Gracias a la investigación (Zosan)

Capítulo 5

ZORO

-Es muy linda la ciudad- expresa Sanji con una sonrisa.

El espadachín solo le responde con una sonrisa mientras miraba cada centímetro del cuerpo del cocinero. ¿Lo que más le gustaba?... en realidad no sabría cuál sería, porque le gustaba todo de él. Su espalda, su cintura, cadera, hombros, piernas y lo demás que con esa ropa encima no se podía ver.

Estaban en la ciudad y Zoro quiso acompañar a Sanji mientras este compraba comida y otras cosas. Lo hacía para pasar mucho más tiempo con Sanji, así podría conocerlo mejor y ver más a detalle todas sus habilidades y cualidades. Lo que podía notar era que le gustaba mucho cocinar, aunque eso ya lo sabía. Pero nunca lo había visto en esa fase de emocionarse por cualquier comida que viera y casi al punto de lagrimear por fantasear en preparar algún platillo.

También quería mostrarle lo bueno que era él para hacer muchas cosas, pero pensaba en que esa cita no era para saber de él, sino de Sanji. "¿Tenemos una cita?" no pensaba que fuera así, solo él decidió salir con Sanji nada más, en realidad hasta el cocinero se había sorprendido de que Zoro lo acompañara. Tampoco podría preguntar si lo tenían o no, sería extraño. Pero si no lo decía podría perder una oportunidad de avanzar.

-Oe cocinero- se acerca a Sanji quien se encontraba en una tienda observando detenidamente una fruta.

Este voltea y le da unas monedas al señor que lo atendió. Camina hacia donde Zoro quien también caminaba directo a Sanji y al encontrarse sus narices se frotaron haciendo que los dos al tiempo quedaran estáticos al roce. El espadachín junto con el cocinero, mantuvieron sus miradas juntas, sin percatarse de que ya habían llamado la atención. Zoro al darse cuenta de unos murmullos que soltaban mientras los miraban, se separa unos cuantos metros de Sanji. Este al tener más espacio solo intenta acercarse más al espadachín.

-Cejillas nos miran extraño- trata Zoro de detener a Sanji quien lo seguía mirando fijamente.

-¿No quieres que nos vean juntos?- pregunta algo afligido el cocinero.

-A mí me importa una mierda lo que piensen los demás. Solo hay que detenernos porque quiero hacer las cosas bien. Quiero que esto sea verdadero y haya algo lindo entre nosotros- termina Zoro terminando de acortar la distancia con el contrario.

-Entiendo. Vamos a otra parte, me faltan muchas cosas que comprar- sale Sanji caminando hacia otro callejón donde había aglomeración de muchas personas comprando y vendiendo.

Al espadachín le recorre un escalofrío al saber que debía entrar allí y que otras personas se acercarían demasiado a él. Aunque ese pensamiento fue fugaz al percatarse que muchas personas por el corto espacio que había, tocaban en todas partes al cocinero. Este le hirvió la sangre y fue directo hacia Sanji y lo abrazó para seguir caminando en la multitud, así podía cubrirlo un poco con su cuerpo y si alguna maldita mano se acercaba al cuerpo del cocinero, lo golpearía y simplemente la quitaría. No iba a permitir que unas asquerosas manos tocaran a Sanji, primero muerto.

El cocinero al estar tan cerca del espadachín se ruboriza hasta las orejas. Zoro no le prestó atención, estaba ocupado en que nadie tocara a Sanji. Caminan por unos minutos hasta que Sanji jala la camisa del espadachín, este mira a Sanji y este señala una tienda de carne, supuso que debían ir allá. Entonces apretando más a Sanji en su regazo, caminan hasta estar al frente de la tienda, que milagrosamente no había tanta gente, así que Zoro mirando a todas partes y ya al percatarse que nadie tocara a Sanji, lo suelta y le asienta la cabeza para que hiciera lo que fuera hacer.

Sanji empieza a hablar con el vendedor sobre algunas carnes y otras cosas. Al terminar Sanji va hacia otra tienda donde estaba un señor, Zoro como si fuera un perro va detrás del cocinero y observa alrededor si había algún peligro que pudiera afectar a Sanji (en realidad el peligro era que nadie lo tocara). Al estar en la tienda empiezan a hablar de algunas cosas, pero de repente llega una mujer y habla secretamente con el hombre. Al hablar el señor asienta y le dice unas cosas a Sanji, este sale y deja a la mujer atendiendo al cocinero.