sanando heridas

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No tengo idea de cuánto tiempo ha pasado desde la batalla , me encontré abriendo los ojos muy lentamente, sintiendo un dolor sordo y constante en todo el cuerpo, pese de eso, el dolor no era tan insoportable como el que había experimentado durante aquella terrible batalla. A medida que recuperaba la consciencia, me di cuenta de que mi cuerpo estaba envuelto en vendas, estaba acostada en una camilla, y al observar mi entorno, me di cuenta de que estaba en una instalación médica de algún tipo, probablemente un hospital, el ambiente estéril y el olor a desinfectante eran indicativos que confirmaban esto mismo.

Decidí descansar otro ratito, pues mi cuerpo aun se sentía un tanto débil y agotado, por lo que me encontraba en un estado de semi-consciencia cuando escuché el sonido de la puerta abriéndose y alguien entrando. Al abrir los ojos y levantar la mirada, vi a una figura humana ante mi, de inmediato, reconocí a la persona que había vislumbrado justo antes de desmayarme, la familiaridad me trajo un sentimiento de alivio y tranquilidad.

Ahora que la situación se había calmado y yo estaba en un estado más sereno, pude observarla con más detalle. Vestía un pantalón de mezclilla desgastado y una playera blanca con pequeños desgarros aquí y allá, su cabello es de un tono azul oscuro, recogido en una coleta bubble, un estilo que le daba un aire curioso. Me di cuenta de que tenía varias curitas adhesivas esparcidas por su rostro, evidencia de que había estado en más de un apuro.

Ella se acercó a mí llevando en sus manos un plato humeante de sopa, su delicadeza en cada movimiento era evidente, con un gesto amable se sentó en la silla que estaba al lado de la camilla, su presencia llenando el espacio entre nosotras con una calidez reconfortante, dejando escapar un pequeño suspiro se volvió hacia mí y dijo con una voz suave “me alegra que hayas despertado, mi nombre es Catherine ¡fue realmente impresionante lo que lograste hacer con el cegador!" las palabras flotaban en el aire mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Agradecí con sinceridad "gracias Catherine, no estoy segura de si hubiera podido salir viva de allí sin tu ayuda" a lo que ella respondió con humildad "no necesitas agradecerme" luego con un gesto suave y cuidadoso, tomó una cuchara llena de sopa y la acercó a mis labios, decidí seguirle el juego y abrí la boca, dejando que la sopa templada entrara, resultó ser sopa de champiñones, un sabor que inundó mi paladar. Me gustaría decir que me sentía como cuando era niña, pero como nunca tuve una experiencia así de chiquita, solo me limitaré a decir que fue una bonita experiencia.

Cuando Catherine retiró la cuchara de la sopac mo pude evitar mirarla, pensativa, sintiendo una necesidad imperiosa de resolver mis dudas, por lo que rompí el silencio con una pregunta "¿qué pasó con Abdiel y Elvira?"

Catherine tomó un respiro antes de responder "¿te refieres al caballero y a la joven de la capucha roja?" preguntó, a lo que asentí con la cabeza "ambos están siendo atendidos por una amable mesonera y una pequeña princesa, son tus amigos, ¿verdad?"

Su pregunta fue seguida de un silencio tenso, mientras ella esperaba mi confirmación, una vez que asentí con la cabeza, ella continuó  "la joven de la capucha roja parece haberse lastimado bastante la espalda, pero con el tratamiento adecuado, estoy segura de que podrá recuperarse por completo"

Al escuchar esto, sentí cierto alivio, pero también una punzada de tristeza por Elvira, catherine notó mi preocupación y apresuró a continuar "en cuanto al caballero está progresando muy bien, diría que en unas horas podrá estar de pie y moverse como si nada hubiera pasado."

Mientras me explicaba esto, siguió alimentándome con la sopa, cuidadosamente, hasta que el cuenco estuvo vacío, me sentí satisfecha, no solo por la comida sino también por la información que había obtenido, le sonreí a Catherine agradecida por su amabilidad y comprensión, aunque aún tenía algo que me dejaba desconcertada.

No podía entender el motivo de su amabilidad, pues ni siquiera la conocía, finalmente,no pude resistir la tentación de buscar una explicación y le pregunté "gracias... aunque, disculpa si soy groesera pero ¿cómo puedes ser tan amable con una extraña como yo?" ella mantuvo su sonrisa y respondió, "Creo firmemente que no debemos abandonar a quien necesite ayuda, sin importar quién sea" me quedé sin palabras y no pude hacer más que bajar la mirada tocada por su acto de generosidad, por último con un nudo en la garganta y el corazón lleno de gratitud le dije "de verdad, no puedo expresar cuánto te agradezco por tu ayuda”

Con el paso del tiempo le pregunté acerca de su historia, ella se describió como una trotamundos, nómada por naturaleza, que vivía en las altitudes de la montaña Tritona, curiosamente, el mismo pueblo donde yo crecí, pero no se quedó en un solo lugar, sino que se pasaba gran parte de su tiempo explorando entre diferentes reinos en una búsqueda constante de algo. No llegué a descubrir qué era lo que buscaba exactamente, puesto que en mitad de su relato, se detuvo, asi que yo por respeto y para no incomodarla decidí no preguntarle.

A medida que hablábamos, sentí cómo la fatiga y el agotamiento que había estado sintiendo comenzaban a disiparse, con un esfuerzo considerable, me las arreglé para sentarme en la camilla, y luego, con la ayuda de Catherine, intenté ponerme de pie, aunque me costó un poco al principio, finalmente logré mantenerme en pie por mi misma.

Una vez que estuve segura de que estaba bien, Catherine se despidió y se marchó, dejándome a solas en la sala. Pero aunque se había ido, la imagen de aquella valiente y amable aventurera que me había salvado a mí y a mis amigos se quedó impresa en mi mente, un recuerdo que no olvidaría fácilmente.

Me quedé de pie, mirando a mi alrededor, mis ojos encontraron mi báculo y la espada de los campeones, descansando en su respectivo portaespadas, por lo que tomé ambas armas sintiendo su familiar peso en mis manos y espalda, luego procedí a salir de la habitación, al salir viva que mis suposiciones eran reales, estaba en un hospital.

Al llegar a la sala principal decidí acercarme a la recepcionista, una teatan de aspecto amable, a quien le pregunté por Abdiel evitando mencionar a Elvira, ya que conocía bien su orgullo y estaba seguro de que lo último que querría era que alguien la viera en un estado de derrota. La recepcionista, tras consultar su registro, me indicó la sala en la que se encontraba Abdiel.

Me dirigí a la sala de inmediato, al llegar lo encontré a Abdiel acostado en la camilla, su rostro apacible en el sueño, la princesa y Loraine ya no estaban presentes por lo que me senté a su lado, observándolo, era raro verlo sin su yelmo, su cabello negro estaba alborotado y un poco más largo de lo que había imaginado.

Su rostro, se veía tan calmado en su sueño, y su torso estaba completamente vendado, aunque sus brazos estaban libres. Verlo en este estado me provocaba una sensación extraña de ternura, ahora su apariencia física concordaba con la percepción que siempre había tenido de él, más allá de su reputación como guardian.

De repente pude notar un cambio en su comportamiento, se alteró un poco y su pecho subía y bajaba de manera agitada, casi como si estuviera en medio de un esfuerzo físico intenso, incluso comenzó a sudar un poco, siendo obvia su preocupación. Mientras esto sucedía, balbuceaba cosas como "universo....control....soledad" yo no entendía bien a qué se quería referir o qué imágenes estaban atormentándolo en su mente, pero era evidente que estaba sufriendo en la pesadilla que estuviera teniendo.

Impulsada por un instinto protector, puse una mano en su frente y empecé a acariciar su cabello con suavidad, como un gesto tranquilizador que podría alejar lo que le estuviera atormentando, esta acción pareció funcionar de inmediato, su respiración comenzó a tranquilizarse y un pequeño rubor se formó en sus mejillas, como si estuviera encontrando algo de paz en medio de su agitación.

Luego sin pensarlo demasiado comencé a murmurar una pequeña tonada que se me vino a la mente, era una canción sin palabras, solo una melodía suave y calmante. Abdiel solamente quedó tranquilo en su sueño como un tierno niño, un niño que se ocultaba en una armadura tan pesada que era demasiado para el…

guardián tales: Desviación del cuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora