Motivación Tom Riddle ✓

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Advertencia_ Este capítulo contiene contenido +18.

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Sentirme después de la clase fue el peor sentimiento del mundo, como si me estuviera hundiendo. Me duele ser ignorado por personas a las que alguna vez llamé mis mejores amigos. Pero lo que más me dolió fue cómo lo hicieron parecer tan fácil. No tenían por qué darle mucha importancia a algo tan pequeño; Gritarle a alguien de la nada no era exactamente algo por lo que odiarme. Lo sé, fue raro. Pero podrían haber tenido la decencia de preguntarme qué pasaba.

Estaba cansada de sentirme así, enojada todo el tiempo.

Sin embargo, durante la cena, Brianna y Emily no me ignoraron; Al parecer, no era invisible a la hora de comer. Durante todo el proceso, lo único que hicieron fue mirarme. Me había dado escalofríos; era como si se hubieran olvidado de parpadear. La ira todavía burbujeaba dentro de mí y no podía dejarla de lado. Y entonces un pensamiento me vino a la cabeza.

Rebusqué en mi bolso y saqué un trozo de pergamino y una pluma, y anoté una pequeña nota, firmando mi nombre en la parte inferior.

"Los veré mucho más tarde", les dije a mis compañeros de casa, levantándome de la mesa.

Caminé, el pergamino en una mano temblorosa, hasta que lo arrojé en secreto sobre el plato del chico de Slytherin, y sus ojos verdes se alzaron hacia mí confundidos. Mirando a mi alrededor para ver si alguien se dio cuenta, asentí levemente y luego corrí hacia mi dormitorio, donde me senté en mi cama por un momento, reflexionando.

Después de un largo y reflexivo momento, salí de Ravenclaw antes de que alguien me notara al regresar de la cena. Seguí hacia el séptimo piso, mis pensamientos estaban confusos todo el tiempo. ¡Era muy consciente de lo que murmuraba para mis adentros, pero estaba completamente incrédulo! ¡¿Qué diablos estaba haciendo?!

"Él no me escucha", dije en voz baja, cubriéndome ligeramente la boca con la mano mientras caminaba. Me quedé mirando a la nada. "Él no lo hará..."

Me detuve tan pronto como llegué al séptimo piso, el pasillo estaba completamente desierto. Esperé alrededor de un minuto, parada allí, escuchando mis respiraciones pesadas, mis pensamientos gritando cosas desagradables en mi cabeza, la ira todavía burbujeando en mis venas, la culpa aún presionada contra mi pecho. Todo tipo de cosas a la vez.

Unos pasos simples llamaron mi atención y me di la vuelta, mirando directamente a un par de ojos verdes y cabello castaño despeinado. Levantó la mano y mi nota estaba presionada contra su palma.

'Encuéntrame en el séptimo piso

-Abigail'

"¿A qué se debe esta tontería?" Preguntó Tom, arrugando el pergamino en su puño y metiéndolo en su bolsillo.

El corazón se me subió a la garganta, tomándome por sorpresa. Nos quedamos allí en silencio por un segundo, mirándonos con curiosidad, incapaces de formar palabras. Me moví, bajando los ojos y extendiendo el brazo. "Deja que te enseñe."

Tom miró fijamente mi mano por un segundo, la confusión en sus ojos era más clara que un día normal. De mala gana, Tom extendió la mano y me dejó tomar su mano, creando calidez al instante. Lo miré fijamente por un momento, mis ojos buscando los suyos, preguntándome si él estaba de acuerdo con esto o no. Me dirigí hacia el final del pasillo, la mano de Tom todavía en la mía, y miré el vacío de la pared de ladrillos, esperando que apareciera la puerta.

Le lancé una rápida mirada a Tom, él también estaba mirando hacia arriba mientras la puerta lentamente hacía presente su existencia.

"¿Listo?" Pregunté, viendo a Tom mirarme por el rabillo del ojo.