La venganza de Hédone

1 | La diosa del deseo

Hola a todos. De nuevo @ElleMC16 y @SophFrikk se unen para traerles esta mini historia. Esperamos que la disfruten.

—¡No es justo! —exclamó el semidiós algo enojado.

—Basta de quejas Perseus —espetó la diosa del amor, algo frustrada por la renuencia de Percy en obedecer sin protestar.

—Claro que me quejo, recién terminó la guerra con Gea, en la que casi morimos todos y lo único que quiero hacer es pasar tiempo con mi novia y ahora tú vienes y me exiges que vaya en una misión. ¿Acaso no hay más semidioses en tu lista?

Un ligero tic apareció en el ojo de Afrodita, aun así ella no dijo nada ante la indolencia del adolescente, era claro que él tenía razones de sobra para enfadarse por querer enviarlo a una misión, y ella más que nadie deseaba ver a Percabeth unido y sin que nadie los molestara, pero aquello era demasiado importante como para dejarlo en manos de un novato. Si ella no conseguía de vuelta lo que le había sido robado podría significar la vida o la muerte de alguien, así que lo mejor era no exponerse.

—No, y ya basta, necesito que recuperes mi cepillo favorito, Hédone espero a que me descuidara para robarlo y lo necesito de vuelta —explicó la Diosa—, de hecho creo que tardas más haciendo este berrinche que en el ir por él, así que es momento de que me vaya y espero verte pronto con mi cepillo.

La Diosa se esfumó en una esfera de luz, después de eso, a Percy no le quedó más opción que prepararse para partir. Esta era una misión en solitario, por lo que el peor castigo era que no podría ir con Annabeth y quién sabe cuánto tiempo se tardaría en recuperar ese cepillo.

—Hola, sesos de alga —dijo la rubia al entrar en la cabaña de Poseidón, luego de la guerra contra Gea, Annabeth había pasado algunas noches ahí para evitar las pesadillas o poder calmarse el uno al otro en caso de tener una—. ¿Qué estás haciendo? —preguntó curiosa al ver como su novio empacaba algunas cosas sin haberle dicho nada al respecto.

—Tuve una muy agradable visita hace unos minutos, de cierta Diosa que perdió algo muy importante para ella y podría representar la vida o muerte de alguien —respondió él con un tono aburrido y hasta cierto punto irónico.

—¿Ah, sí? ¿Quién estuvo por aquí? —preguntó la rubia tomando asiento en la cama un poco intrigada por lo que acababa de mencionar su novio, porque aquello sonaba muy importante y de extremo cuidado.

—Afrodita, alguien robó su cepillo y ahora quiere que lo recuperé y creo que me amenazó con que debo hacerlo rápido —respondió el semidiós sentándose al lado de su novia.

—Bien, entonces te acompaño —Annabeth pronunció con entusiasmo, pero su emoción acabo cuando Percy la miró con una expresión que supo descifrar claramente, esa era su expresión, hay más y no son buenas noticias—. ¿Qué sucede sesos de alga?

—Es una misión en solitario —respondió poniendo ojos de foca—, por alguna razón Afrodita quiere que vaya solo, y no sé cuánto tiempo me tomará esto, y me enoja que lo pida ahora, justo cuando al fin tú y yo podemos disfrutar de algo de paz.

—Calma, sesos de alga —dijo ella acercándose a él para rodearlo con los brazos— estoy segura de que ir por un cepillo no representará ningún problema para ti, de hecho el problema es que sepas controlar tu boca.

—Listilla —dijo a modo de reproche mientras rodeaba su cintura con sus brazos.

—Tú mejor que todos sabes que es cierto, tu gran boca nos puede meter en muchos problemas Percy, así que este será tu plan de acción, sales, buscas el cepillo, mantienes la boca cerrada, lo encuentras y vuelves, y espero que puedas hacer todo eso en el término de 3 días máximo, sesos de alga.