POV ROMINA
-Conozco a Montenegro- le repetí a la oficial.
-¿Cuál sería exactamente tu relación con él? -inquirió Agostina.
-Trabajo en uno de sus proyectos de construcción.
-Entonces es tu jefe- respondió mientras se cruzaba de brazos y me miraba con desconfianza.
-No precisamente- aclaré - Estoy a cargo de uno de sus proyectos que lleva a través de una empresa contratista, López y Asociados. No respondo necesariamente a sus intereses.
-Tu presencia anoche en la escena no fue casual entonces- afirmó la oficial.
-No sabía que había pasado, fuí por curiosidad.
-Pero sabías que Montenegro vivía ahí - acusó Spinelli.
-La verdad es que no, ese departamento no es su casa- dije- es su propiedad pero él no vive ahí, aunque sé que suele quedarse, es una especie de oficina.
Me sentía observada, la oficial me miraba con sus ojos penetrantes, sin un atisbo de amabilidad en su rostro. Su mirada se clavaba en mis ojos y de pronto...¿bajaba? Era extraño, quería salir de ahí. Dejé mis datos, y dije que no tenía más para decir. Me retiré apurada y tomé aire al cruzar la puerta. Voltee a mirar atrás y note que la oficial Spinelli me estaba observando salir. Dios, un café es lo que necesito para pasar el mal trago.
POV AGOSTINA
Se apersonó aquella mujer curiosa de anoche, con el mismo rostro hermoso y confundido. Con esos ojos café que pedían respuestas. Con esos labios carnosos que desprendían temor en cada palabra bien elegida. ¿Debería considerla sospechosa de algo? De infartarme al verla caminar, quizá si. Del hecho delictivo quizá no.
- Pero qué alterada te trae esa civil- bromeó Lucía.
-¿Cómo? ¿De qué hablas? - dije intentando sonar inocente.
- La mujer de anoche, acaso crees que no te ví como la mirabas. Ay por favor Agostina.
- Luciiiiaaaa!
- ¿¡Qué!? No es común verte así parada posando, mirarle los labios mientras habla- contestó, y tenía razón. Debo haber parecido una idiota acosadora.
-Yo no estaba posando- negué.
-Bueno, bueno, como sea. ¿Que sabe al respecto? - inquirió mi compañera.
-Dijo conocer a Montenegro. Trabaja para él- contesté.
-¿Qué? ¿Cómo? Y me lo cuentas con esa liviandad.
-¿Y qué más quieres que te cuente? Fue lo que relató, no tenemos mucho más por ahora.
-Agostina esa mujer te dejó estúpida. Había muchas más preguntas para hacerle. ¿Dejó algún dato de contacto? La buscaré yo si es necesario - sentenció Lucía.
-No, yo lo haré. Es solo que necesito saber por dónde indagar, me resulta algo sospechosa. Iré por un café, ¿quieres algo?
-Un café sin azúcar, me empalaga verte así - dijo mi colega en broma
-Idiota - me reí.
NARRADOR OMNISCIENTE (N.O.)
Agostina salió de la comisaría, y caminó una cuadra en busca de su café favorito, en el local de Dolly. Llevó las manos a sus bolsillos y se encogió de hombros, el frío que estaba haciendo en mayo se ponía cada día más crudo. Respiraba el aire helado y sentía como se enfriaba su nariz y exhalaba el vapor por su boca. Al llegar a la esquina, se detuvo a esperar que el semáforo la habilitara a cruzar. En ese instante vio en el ventanal que daba a la vereda, sentada de espaldas, a Romina tomando un café. Pensó en regresar y olvidar el café.
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Sombras del pasado (Agosmina)
Storie d'amoreAgostina, una policía e investigadora, y Romina, una arquitecta con trayectoria, cruzan sus vidas a través de un crimen que las involucra.