IZUKU PET

Cap 28-Mt. Bitchface

Entró al estudio, pasando junto a varios miembros del personal mientras se preparaban para un show en vivo, hasta que encontró al presentador.

"Ey." Dijo Rumi, rompiendo el chicle que le estaba ayudando con sus náuseas matutinas para darle un efecto adicional.

"Oh, Mirko. Te ves... casual." La presentadora, dijo Oketa, se sorprendió de no estar vestida con su disfraz de heroína.

"Sí, realmente no me importan mucho las apariencias por el bien de las apariencias. ¿Vas a decirme qué estamos haciendo aquí?" Preguntó Rumi, no queriendo extender su tortura más de lo necesario.

"Oh, um, sí. Estaremos en vivo en solo unos minutos. Comenzaré hablando contigo a solas para darte la oportunidad de refutar lo que dijo Mt Lady, luego traeremos a Mt Lady para hablar contigo. Extraoficialmente, soy un fan y prometo fingir que no lo sé, pero me muero por saber. ¿Son suyos? Preguntó Oketa, arremangándose para revelar un tatuaje de Miruko ligeramente descolorido en la parte superior de su antebrazo colocado sobre un tatuaje detallado y fresco de One For All.

Rumi miró a su alrededor antes de asentir ligeramente. "Tuve un... ciclo de celo y él ayudó a su conejito a superarlo. No se lo digas a nadie y te lo presentaré".

Oketa tuvo un momento de emoción antes de adaptar sus rasgos para que fueran más profesionales. "Está bien, comenzaremos pronto, así que ve con ese tipo de camisa roja, él te dirá cuándo entrar".

Rumi fue y se paró junto al tipo de la camisa roja, esperando su señal para entrar. Una pasante dejó caer accidentalmente una ponchera y cuando el líquido pegajoso se acercó a sus pantuflas, deseó usar zapatos de verdad. 'Sin embargo, el Maestro me trajo hasta aquí, así que valió la pena. Tendré que pedirle a Momo unas zapatillas nuevas si se estropean.

Justo antes de que el golpe la alcanzara, el chico de la camisa roja le dio el visto bueno y ella entró, dejándose caer perezosamente en una de las sillas desocupadas, frente a la última vacía que se usaría para sentar a Mt Lady.

"Entonces, Miruko, ¿qué tienes que decir en respuesta a las cosas que Mt. Lady dijo sobre ti ayer?" Oketa comenzó, usando una expresión neutral practicada para evitar prejuicios.

"Lo único que dijo con verdad fue lo de que los conejos tienen un alto deseo sexual, pero no he dejado que eso corrompa mi moral. Todo lo demás que dijo no tenía ningún fundamento real". Dijo Rumi, apoyando sus pies sobre la mesa.

"¿En serio? ¿Cómo sabes que ella estaba mintiendo acerca de ser parte de su harén del que todo el mundo habla?" Oketa preguntó, ya sabiendo la respuesta, pero eso estaba fuera de los libros.

"Es un poco obvio, ¿no?" Dijo Miruko, tocando su cuello.

"Bueno, ¡me acaban de informar que se nos está acabando el tiempo y todavía necesitamos que estos dos hablen! Traigamos a Mt Lady". Dijo Oketa, mirando como Mt. Lady doblaba la esquina y se sentaba en su silla.

"Perdón por llegar tarde, el Maestro se puso un poco juguetón esta mañana". Dijo Mt Lady, sonriendo con su sonrisa más lujuriosa y atrapante.

"Bueno, señoras, ¿tienen algo que quieran decirse?" Oketa incitó, tratando de hacer avanzar la pelota.

"Sólo que creo que su obsesión con el Maestro no ha sido controlada durante demasiado tiempo. Presentaré una orden de restricción en nombre del Maestro que establece que ella tendrá que permanecer a una distancia de hasta cien metros de él en todo momento". Mt Lady dijo con una sonrisa engreída, incitándola a pelear. O no estaba embarazada y lo demostró peleando, o estaba embarazada y la pelea eliminó la única prueba que podría desacreditarla sin una participación directa con el propio Izuku.