🥧 11: No Existe Un Manual.

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Jimin estaba cumpliendo cinco meses de embarazo. Todo estaba en orden, sus náuseas casi se habían ido y los mareos estaban mejor, su vientre estaba mucho más hinchado que hace unas semanas y justo ese día que ambos habían tenido que pedir libre, se iban a dedicar a ir a comprarle pantalones nuevos porque nada le cerraba.

Contrario a como creyó que se sentiría al tener una evidente barriga de embarazo, no le desagradaba para nada, Jungkook se encargaba todos los días de hacerle saber que era el omega más bonito con la pancita más bonita del mundo, y eso le hacía sentir en paz con sus pensamientos intrusivos. El alfa se dio a la tarea de todo el tiempo de darle mimos y de hablarle, cantarle y leerle a su cachorro, todos los días se dormía abrazándolo, con una mano sobre su vientre, y amanecía apretándolo con fuerza sin llegar a lastimarlo. Se había vuelto muy posesivo y eso también ayudaba a que Jimin no se sintiera sólo y con ganas de hacer un nido.

Los brazos de Jungkook eran más cálidos de lo que podría llegar a ser cualquier nido.

Además de su evidente vientre redondeado, el alfa decía que sus caderas se habían ensanchado, y también se la pasaba manoseándolo cada vez que podía. A él no le molestaba, de hecho, se excitaba más rápido de lo que le gustaría admitir, había leído que el líbido aumentaba mientras un omega está gestando, por eso su marido lo estaba disfrutando a la par de él, ambos simplemente se dejaban llevar cuando ocurría.

Sus días en la cafetería ya eran un poco más cansados, Jimin no paraba porque le gustaba mantenerse en movimiento, pero había descubierto lo que significaba estar cansado de verdad cuando por la noche su alfa lo recogía en la cafetería y luego prácticamente terminaba noqueado por el sueño en el asiento del copiloto. Jungkook le masajeaba los pies que empezaban a hincharse por permanecer mucho tiempo de pie. No era como que su bebé fuera demasiado grande en ese momento, pero su rutina era ajetreada y los estragos eran inevitables.

Por otro lado, su sensibilidad seguía presente, todo le causaba ganas de llorar, habían estado viendo Grease el día anterior en la televisión y Jimin no podía dejar de llorar cuando Danny Zuko se hizo el idiota al reconocer a Sandy, y luego la canción de Hopelessly Devoted To You le causó una crisis nerviosa que el menor tuvo que arreglar porque no podía dejar de llorar.

Digamos que todo era un desastre controlado por un alfa que también estaba lidiando con un par de síntomas que ni siquiera era capaz de controlar. Jungkook se cansaba más de lo normal al igual que él, pero eso era lo de menos, lo peor era que él estaba sintiendo todos los antojos que se suponía que Jimin debía sentir. Era demasiado increíble que tuviera que levantarse a las tres de la mañana para ir a buscar helado de chocolate, ponerle pepinillos encima y comerlo con tostadas saladas.

¿Había dicho que Jimin ya no tenía náuseas? Bueno, quizás le daban cuando Jungkook mezclaba cosas raras. Pero luego el mismo alfa se sentía asqueado y fingía llanto, entonces debía comerse sus antojos a escondidas.

Ese día tenían una cita con Hoseok, el médico. Supuestamente intentarían conocer el sexo del bebé, pero según el beta, en la última cita el bebé había estado en una mala posición y quizás seguiría igual, porque parecía que estaba muy cómodo ahí dentro, a sus anchas. Después de eso irían a comprar la ropa y quizás comenzarían con las inevitables compras de bebé, ya que no habían comprado nada y a ese paso su hijo terminaría durmiendo en el sofá.

—¿Estás listo? —cuestionó Jungkook abriendo un frasco de cebollas encurtidas para ponerle a un tarro de miel.

Jimin hizo una mueca al ver como revolvía las cebollas ahí dentro y sintió que se le devolvía el desayuno por el esófago. Tuvo que mirar hacia otro lado tomando aire y se sentó en una de la sillas de la barra asintiendo.

Apple Pie Life 𐦍 KookMin 「Omegaverse」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora