Al laboratorio de Marianne

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Era de tarde, o algo asi, solo se que es en el momento en que el anciano misterioso nos había citado, con la dirección que nos había proporcionado en nuestras manos, nos dirigimos a la ubicación señalada, al llegar, el anciano simplemente nos instó a relajarnos, y luego, sin ofrecer ninguna explicación adicional, desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Este comportamiento nos pareció extraño y sospechoso, por lo que los tres, Elvira, Abdiel y yo, decidimos separarnos para investigar el lugar y buscar cualquier signo de actividad sospechosa, mientras buscaba algún indicio que nos pudiera dar una pista de lo que estaba sucediendo, encontré un mecanismo oculto que bloqueaba una puerta hacia un cuarto secreto. Pero, a medida que me acercaba, el mecanismo se activó y la puerta se abrió, escuchando el sonido de un botón pulsado a lo lejos, decidí explorar este cuarto recién descubierto.

Después de revisar a fondo cada rincón durante un buen rato, descubrí unas escaleras ocultas que descendían hacia lo desconocido. Con un suspiro de resolución, bajé por ellas, solo para encontrarme con un par de guardias desconocidos.En el instante en que me vieron, lanzaron un ataque contra mí. Aunque me sorprendió, supe que tenía que tomar medidas y defenderme.

Mi primera reacción fue alcanzar mi báculo, pero en un instante de reflexión, pensé que solo eran dos y que esta podría ser una excelente oportunidad para practicar con la espada de los campeones, pues loraine me había dicho que tendría que aprender a manejarla para cuando recuperara todo su poder, y este parecía ser el momento perfecto para poner en práctica esa lección.Saqué mi espada y me preparé para enfrentarme a los guardias que se interponían en mi camino. Sin embargo, las cosas no salieron exactamente como las había planeado.

En mi primer intento de ataque, la espada se me resbaló de las manos, golpeando bruscamente contra una pared cercana. Fue un comienzo desastroso, pero afortunadamente, contaba con suficiente agilidad y reflejos para esquivar los ataques subsiguientes de los guardias y recuperar mi espada. Una vez que tuve de nuevo el arma en mis manos, lancé un segundo ataque contra uno de ellos. Pero mi golpe apenas logró rozarlo, no causándole daño significativo. Esto, desafortunadamente, les dio a los guardias la oportunidad que necesitaban para lanzar un contraataque. Me encontré retrocediendo, sintiendo el dolor que empezaba a palpitar en mi cuerpo.

Sin embargo, no estaba dispuesta a rendirme tan fácilmente. Reuní todas mis fuerzas y lancé un tercer ataque, esta vez con un impulso mucho mayor. Mi objetivo era claro y mi determinación era fuerte, pero, para mi descontento, los guardias lograron esquivar mi ataque. Mi espada, que había estado cargada con toda mi fuerza y esperanza, se clavó en el suelo, dejándome expuesta una vez más. Intenté con todas mis fuerzas liberarla, la adrenalina y el pánico corriendo por mis venas. Sin embargo, en esa breve fracción de segundos, uno de mis adversarios aprovechó mi vulnerabilidad. Me agarró de los brazos, inmovilizándome. Mientras tanto, el otro me conectó un golpe brutal con el mango de su espada. El impacto fue tan fuerte que me hizo derramar un poco de saliva, un amargo recordatorio de mi situación. Antes de que pudiera reaccionar, el segundo adversario me empujó con una violencia innecesaria. Me desequilibré y caí al suelo, la tierra y el polvo mezclándose con el sabor de mi derrota.

Justo en el momento en que estaba a punto de intentar tomar la espada, resonaron dos disparos, los guardias, que hasta hace un momento habían estado en posición para matarme, yacían ahora derrotados en el suelo. Al levantar la vista, pude ver a Elvira, cuyo rostro reflejaba un evidente enfado. Había sido ella quien me había salvado de una situación potencialmente mortal.En agradecimiento, hice una reverencia respetuosa. Sin embargo, ella giró su cabeza a un lado con desdén. "No creas que te salvé por ti, solo lo hice porque esos guardias eran presa fácil", afirmó. Sin embargo, pude percibir un ligero temblor en su voz, como si estuviera tratando de ocultar algo. Decidí no comentar nada al respecto y simplemente continuamos avanzando.

guardián tales: Desviación del cuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora