⋆☾⋆⁺₊Whispers of a Witch: book 1 ⋆⁺₊✧(Giyushino)

☾₊‧⁺⋆𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟏

๋࣭ ⭑ ࣪⊹୭_𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟏: Desvanecida en el viento

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Mi hermana, Kanae, desapareció de un día para otro sin dejar rastro. 

La inquietud se apoderaba de mi mente, enredándose con cada pensamiento y pregunta sin respuesta. ¿Cómo pudo haber sucedido? Tan solo ayer, todo estaba en su lugar, mi hermana estaba bien. Pero ahora, como si se hubiera desvanecido en el aire, Kanae había desaparecido sin dejar rastro alguno. No había señales, ni testigos, solo un vacío abrumador donde solía estar su presencia.

Una y otra vez, el mismo recuerdo se estancaba en mis pensamientos y me intermitía dormir por las noches, era aquella memoria de ella, justo el día que desapareció, la última vez que la vi.

— Kanae, sabes que Osaki puede ir sin problema, aún estas algo enferma, no te hace bien salir a estas horas — mi hermana llevaba horas insistiendo en salir a caminar en busca de plantas curativas y flores, con la excusa de que se sentía aprisionada dentro de nuestro hogar. Pero desde hace algunas semanas su salud no era la mejor y el clima frío de la noche no mejoraría las cosas.

—Solo serán unos minutos, volveré en menos de lo que esperas. En serio, necesito aire fresco— tal vez era su tono de voz, la expresión de súplica en su rostro o el hecho de que jamás he podido negarle cualquier cosa a mi hermana. Fuera cual fuera la razón, termine aceptando.

—Bien. Puedo parar aquí e ir a acompañarte. O ¿prefieres que alguna de las niñas lo haga? — dije mientras me levantaba del escritorio, tenía toneladas de trabajo por terminar y no había dormido bien en días, ya que, de por sí, ser la directora médica del distrito de Kotani es agotador, se le sumaba el hecho de encargarme de las obligaciones de Kanae.

—No será necesario, sé que tienes mucho trabajo y las niñas deben estar durmiendo. — hizo una ligera pausa, mientras guiaba su mirada a la ventana más cercana. Tal vez quería negarlo, pero desde que su salud decayó, Kanae había cambiado, poco a poco, la sonrisa amable comenzó a desaparecer de su rostro, reflejando en su lugar una mirada de nostalgia y algo de tristeza.

— Además quiero estar un rato sola, ya sabes, para pensar— no me molestó, a pesar de que sus deseos solo reflejaban más el cambio emocional por el que estaba pasando. Mi hermana siempre fue despreocupada y jamás la había visto tan seria y pensativa como esos días.

—Si eso es lo que deseas. Pero intenta no volver tarde— dije, finalmente cediendo, como las otras miles de veces. Ella se limitó a tomar una canasta de un mueble cercano mientras yo volvía a sentarme para continuar trabajando, para evitar darle vueltas al asunto.

—Adiós— declaró antes de casi desaparecer por el umbral de la puerta.

—Adiós, hermana— contesté.

—Shinobu...— paró y volteó a mirarme, con tanta tristeza inundando sus ojos, que estuve a punto de lanzarme a abrazarla, pero me contuve.

—¿Ocurre algo? — pregunte preocupada, levantándome de nuevo.

—Nada, cuídate, sabes que te quiero— continuó.

— Vuelve pronto ¿sí?. Yo también te quiero—después de eso, salió casi corriendo de la habitación, escuché sus pasos abajo, aún pensativa. Finalmente, el ruido de la puerta cerrándose. 

Salí al balcón, que daba justo a la salida de la mansión que habitamos, ella estaba caminando lentamente, entre los árboles de glicinias, adentrándose poco a poco en el bosque. Miró hacia atrás una última vez observando desde abajo, la despedí con una mano y una sonrisa, segundos después ella respondió el gesto con tristeza, luego siguió su camino hasta perderse por completo.