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Esa mañana Wangji había sido reemplazado en el trabajo por su cuñado Hausiang, era raro verlo tan decidido a tomar su lugar pues no es por criticar pero ese doncel flojo era demaciado perezoso como para ir a trabajar de hecho siempre que volvía de entregar a los niños al colegio regresaba a su casa a dormir como una madre oso en hibernacion.

Pero bueno tomaría esta oportunidad para hablar con los maestros de sus sobrinos y su pequeño, además también tenía el pendiente de platicar seriamente con la madre de ese nuevo compañero que tenía a su hijo bastante remilgoso con la comida.

Yuan jamás había pedido más comida extravagante que la que el le ordenaba a la cocinera que preparará, desde niños ellos había llevado una alimentación vegana por salud, su hijo había crecido con este hábito pero de unas semanas atrás había estado interesado en poner a su comida algunos productos que no eran dañinos para el pero que no estaban en el estándar de un comensal vegetariano.

Bajo de su automóvil con la intención de pasar al colegio a hacerse el aparecido cuando vio en un negocio justo frente a la escuela como un hombre forcejeaba con un dependiente, se veía que el muchacho estaba teniendo dificultades para sacarse al insistente hombre de encima, segado por su sentido de la justicia demaciado arraigado en el por su estricta educación familiar, cruzo la calle casi corriendo para hacerle al hombre la peticion de que se fuera o llamaría a las autoridades, pero antes de que el le diera la advertencia a el perpetrador, el joven doncel se arrojo a sus brazos para plantarle un beso de esos que solo había visto en las películas de amor apasionado.

Santa mierdaaaa que diablos tenía esa lengua que estaba dentro de su boca haciéndole la endodoncia con ese trozo de carne, haaaa putaaaa madre, perdonen ustedes el vocabulario, nunca en su vida le había dado un beso que le parara todo lo que le colgaba entre sus piernas en un solo segundo, pa la zorra que enseñó a este joven a besar de esa manera le tendría que poner un altar.

Ying brinco al cuerpo de ese brutal hombre de hierro, amarro sus piernas en su cintura y probó hasta las anginas del macho con una succión marca babosa de mar, el hombre que lo había estado acosando salió corriendo al ver al chico comerse prácticamente al otro que había llegado, pero para los recién juntados cuerpos la operación bucal solo hizo que las brazas de su lívido apagado por años se encendiera más, de repente el doncel había entrado con el hombre sobre el, había corrido a todo el personal de un grito lujurioso, los cuales salieron prácticamente despavoridos por el acto tan impudico de su jefe.

Wangji se convirtió en un vehículo transportador de doncel, Ying lo conducía con maestría por todos los espacios hasta llegar a la sección de penumbra de la cafetería ahí entre los suaves cojines, colchonetas y suaves asientos hizo lo que nunca creyó que haría en su vida, retozo a calzón quitado con ese hombre que tenía más que una deliciosa zanahoria entre sus pantalones, dioooseeeesss con que alimentaba ese hombre a su mienbro.

Una, dos, tres, cuatro, ciiinnncooooo, madreeee miaaa esa era toda una proesa para el, había tenido sus primeros órgasmos montando a ese potro salvaje, se había venido en cada una de ellas y había recibido todo de ese hombre en su interior, ahora ambos descansaban en el piso totalmente flácidos como para mover un musculo, al menos hasta que la alarma de Wei Ying comenzó a sonar.

Era la hora en que debía ir por su bebé a la salida del colegio, sobresaltado se levantó como pudo de su lecho de lujuria, Wangji se incorporo también buscando sus prendas su teléfono y lo que pudiera haber destrozado en el local no quería que se lo cobraran a ese chico que le había dado la cojida de su vida, una ves más compuesto busco por todo el espacio al joven pero no lo encontró por ningún lado.

En la barra de entrada vio su teléfono,  pegado a la pantalla un póst tics que decía, non cierres la puerta cuando te vayas, no encontré mis llaves, tomé una pastilla del día siguiente así que no creo que tengamos ningún contratiempo, gracias por todo la pase muy bien, si en algún momento quieres pasar por aquí te invitaré un café en agradecimiento por la ayuda.

Wangji estaba en shock, gracias por la ayuda, pastilla del día siguiente,  de que diablos estaba hablando el mocoso mañoso que se fue de ahí después de haberlo llevado al cielo solo para arrojarlo ahora al infierno, a nooo ese vándalo corrompe hombres lo iba a escuchar ahora mismo, lo esperaria para que se hiciera responsable de sus actos.

Al menos esa era su intención pero de repente su teléfono comenzó a sonar era su hermano que había sido llamado por la escuela de los niños pues nadie había ido a recogerlos y el tubo que dejar el trabajo para ir por ellos pero el problema que Yuan estaba inconsolable diciendo que su papito lo había abandonado.

El Mio, El Tuyo Y Los Nuestros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora