☆₊⁺.𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟑

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 ⭑ ࣪⊹୭_𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟑:  El velo se desgarra

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El viento jugaba con mi cabello mientras surcamos el cielo. Los Shirayoku, con sus cuerpos esbeltos y elegantes, se movían con una gracia natural, la textura suave y perlada de sus alas brillaba como si estuvieran hechas de hilos de luz, reflejando y refractando los primeros rayos de sol.

El amanecer pintaba el cielo de tonos rosados y dorados, señalando el inicio de un nuevo día. De repente, a lo lejos, la silueta del Palacio del Sol se recortó contra el horizonte, su estructura imponente y brillante, bañada en luz dorada, emergió con majestuosidad.

—¡Lady Shinobu, mire! ¡Hemos llegado! — exclamó Mitsuri a mi lado, señalando con entusiasmo hacia el palacio. 

La estructura estaba construida con piedras doradas y gemas preciosas de variados colores, formando patrones que reflejaban la luz de manera hipnotizante.

El suelo bajo nuestros pies, al descender de los Shirayoku, estaba hecho de un mármol pulido que reflejaba como un espejo el cielo sobre nosotras.

—Buen trabajo, Kumo. Buen trabajo, Sora —dijo Mitsuri, acariciando con ternura a ambas criaturas mágicas que nos habían transportado

De pronto las puertas se abrieron lentamente, revelando el interior del palacio, que era igualmente espléndido, con amplios corredores y grandes ventanas.  Un grupo de tres magos, se adelantó para recibirnos, con sus miradas llenas de respeto.

—Mitsuri Kanroji, Pilar de Hashai. Lady Shinobu Kocho, heredera de Kotani. El Valle del Este y el Palacio del Sol les dan la bienvenida —anunció un hombre de estatura media, quien estaba entre dos guardias reales de uniforme impecable. 

— Buenos días, les agradecemos la cálida bienvenida— dije ante su reverencia.

—El amanecer es realmente hermoso —comentó Mitsuri, con admiración mientras observaba el esplendor del palacio, a pesar de probablemente haberlo visto miles de veces.

—Por favor, acompáñenme adentro —dijo el hombre, gesticulando hacia los grandes pasillos que se extendían ante nosotras. Los corredores estaban adornados con tapices cuidadosamente bordados, y los techos estaban ornamentados con mosaicos que narraban la historia del reino.

Había visitado el Palacio del Sol en el pasado, aunque ya habían transcurrido algunos años desde aquella ocasión. En contraste con mis visitas poco habituales, Kanae, como Hashira de Kotani, solía viajar a la capital casi tres veces por semana, acostumbrada a la majestuosidad y el protocolo del lugar.

—¿A qué debemos su magnífica presencia? — preguntó el hombre mientras avanzábamos.

—Requerimos una audiencia con el Emperador, lo antes posible —respondí con determinación, recordando la indignación debido a la falta de respuesta a mis cartas.

El hombre se detuvo abruptamente, noté cómo sus manos se tensaban en puños.

—¿Disculpe? — pregunté, sin poder ocultar mi desconcierto ante su falta de respuesta.

—Las llevaré con la familia real —dijo finalmente, con un tono más reservado y formal. 

Mientras avanzábamos, el eco de nuestros pasos resonaba en los elegantes corredores. Nos topamos con varios guardias y magos en el camino, cada uno con una expresión que oscilaba entre la curiosidad y la cautela. Una inquietante sensación de inquietud se apoderó de mí; quizás mi intuición estaba en lo correcto y algo perturbador estaba ocurriendo, algo de lo que todos aquellos a quienes nos encontrábamos tenían conocimiento, a diferencia de nosotras. O tal vez eran alucinaciones provocadas por el cansancio extremo que sentía, tan cercano al desmayo que me hizo cuestionar la realidad.

⋆☾⋆⁺₊Whispers of a Witch: book 1  ⋆⁺₊✧(Giyushino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora