Capítulo 6

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ZORO

El plan perfecto. Eso tenía en mente el espadachín. Había estado pensando toda la tarde para tener una cita perfecta con el cocinero, no se le ocurrió nada. No tenía nada en esa cabeza hueca, le frustraba el saber que no podría pasar el día a solas con el cocinero, podrían hacerlo en el barco, pero de igual manera no harían nada especial y eso era lo que quería Zoro, pasar un tiempo especial y agradable junto a Sanji.

No tenía nada en mente, pero fue cuando Sanji los había llamado a cenar y este al entrar a la cocina, escuchó como todos alababan la comida del contrario, haciendo que este se alegrara hasta por los tobillos. Lo tenía. Era claro y siempre lo había tenido en su cara, la cocina. Eso le gustaba a Sanji y de allí podría pasar más tiempo con él, y no es que Zoro vaya a cocinar o algo, sino que podría tomar ese tema para hacer algo en que se aseguraría que Sanji estuviera feliz. Solo que ahora debía saber qué hacer para que Sanji se alegrara. Lo que sabía era que tenía que ser el tema de la cocina.

Así que cuando salió el sol, fue hacia la cocina y comió unos panes que Sanji le había dado. Se despidió de Sanji y le dijo que les avisara a los demás que iba ir a la ciudad y que más tarde volvería. Entonces justo ahora... no sabía dónde estaba. Había más árboles que casas, no entendía que era lo que pasaba con la ciudad, era extraña para ser muy comerciante. Volvió a caminar hacia donde el camino lo llevara, la verdad es que no supo pero ahora estaba al frente de un gran edificio.

-Esta ciudad es rara. No me gusta- susurra el espadachín para sí mismo.

También agradecía que ya estuviera en la ciudad. Así que ahora solo tendría que buscar algo referente a la comida, lo más recomendable sería buscar un restaurante o algo así. Entonces para buscar información entró al grande edificio, pero fue suerte o casualidad, pero ese lugar era un lujoso y gigantesco restaurante. Bingo. Lo siguiente sería saber qué tipo de comida sirven o algo por el estilo. Aunque el espadachín no sabe qué hacer, así que solo empieza a caminar por cada rincón del restaurante, se podía notar que servían todo tipo de comida eso es bueno, no tendría problema si quisiera comprar algo. Pero otro problema es que no tenía dinero, no podía simplemente pedirlo gratis, no lo harían igual que el señor de la tienda de takoyaki. Debía buscar una solución para eso, quizás ofrecer algún servicio de cualquier cosa para pagar lo que fuera a comprar.

Por lo tanto fue hacia la cocina para hablar con el gerente o con algún chef encargado de los mejores platillos. Al entrar se encuentra con un alboroto, muchas personas corriendo de un lado a otro, otros gritando y el resto cocinando con todas esas distracciones. El espadachín pensó que deberían ser buenos en eso, pues no cualquiera podría cocinar con todo ese escándalo. Parecía una fiesta.

-¡Oye tú no debes estar aquí!- grita un cocinero en el oído del espadachín.

Este se retuerce por el ruido generado tan cerca, sintió como el tímpano se le explotaba. Estaban locos, últimamente nadie estaba bien de la cabeza.

-Puedo escuchar bien, no debes porqué gritar- recalca el espadachín frunciendo el ceño.

-Lo siento, pero con todo este ruido no se puede escuchar bien. Igualmente no puedes estar aquí...

-¡Oye tú, color de cabello extraño!- llega un señor con un traje diferente al de los demás. –Ya te dijeron que no debes estar aquí, así que esfúmate- se dirige el señor al espadachín. Quien ya estaba harto de que lo echaran como un maldito perro.

-Necesito hablar con el chef gerente o algún cocinero que sepa cocinar- aclara el espadachín llevando su mirada penetrante al señor de traje diferente.

-Aquí todos saben cocinar. Pero si hablas del gerente, soy yo. ¿Qué quieres?- pregunta con desagrado el señor.

-No me gusta todo este ruido. ¿Podemos hablar en otra parte y en privado?

Gracias a la investigación (Zosan)Where stories live. Discover now