Capitulo 4°

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     Mis papás habían hablado con la dirección, ahora me dejaban entrar media hora antes y no podía participar en los famosos premios de quién llegaba primero bla bla bla. Miraba por la ventana las gotas que caían mientras escuchaba música. De pronto alguien me saco mi auricular mire de prisa.

-¿Que?. - alcé una ceja.

     Era ella. Con todos, solo faltaba el que me había mirado ayer.

-Eres valiente. - sonrió y se apoyó en la mesa.

-¿Me vienes a molestar?. ¿Pensaste que solo hablaba si tenía una amiga?. - dije mientras me paraba.

-No vengo a discutir Eider. - dijo tranquila.

     Los demás se sentaron mientras nos miraban. Solo éramos ella, sus dos hermanos, su hermana y yo.

-Anna. Me llamo Anna. - dije sentándome.

-Claro que no. - negó ella.

-Uf. - dije y mire a la ventana.

-Eres rara. - me dijo un chico.

-Crees que me importa como piensen. - dije borde.

-Bueno ya demostraste que no te importa nada. - me dijo ella. - ¿Porque eres así?. Tanto te lastimaron Eider.

-A ti que importa. Rubia oxigenada. - dije mientras me paraba.

     Tome mis cosas y pase por su lado, le metí un empujón con mi hombro, pero sentí como si hubiera chocado contra una pared. Ellos abrieron los ojos, yo apreté mis dientes y salí como si no me doliera.

     Me fuí, me fijé que no vinieran atrás de mi y corrí al baño. Llegué y un grito de dolor salió de mi, mire mi hombro, literalmente me lo había sacado. Mordí fuerte el puño de mi campera y me lo acomode.

    Si que tú papá fuera enfermero tenía sus ventajas. Me mire al espejo, tenía los ojos rojos con lágrimas de dolor. Comencé a masajear mi hombro, Dios esa chica si que era fuerte o yo me había vuelto más débil.

    Salí del baño y mire la hora. Me apuré a ir al salón, ya que no quería ver la horda de adolescentes. Pero no me dejaron entrar, suspiré y tuve que esperar no solo a qué tocará el timbre si no que también a qué todos pasen.

     Cuando al fin no había ni un alma. Pude ir a mi clase, (dónde estaba antes que ellos llegaran). Entre al aula y todos estaban sentados, la profesora me miró mal.

-Señorita Vitaly... Tengo entendido que sus padres vinieron a hablar para que usted pueda ingresar media hora antes. Y acaba de llegar tarde a su primer clase. - decía molesta.

-Lo siento maestra. Tuve que ir al baño. - murmuré.

-Es nueva señorita. Pero la siguiente semana no tendrá más piedad. - dijo y me hizo una seña que me siente.

     Le sonreí a Fiona, y me fije que asiento quedaba libre... Y todo el salón estaba lleno, menos al lado de ella. Suspiré y me fuí a sentar justamente donde estaba antes, nomás que ella se sentó al lado. Todo para fastidiarme. Me senté e intente ignorarla toda la clase.

      Pero sus risas me molestaba, ellos se miraban entre si y se reían solos, como si ellos entendieran todo o se burlaban de algo. O alguien.

-Dinos el chiste. - dije cansada mirándola.

-¿Perdón?. - dijo ríendo mientras me miraba.

-Que cuentes el chiste para que nos ríamos todos. - dije de mal humor.

-¿Que pasa ahí al fondo?. - dijo la profesora.

-Eider está de mal humor. - dijo ella y solo sus hermanos rieron.

-No, que hace dos horas están riendo. Ya me tienen podrida. Por eso les digo que cuenten el chiste para que nos ríamos todos juntos.

-Señorita Kennedy, no quiero oírla reír de nuevo. Si escucho a alguien hablar una vez más e interrumpir mi clase, lo mandaré a detención. - dijo molesta y siguió con su clase.
 
      Suspiré tranquila, pero después de esa clase, ella no volvió a hablarme más, era como si yo no existiera. Me quedé confundida, al punto de que la estoy viendo fijamente en la cafetería y ella no a movido ni un pelo. Cómo antes hacía, siempre me quería molestar.

-Esa rubia, me enoja tanto. - le dije a Fiona molesta.

-Eres a la única persona que habla después de años. Deberías sentirte bien, créeme Miles de chicos quisieron llamar su atención y nunca hablo con nadie. Contigo hasta discutió, se sentó contigo. Ellos siempre se sientan entre ellos.

-Mmm... Me cae horrible, es una idiota. - negué.
  
      Ella se giro a verme.

-Y tu una anoréxica. - dijo y se encogió de hombros.

-¿Que me dijiste oxigenada?. - dije molesta y me pare.

     Ella se paró y me espero. Mientras caminaba hacia a ella molesta.

-Que nunca comes nada. Tienes tus pequeñas dietas guardadas, pero tampoco las comes. Eso te convierte en una anorexica, mueves la comida pero no tragas ni un trozo. ¿Acaso eras una gorda?. - dijo ríendo.

      Y juró que mi puño se estampó contra su cara tan fuerte que ella quedó shockeada con la cabeza hacia un costado y su mano en su mejilla.

-No te metas conmigo. - le dije molesta en el oído.

    Abrió sus ojos y me miró sorprendida.

-¿Que eres?. - susurró.

-Ada. - dijo acercándose uno de sus supuestos hermanos.

-Brais... Viste eso. - decía shockeada.

-Vamos. - le dijo el y los demás se fueron.

      Me quedé viendo como los 5 huían, como si deberían hacer algo súper importante. Me quedé mirandolos, confundida.

      De pronto todos en la cafetería me... Aplaudían, Fiona vino hacia mi feliz.

-Nunca nadie logro tanto como tú Anna Vitaly. Eres una genia. - decía riendo.

-Tu segundo día y ya los pones en su lugar. No me imagino que pasará el resto del año. - decía Andrew feliz.

      Todos me hablaban, me decían cosas, pero yo solo podía oír la voz de Ada diciendo: "¿que eres?".

        Cómo que, que soy...

𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨... 𝑵𝒆𝒄𝒆𝒔𝒂𝒓𝒊𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora