🥧 09: La Calidez Familiar.

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Las últimas tres semanas habían sido un completo caos.

A decir verdad, ambos habían creído que sería más fácil después de la cita en el medico, pero tal parecía que zanahoria se había esforzado por ocultar su presencia hasta pasados los tres meses para después empeñarse en hacer sufrir a su madre de cualquier forma. Jimin estaba muerto del cansancio, por más pastillas que le recetaron y por más tés de jengibre que bebiera, las náuseas no se iban. Durante todos esos días, había estado devolviendo prácticamente todo lo que comía, excepto las benditas zanahorias.

Jungkook estaba tan preocupado por él, que se había leído mil libros de cocina y él mismo se encargaba de prepararle platillos a base de zanahorias, crema, sopa, zanahorias salteadas, puré, zanahorias con crema, etcétera. Todo porque su omega no soportaba cualquier otra comida, al principio parecía querer intentar comer un poco de lo normal, pero al cabo de unas mordidas, terminaba arrepintiéndose cuando le entraban las arcadas.

Según Hoseok, era normal y no podía hacer más al respecto, Jungkook estaba muy molesto ante ello. En ese momento incluso estaban sentados en el cuarto de baño, eran las cuatro de la mañana y Jimin estaba pálido como la nieve, con el entrecejo fruncido y apretando los labios porque ya no quería volver a vomitar, estaba cansado de hacerlo y lo único que quería era dormir.

—¿Todavía no pasan? —cuestionó el alfa dando suaves caricias en su espalda.

Jimin negó, ahora tenía ganas de llorar.

—Lo lamento, deberías estar durmiendo, alfa —balbuceó abriendo los ojos y mirando al menor con el labio inferior temblando.

Jungkook sabía que se avecinaba un ataque de llanto. Aún era extraño tener al rubio llorando por todo, porque literalmente en esa relación, él lloraba más que su omega, por eso le encogía el corazón verlo así. No podía negar que estaba agotado, pero por más que Jimin tratara de ocultarle sus malestares, era imposible no sentir cuando se ponía mal por medio del lazo, y él no era precisamente la clase de alfa que dejaría a su pareja solo cuando este lo necesitaba.

—Amor, no llores, te dije que estaríamos juntos en cada momento, no importa si es bueno o malo —le dijo tomando sus mejillas entre sus manos. —Lo juramos ante el altar, ¿recuerdas?

Jimin se inclinó ante el toque y cerró los ojos asintiendo.

—Eres el alfa más tierno que existe —le dijo con la voz contenida frotando su mejilla contra su mano.

—Y tú eres el omega más... —las palabras se le quedaron atascadas en la garganta cuando a Jimin le vino otra arcada y tuvo que volver a inclinar su rostro en el inodoro. —Bonito del mundo... —susurró él sin dejar de brindarle las caricias en la espalda.

Así fue como pasaron todavía unos días más, hasta que un día el omega pudo levantarse de la cama a su hora normal y desayunar sin sentir que se iba a deshacer en el cuarto de baño. Ambos sintieron un alivio inconmensurable al darse cuenta de que ya solamente le causaba asco el aroma de las comidas dulces y de los postres, era un avance, y un descanso para sus cansados cuerpos que pedían a gritos un sueño más completo.

Jungkook estaba preparando el almuerzo mientras el mayor se preparaba para ir al trabajo, Jimin se miraba al espejo con cierta inquietud, en los últimos días se había estado sintiendo tan mal que no se había dado cuenta de todo lo que había cambiado en su cuerpo. Abrió los ojos de más observando cada detalle, su rostro brillaba y las pecas que antes ya estaban en el puente de su nariz apenas perceptibles, ahora eran mucho más notorias. No había ganado mucho peso debido a las náuseas, pero al verse de lado en el espejo con la camisa del uniforme abierta, lo notó sin siquiera esforzarse en buscarlo.

Apple Pie Life 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora