LA ROSA DESHOJADA

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Los dos santos que acababan de arribar a la doceava casa, en silencio ingresaron dando un breve saludo a su guardián quien les indico la mesa en donde ya estaba dispuesto el servicio del té con dos tazas más. Camus se incorporó para al igual que Aphrodite saludar a los recién llegados, quienes correspondieron la atención sin efusividad dado que el asunto que los había llevado hasta ese recinto no era algo que se celebrara.

Los primeros minutos fueron de tensión, nadie profería palabra alguna en lo que el regente del templo serbia las tazas y las colocaba en el lugar de cada camarada.

el santo de acuario empezó a analizar la situación, primero ya sabía por boca del propio Aphrodite que este había sido víctima ya del abuso, trayendo por consecuencia que el compromiso que este mantenía con el dorado de cáncer se cancelara definitivamente y remontándose a poco más de un mes atrás, que el otro caballero ahí presente también había roto su compromiso.

Para algunos santos la cancelación d ese compromiso era algo que se daría tarde o temprano, había varios caballeros tras el menor de los Aries, pero este había optado por el santo de la segunda casa, su más entrañable amigo, quien guardaba sentimientos por el lemuriano, a ojos de Camus esa relación era tan sólida como la de piscis y cáncer y precisamente estas dos se habían frustrado de la noche a la mañana.

Sin embargo, ahora comprendía lo que le menciono Aphrodite, que los que habían sido atacados tenían algo en común, eran donceles, condición que se revelo hacia poco de su regreso a la vida, aunque no todos estaban enterados de las identidades de quienes eran donceles, Ahora, el semidiós, era por mucho uno de los más poderosos de la orden, le sorprendía más que fuera doncel ya que todo parecía indicar que no lo era, ahora quedaba con más dudas que al inicio, sin obviar el hecho de que Shaka era doncel.

No, no soy doncel Camus _el semidiós interrumpió las cavilaciones del aguador, sorprendiendo a este.

Espera, si no eres doncel, entonces por qué te ataco a ti.

Eso es algo que se escapa de nuestro entendimiento o nuestras conjeturas _objeto el pisciano_ cuando se revelaron nuestras condiciones, se hicieron de forma privada, de modo que solo lo sabíamos nosotros de manera individual, el patriarca y la diosa, más nadie. O al menos eso creíamos.

Al no saber quiénes eran los donceles en la orden solo quedaba esperar que se revelaran cuando se comprometieran, lo que sucedió con Aphodite y Mu, pero no sabíamos quiénes más poseían esa condición y mientras no supiéramos están en peligro. Lo siento Camus, de haberlo sabido hubiera buscado la manera de advertirte, pero tenía mis dudas de si el doncel eras tú o Milo, y te lo digo porque cuando me entere de la ruptura de Aphrodite y luego la de Mu, empecé a sospechar algo, así que decidí vigilarlos y confrontarlos. Para cuando me entere por boca de ellos por lo que habían pasado, fue que puse más atención en ustedes dos, pero cuando me decidí a hablar contigo, fui atacado, pero logre de alguna forma escapar –el sexto custodio hizo una pausa, en lo que le daba otro sorbo a su te, para continuar con su relato _no me cabe duda que el objetivo no era yo, pero me atrevería a afirmar que represente y represento aun, un obstáculo para el extraño que nos está atacando. Estábamos por informar de estos ataques a su Ilustrísima, ya que tanto Aphrodite como Mu han sido vulnerados más de una vez y yo había logrado escapar a duras penas, pero luego Aphrodite me advirtió del cambio tan radical que mostraste a solo unos días de que fui atacado. De ahí ya no nos quedó duda de que eras otro doncel y que ya habías caído víctima del que está abusando de los caballeros dorados.

Camus, sé que es difícil para ti, te encendemos por que también estamos pasando por lo mismo, y no tienes que decirnos nada que no desees, solo te pedimos que nos escuches -el regente de piscis le entrego a cada uno una libreta de apuntes y un lapicero –toma nota de lo que consideres que pueda ayudar puede que haya algo que no estamos notando y tal vez tu si lo hagas –el aguador dirigió su mirad a cada uno de los presentes obteniendo la aprobación de cada uno, manteniendo aun el temple tomo lo que piscis le entrego, dando un profundo suspiro le instó a continuar _ bien, entonces quien empieza _pregunto el santo.

Tú, fuiste el primero _resolvió con toda la calma del mundo Shaka., ganándose a su vez una mala mirada de parte de Aphrodite _bueno tu preguntaste y yo solo respondí –el piscis resoplo fastidiado, ese carácter del virgo a veces lo descontrolaba.

De acuerdo, yo empezare_ el santo inspiro suavemente cerrando los ojos en el proceso, repitiendo esa acción por unos segundos y sin abrir los ojos empezó su relato.

El santo evoco el día en que fue violentado por primera vez, desde que amaneció detallo cada acción que hizo ese día desde el entrenamiento hasta su retorno esa misma tarde a su templo, de ahí en más sus recuerdos se distorsionaban, lo último que recordaba era las rosas rojas que tenía en su salón, siempre ponía unas ahí...le gustaba su aroma, pero ese día había algo más, algo a lo que no le dio importancia por ser apenas perceptible a su sentido. De ahí ya no recordaba nada, ni como llego a su recamara, ni de lo que sucedió ahí mismo, solo fue consciente a la mañana siguiente cuando despertó y descubrió la infamia que había sido cometida contra su persona. Solo, confundido y mareado, solo una idea surcaba su mente: limpiar su cuerpo, que no quedara nada que lo siguiera mancillando. Se sentía sucio por lo que la acción de bañarse se repitió por varias veces durante ese día, que por fortuna no había entrenamiento, tras limpiar su pieza y deshacerse de la ropa de cama y de todo lo que se lo recordara, fue que se refugió en el salón lo que le restaba del día acurrucado en su sillón, limpiándose la cara de tiempo en tiempo cuando percibía la humedad que dejaban las silenciosas lagrimas sobre sus mejillas. Al llegar la noche decidió no dormir, si el que lo había atacado volvía, estaría preparado para hacerle frente, pero esa noche nada paso, ni la brisa se colaba al interior de su casa.

Hubo de disimular cuando su novio regresó de su misión, ocultándole lo que había sucedido en su ausencia, con la esperanza de que encontraría al culpable, quiso pensar que eso solo fue un hecho aislado algo que ya no volvería a pasar, además había tomado medidas, como usar su cosmos para crear una barrera de las más mortíferas rosas, si alguien se atrevía a pasar caería muerta por efecto del veneno.

Pero, sus métodos para protegerse no sirvieron de nada, pensó que estaba seguro con sus rosas protegiendo su morada, pero empezó a sentir ese sopor nuevamente, ahí si se percató que había una fragancia que se camuflaba entre sus rosas, trato de acercarse a uno de sus rosales pero antes de llegar ahí todo se oscureció , cuando despertó, sintió la misma sensación en su cuerpo, las marcas ya no eran las mismas eran más profundas como si hubiera sido sometido a una golpiza, pues no había zona de su anatomía que no tuviera una marca morada. A diferencia de la vez anterior, se obligó a serenarse y percibir en el ambiente algo, el aroma de sus rosas le impedía lograr su objetivo, así que las disipo hasta que solo quedo su estancia vacía, apenas había un atisbo de una extraña fragancia.

Se debatía entre decirle o no a su novio que algo o alguien desconocido, lo había violado ya en dos ocasiones, temía la reacción de su novio, fue por eso que no se lo dijo y se arrepintió por eso.

Cada día, vivía con la incertidumbre de si volvería a ser atacado, temía cuando caía la noche, ya no confiaba en sus habilidad para protegerse, vulnerable era su estado de ánimo, para cuando cayó en la cuenta de que había caído la noche fue tarde, al día siguiente su novio extrañado de su raro comportamiento últimamente fue a darle una sorpresa, llevaba un enorme ramo de rosas rojas, cuando Death ingreso al templo fue directo a la habitación encontrando a su novio desnudo sobre su cama y con signos de una ardiente noche de pasión con alguien que sin duda no era el, despertó al menor a los gritos, por más que Aphodite le juro y suplico, su novio no le creyó, en ese momento la bofetada que le propinó su novio le dolió más que todos los golpes que había recibido, al día siguiente Death decido romper el compromiso.

Lo lamento Dite –expreso el aguador, al ver la expresión desolada de su camarada y ver a Mu con un pañuelo limpiando su rostro, entendió el porqué, ambos habían perdido a sus novios a consecuencia de eso.

Tranquilo, es difícil recordar eso _ hablo el ariano, recobrando la compostura _ por eso vivimos nuestro día a día no pensando en ello y solo lo hacemos cuando estamos juntos y con la ayuda de Shaka intentar descubrir quién y por qué _ tras un breve silencio, Mu entendió que ahora le correspondía a el relatar su nefasta experiencia, sus recuerdos estaban frescos también y cada que lo recordaba no podía evitar el dolor por haber perdido a su amado _bueno prosigo yo.

Adelante _ fue la respuesta que le dieron los demás concurrentes.

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