo que sucedió con la pareja oficial del mayor.

Él no me creyó, pensó que yo lo había engañado y para no hacer un escándalo donde quede como el peor traidor rompió el compromiso. Supongo que debo agradecerle que no me expusiera al escarnio público –noto la angustia del aguador, él estaba próximo a formalizar con el escorpión _ escucha no tiene por qué ser lo mismo contigo, por eso debemos de tomar ciertas medidas para capturar al infeliz.

Tengo miedo, sé que no debería, pero temo la reacción de Milo, ahora más, ustedes dos tenían una relación muy sólida _ en referencia al santo de cáncer.

Y eso que, en los sentimientos no se manda, si Milo te ama podrá superar esto, pero tendrías que decirle lo que paso para que tengas no solo un aliado sino quien te cuide.

He tratado de olvidar ese maldito día, como quieres que se lo diga a Milo.

Aphodite entendía bien el sentir de Camus, el no tuvo a quien decirle lo que le paso y cuando al fin lo hizo su novio lo dejo, sin embargo eso no fue motivo para que el ataque cesara porque a pesar de tomar medidas en su propio recinto el que perpetro el ataque volvió, no fue hasta que vio la triste y angustiada mirada de otro camarada , uno de los menores , quien le hizo sospechar que también estuviera pasando por lo mismo, tras ganarse su precaria confianza consiguió que le refiriera lo que él ya sabía, por qué era lo mismo por lo que él también había pasado.

Ten, necesitas calmarte_ le ofreció otra taza de té relajante_ mejor _ el menor asintió.


Me dijiste que no era el único, aparte de ti y de mí, quien más ha sido violentado.

Lo sabrás en breve, ya que no tardan en llegar.

Camus no estaba del todo seguro de querer enfrentar a nadie más, le fue difícil tratar ese tema con Aphrodite, pero de ahí a confrontar a alguien más, era algo para lo que aún no estaba preparado, una idea fugaz cruzo por su mente, salir de ahí de inmediato, huir para no tener que enfrentar la realidad que lo atormentaba, sin embargo, haciendo acopio de fuerza se obligó a permanecer ahí.

Aphodite sabía que esto era sumamente difícil para el santo de hielo, ya lo había comprobado con el otro menor y por supuesto que Camus tampoco se lo había puesto fácil, pero ya una parte se había conseguido, que el menor confiara en él, claro que era apenas una mínima parte, necesitaba tener al aguador tranquilo y relajado para cuando sus otros dos camaradas ingresarán, por ello le tendió otra taza de té, que el menor acepto por inercia.

El anfitrión no dijo nada, sabía que Camus estaba manteniendo bajo control sus emociones, evitaría hacer algún comentario innecesario. El aguador no se dio cuenta, pero se había bebido el contenido de la taza de un solo sorbo, dejando esta sobre la mesa, al mismo tiempo por el ingreso al templo accedía dos personas, identifico a la primera por la inconfundible cabellera lila y tras de esta se revelaba una cabellera dorada como el sol.

Los otros afectados eran Mu de Aries y Shaka de Virgo.

LA FUERZA DE TU AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora