ZORO
El espadachín desde el fondo de su ser, sabía que nunca en su vida se había sentido tan mal emocionalmente. No se creía capaz de aceptarlo, ni siquiera hacia el intento. El intento de aclarar sus pensamientos y sentimientos, creía que todo acabaría y que al final todo lo sucedido sería solo un mal recuerdo y que ellos dos seguirían soportándose. Quería que todo volviera a la normalidad, anhelaba que el cocinero olvidara todo lo que sentía y volvieran a insultarse, eso quería.
Después del fatídico incidente con la negación de los sentimientos de Zoro. El cocinero en todo el día había ignorado al espadachín. Zoro sabía que eso iba a pasar y la verdad era que lo agradecía, al fin se estaban ignorando igual que antes. Pero había algo que no lo era, esa mirada perdida del cocinero, cada vez que lo miraba buscaba algún tipo de consuelo y cariño. Pero el espadachín no lo hacía, simplemente se iba y se colocaba a sobre pensar cada cosa, cada detalle de lo sucedido. Recordaba cada vez con más intensidad como el cocinero le había pedido que se fuera de la cocina con una mirada desolada y triste, quería ir y abrazarlo, tomarlo en sus brazos y nunca soltarlo. Pero nada de su cuerpo le obedecía, solo no caminaba. Además, no creía lo que pensaba, jamás había tenido ese tipo de sentimientos hacia el idiota del cocinero ¿Por qué sentía eso? Necesitaba una respuesta, quería saber por qué sentía un hormigueo en su estómago cada vez que lo veía sonreír ¿Qué tenía esa estúpida sonrisa que lo traía loco?
En su mente había todo tipo de pensamientos. Unos que querían arreglar las cosas con el cocinero e intentar las cosas para ver como salían. Pero otra parte simplemente le decían que si lo intentaba todo saldría mal y que al final sería verdadero el odio que se generaría. No quería que se odiaran, primero muerto a querer algo como eso. Pero tampoco no sabía qué hacer con dos tipos de pensamientos totalmente opuestos ¿Qué carajos debía hacer? Debía encontrar la respuesta y rápido.
Pero realmente el ambiente no le ayudaba, pues aún Zoro estando en la proa se escuchaban los gritos de sus compañeros, no podría pensar con semejante ruido. Sacudió su cabeza e intentó fijar su mirada y sus pensamientos en un punto fijo, lo estaba logrando pero no pudo contenerse volviendo al presente, cuando en sus fosas nasales se coló un olor un tanto peculiar. Sabía de quien era ese olor, era de un cigarrillo. Volteo sin pensar todo su cuerpo y se dio cuenta que una cabellera amarilla subía las escaleras. ¿Era su oportunidad de aclarar las cosas? Pero podría echarlo a perder, como en la tarde lo había hecho.
Lo que sea que pasara iba a hablar con el cocinero, así este no le prestara atención, iba hacerlo. Así que con el clima un tanto caliente abrazándolo, esperó que el cocinero subiera por completo las escaleras, sabía que cuando Sanji lo viera se devolvería para así no tolerar su presencia, así que cuando eso suceda lo agarraría y obligaría a que lo escuchara. Aunque la verdad no sabía que iba a decirle. Y mismo como el espadachín había pensado, Sanji al notar que Zoro está ahí lo miró con desagrado y dio la vuelta para irse por donde había venido.
-Sanji por favor- ruega Zoro en un hilo de vergüenza. Este no le prestó atención. Zoro bufó y lo tomó del brazo para que este se detuviera, cuando lo hizo lo subió de nuevo y caminó con Sanji tomándolo del brazo hasta que lo acorraló contra la barandilla, haciendo que este soltara un pequeño quejido por el golpe. – ¿Puedes escucharme?
-No quiero escuchar tus malditos rechazos marimo- sonó frío el cocinero. Haciendo que Zoro se extrañara por la repentina llegada del verdadero trato que ellos tenían. ¿Ya habrá vuelto el Sanji que recuerdo?
Zoro sacudió la cabeza para que esos pensamientos negativos salieran de él. Quería concentrarse en lo que realmente era ¿importante?
-Perdón por hacerte sentir mal yo...
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Gracias a la investigación (Zosan)
RomanceUn día Sanji despierta locamente enamorado de ¿Zoro? Este no sabe qué hacer por aquel sentimiento, así que solo se deja llevar por lo que éste siente. Pero un día desaparece dejando a los Mugiwara desconcertados. ¿Dónde estaba Sanji realmente? *Dere...