Obsesiones pelirrojas [✓]

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Jason

Rápidamente busqué mi celular en los bolsillos de mis tejanos, no llegaba a comprender que esto pudiera estar pasando otra vez. Gotas de sudor se filtraban entre mi camiseta, llegando hasta mi piel y adhiriéndose como si estuvieran hecho de lo mismo.

Sabía que tenía que relajarme y respirar, no era la primera vez. Era bueno para ello, además de para cagarla.

Después de tomar varias bocanadas de aire para estabilizar mi voz, presioné el contacto de mi hermana, Jenn, quien me responde casi al instante.

—Sucedió de nuevo —escupí aquellas palabras apenas escuché su respiración. Sentí que me laceraron la garganta, por lo que no dije nada más. Jenn sabía a lo que me refería, así que tampoco fue necesario.

—¿Es en serio Jason? —reclamó. Pude escuchar una puerta cerrarse, seguro la había molestado estando con alguien más. Quizás Ruby—. Bien —resopló casi gruñendo—, voy para allá.

Esperé pacientemente a su llegada, mi respiración se estabilizó junto a los latidos de mi corazón, volvía a tener el control, siempre acababa teniéndolo. Nosotros los Collins éramos buenos para mantener la calma, casi pude escuchar la voz de papá diciéndome justo esas mismas palabras.

Jenn abrió la puerta pasados unos quince minutos, sabía que estaba agitada, aunque no se le notara para nada, era mejor que yo ocultando sus emociones. Cerró la puerta y le hice un gesto con la cabeza, apuntando a la habitación vacía de nuestro piso.

La vi asentir ligeramente, cuidando cada uno de sus movimientos, aunque no hubiera nadie más que nosotros. Tomé la llave y me dirigí a abrirla.