POV ROMINA
Ir al café de Dolly era un lindo hábito que había adoptado hace años, incluso desde que era estudiante de arquitectura. El café que allí servían era de los mejores que había probado, y las medialunas con aquel sabor casero las volvía irremplazables.
Necesitaba sumergirme en mi trabajo y aquel lugar es ideal para estar tranquila y concentrada, aunque luego debiera ir a mi estudio. Revisé planos y presupuestos toda la mañana, la cafetería recibía clientes a toda hora. Había parejas desayunando, gente mayor que acostumbraba tomar el café solos, jovenes estudiantes con sus libros y apuntes. En la mesa a mi derecha había un hombre con su laptop, al voltear mi rostro cruzamos mirada y me sonrió. Me pareció familiar su rostro pero no recordaba exactamente de dónde. Devolví la sonrisa por cortesía y continué con mi trabajo.
Me intrigaba saber qué pasaría con el proyecto de Montenegro. Bebí café y miré por la ventana. Apoyé el mentón en mi mano y me quedé pensativa. ¿Qué se sabrá del caso? Un mensaje en mi celular me sacó de mis pensamientos, era mi amiga Daniela.
Audio:
-Hola amiga, como estás? Me enteré por las noticias lo que sucedió con el empresario para el que trabajas. Qué terrible.Hacía días no hablaba con ella, ya comenzaba a extrañarla.
-Hola Dani- respondí en otro audio- te estaba extrañando. Lo de Montenegro me tomó por sorpresa, él estaba en su oficina cerca de casa. Yo no ví nada, pero de una manera u otra terminé involucrada declarando conocerlo.
Por un lado me intrigaba lo que sucedía, quería saber qué había pasado exactamente que concluyó en ese desenlace. Conocía rumores de ciertos negocios flojos de Gustavo, pero él era una persona algo misteriosa, de hablar poco, serio. Era un hombre robusto, fornido, de cabello canoso y engominado, siempre de camisa y zapatos, difícil derribar ese metro noventa como paredón. Hacía tiempo que no lo veía personalmente, tampoco era algo facil de conseguir una cita en su oficina. No tenía más datos de él, que la obra que preparaba junto a Lopez y Asociados.
Otro audio de Daniela:
-Ay Romi, espero que nada de ésto perturbe tu vida y tu trabajo. Estaré fuera de la ciudad un par de días, pero sabes que estoy a disposición en el teléfono para lo que necesites.
-Gracias- respondí el audio- te estaré contando si la policía vuelve a precisar de mi. Besos.
Ojalá todo quede ahí, y la policía resuelva el caso pronto.
Dolly, una señora mayor y dueña del café, se acercó a mi mesa con el rostro compungido. Su mano derecha, delgada y con arrugas de la edad se posó en mi hombro.
-Que terrible noticia lo del señor Montenegro- comentó con algo de desconsuelo.
-La verdad que si lo es- respondí- esperemos que se resuelva pronto.
-Gustavo solía venir a éste mismo café en sus años de universidad. Pasaba horas hablando con mi marido. Le afectó mucho cuando murió. Dejó de venir y poco supe de él luego de eso.
-Oh, no sabía que usted lo conocía- dije con intriga.
La señora Dolly me miró con angustia y algo de pena, con un brillo en sus ojos. Apretó los labios a un lado y se retiró en silencio.
POV AGOSTINA
Lucía y yo estábamos abocadas de lleno a la investigación del crimen reciente. Un nuevo testigo se había presentado a declarar, y dejo datos claves que coincidían con lo que mi colega había buscado. Todo parecía apuntar a un crimen por ajuste de cuentas. Era necesario encontrar más pistas y detalles que permitan entender qué pasó exactamente y quién o quienes fueron los autores del hecho. Diego Velázquez estaba en la mira como sospechoso, aunque no era el autor material, si estaba implicado de alguna manera y quería descubrirlo.
Había una persona capaz de brindar datos sobre éste sujeto: Romina.
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Sombras del pasado (Agosmina)
RomanceAgostina, una policía e investigadora, y Romina, una arquitecta con trayectoria, cruzan sus vidas a través de un crimen que las involucra.