Hola a todos, antes de publicar el ultimo capitulo de este fic, quiero agradecer la paciencia y tiempo que me han dado, para al fin entregar este ultimo capitulo.
darle las gracias particularmente a Aquarius-no-Kari, por sus consejos y palabras, y decirte por este medio que si no me puse en contacto contigo, ni nadie a decir verdad, es por que el trabajo resulta mas absorbente de lo que en un principio imagine seria. pero dejando de lado eso, estoy aquí, para resarcirme de mi falta y poder decir fin de la historia.
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El amanecer sorprendió a los residentes del santuario con una suave garua, la llovizna rápidamente cubrió cada parte del recinto, desde las escalinatas de las doce casas a los tejados de los destacamentos de plata y bronce, así hasta el último recóndito lugar, pareciera que la lluvia estuviera cumpliendo un propósito, el de eliminar todo rastro o vestigio maligno que se cerniera sobre los residentes que habitaban el lugar.
Poco a poco, se retomaban las actividades, siendo los soldados los que relevaron a los que habían hecho guardia durante la noche, los que se retiraban habían percibido a lo lejos fuertes emisiones de cosmos, ellos no tenían tan desarrollado sus sentidos, pero aquello que sucedió durante el día anterior y parte de la noche no podía ser obviado por cualquiera, así no tuvieran cosmos. Sin manifestar nada de lo sucedido se retiraron en silencio, en cuanto su relevo los reemplazo.
El bullicio que se empezaba a percibir en la explanada y otros lugares al estar ya sus habitantes en actividad, contrastaba fuertemente con el silencio que reinaba en cada uno de los templos del zodiaco, al interior de cada templo no se percibía sonido alguno, a diferencia de otro día los regentes de los templos no se encontraban a las afueras de su recinto montando guardia.
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Ascendiendo por las escalinatas que conducen al templo de la diosa, casa por casa era el mismo panorama, silencio absoluto.
Pasando el gran salón central del templo, que a su vez es el salón de batallas, las columnas a los lados son el soporte principal del recinto del santo que protege esa casa, a un lateral se divisa un pasillo que conduce a las dependencias privadas del regente, la cual consta de recibidor, cocina, baño, biblioteca y habitación principal.
Su respiración era pausada, lentamente su mente empezó a despertar trayendo así recuerdos difusos los cuales no tenían un orden, su sentido del olfato estaba más despierto por lo que percibió la fragancia que emanaba de un jarrón con flores frescas colocadas sobre la encimera de la mesa de noche al costado de la cama. Ahí se percató que estaba acostado, la textura del edredón que abrazaba su cuerpo lo sintió reconfortante.
Sus parpados se movieron ligeramente, sinónimo de que estaba despertando, lo que sucedió a continuación, al abrir su azulina mirada y enfocar el ambiente, lo primero que hizo fue mirar sus manos, ahora con blancas vendas que las envolvía.
Aún estaba aturdido, que había sucedido no podía recordar mucho. En ese momento una voz se escuchó de al lado de la cama donde despertó.
—Despertaste...
El dueño del templo había pasado en vela toda la madrugada y parte de la mañana, velando el sueño y descanso del hombre que acababa de despertar. Milo se acercó con cuidado sentándose al borde de la cama procurando no mover mucho al hombre que lo miraba entre desconcertado y aturdido. Tomando entre sus manos las suyas.
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LA FUERZA DE TU AMOR.
Любовные романыcamus ha sufrido un ataque, nadie lo sabe, ni el mismo conoce al que lo agredio.