Gracias a la investigación (Zosan)

Capítulo 1

Nunca te creas a ti mismo cuando dices que no sientes nada por alguien. Pero cuando ves a ese alguien crees que estás en un lugar seguro. Así que cuanto menos creas que sientes algo, más lo sentirás.

No me gusta nadie. Lo único que le gustaba a Sanji eran las mujeres, eso lo sabía muy bien. Pues cada que veía a una, sus ojos junto con el humo que brotaba del cigarrillo, salían corazones que cualquiera podría ver. Podría verlo hasta cierto espadachín. Que por alguna razón siempre estaba detrás del cocinero. ¿Por qué? No lo sabía.

No sabía por qué siempre estaba detrás de él. No era por seguridad, pues sabía perfectamente que Sanji podía defenderse por sí solo. Pero entonces ¿por qué siempre se encontraba atrás de él como un perro? Le era ridículo, pero parecían como si sus pies hicieran lo que les diera la gana y caminaban hasta estar en un rango de cinco metros alrededor de Sanji. Cada vez que estaba cerca de él, su corazón latía fuerte, como si tuviera una convulsión. Lo único que pensaba Zoro es que eso era una enfermedad, y que Sanji lo contaminó. Pero siempre cuando sentía eso iba donde Chopper para preguntarle que si le quedaba poco tiempo de vida, pero el reno siempre le decía que estaba bien y que no era nada grave. Era extraño sentir eso, y lo más extraño era que lo sentía cada vez que veía a Sanji.

El espadachín siempre actuaba raro. Sanji sabía lo mucho o lo poco que se acercaba Zoro, pero siempre que cuando sus ojos se encontraban este se colocaba rojo e iba donde Chopper. ¿Será que está enfermo? Pensaba que estaba loco, si solo se miraban por unos segundos, no era para que se pusiera como un tomate y saliera corriendo. Era extraño. Siempre había querido preguntarle, pero cuando se iba acercando este solamente lo miraba con ganas de matarlo y se iba furioso. La única razón que encontraba Sanji a partir de las reacciones del espadachín. Era que estaba completamente loco. No había pruebas, pero tampoco dudas.

SANJI

-Mi querida Nami-swan. ¿Quieres postre de limón?- pregunta Sanji con una bandeja en la mano y con sus ojos con forma de corazón.

Había preparado una linda y deliciosa media tarde para todos sus compañeros. Y dos especiales para las bellas damas que adornaban el barco.

-Oh Sanji, por supuesto- responde Nami alegre.

El cocinero sonríe y le entrega la copa a la navegante. Esta le agradece con una enorme y delicada sonrisa. Sanji junto con su corazón latiendo a mil fue directo hacia la otra bella dama que tenía un bikini perfectamente bello.

-Mi bella damisela. ¿Quieres postre?

-Gracias Sanji. Justo estaba pensando en algo dulce, eres muy considerado- responde Robin con una leve sonrisa junto con un perfecto guiño hacia el cocinero.

Este solo empieza a sangrar por la nariz mientras le daba la copa a la arqueóloga. Si alguien le preguntaba si le atraía alguien, diría que las hermosas mujeres, no había comparación. Luego de unos minutos que Sanji estuvo alabando a las mujeres, suena su garganta y se posiciona en la puerta de la cocina. Mira hacia el resto del barco y ve como sus compañeros están muertos de calor. Tenían la lengua afuera, sudaban por todas partes y ya algunos no tenían puesta la camisa. Eran un montón de idiotas.

-Ustedes si quieren algo refrescante, acabé de preparar un postre de limón- grita Sanji para que así pudiera ser escuchado.

El primero en levantarse fue claramente el capitán, quien empezaba a correr como si se tratara de que su vida estuviera en peligro. El cocinero sabía que si no entraba a la cocina y dejaba a Luffy solo, dejaría vacía todas las copas. Era un muerto de hambre, no había otra comparación. Así que mejor decidió entrar antes que todos. Detrás de él llegaba un sudado y cansado capitán. Tenía la lengua afuera y miraba con desespero la copa y a la vez al cocinero, parecía como un perro.