Las risas inundaban la casa, mi tío contaba anécdotas o recordaba lindos momentos con mis padres.Un silencio se creo en la mesa, los cuatro sonreímos de costado, ellos bebian vino y yo jugo de uva.
-¿Entonces como fue que se perdió tu teléfono?. - me preguntó mi tío curioso.
-Eh no lo sé. Ese viernes fui a casa de mi compañero, y me di cuenta tarde que no tenía mi teléfono. Ese día fue extraño. - dije al recordarlo.
Mi tío me hacía olvidar todo lo que me pasaba, cuando estaba con el, solo había risas
-¿Extraño?. - me preguntó papá.
-Si bueno... La familia Kennedy no es normal. - dije ríendo mientras bebia jugo. - Y mamá nunca respondió, su teléfono se había apagado, papá estaba de guardía entonces no podía hablar. Entonces mamá nunca me fue a buscar, me trajo mi compañero. Pero mamá recordaba que si tenía batería. Y luego el tío apareció de la nada. Y hizo que mamá fuera al bosque con el y...
El ruido de mi tío me interrumpió. Un carraspeó salió de sus labios y bebió vino.
-¿Recuerdas que te dije Eid?. - me miró serio.
-¿Acaso mi hija no puede contarme algo que le pasó?. - dijo papá serio.
Ambos se miraron.
-Okey. Sigue. - dijo mi tío tranquilo.
-Bueno, salí de casa a buscar a mamá porque no sabía que era el tío quien estaba con ella. Entonces me perdí en el bosque. - segui mi historia.
-¿Te perdiste?. - dijo mamá preocupada.
-Por favor amor. Déjala terminar. - papá me miró. - Sigue cielo.
-Bueno, entonces... Cuando estuve en el hospital cuando me desmaye, tuve un sueño, corría descalza por el bosque. Entonces ese día, comencé a correr y perdí mis pantuflas. Fue como vivir mi sueño. - mire a papá.
-Vaya Eid... Tienes razón, últimamente pasan cosas raras. - miró a mi tío.
-Si... - murmuré.
Un silencio incómodo se formó en la mesa.
-¿Al final cuando te irás Abraham?. - dijo papá cruzando sus brazos.
-En dos días. ¿Porque?. Si quieres me voy. - mi tío miró a papá serio.
-No hace falta. - dijo papá serio.
Nuevamente el silencio llegó a la mesa. ¿Acaso era mi culpa?.
-Bueno. Con permiso. - mi tío se paró y se fue de la mesa.
Me quedé con mis papás.
-¿Ustedes también lo ven raro?. - susurré a mis padres.
Me incline para hablar y ellos también.
-Si. - dijo papá.
-No. - dijo mamá al mismo tiempo.
Papá y yo nos miramos. Y mamá también carraspeó incómoda. Así que se levantó a alzar la mesa, con papá nos quedamos sentados y cuando se fue hablamos.
-¿Sabes que les pasa?. - le pregunté y negó. - Mamá también está rara. Creo que pasa algo y el tío se lo dijo. Pero ninguno habla de eso. - le dije de prisa.
-Mmm... Algo pasa... Sabes Eider, hay un secreto familiar muy grande. - murmuró el muy bajo.
-¿Que secreto pa?. - dije rápido