8| Traición en pantalla plana

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Pronto ambos semidioses partieron a esta nueva misión para descubrir dónde habían quedado los recuerdos de Percy, sin poder evitarlo constantemente se encontraba fantaseando con la noche que no recordaba,  quería imaginar cómo eran los besos compartidos  entre Annabeth y él,  las caricias o verla desnuda y todo lo demás que implicaba el acto sexual.

— ¿Esto es un Spa?, ¿Hedone está en un Spa? — preguntó Annabeth al llegar a la entrada del lugar en donde Percy había llevado a cabo su exitosa misión. 

— Si.. — respondió un poco incómodo—  tal vez deberías saber que este no es un Spa regular.

—¿A qué te refieres con eso? — preguntó la semidiosa— ¿ Qué tipo de Spa es este?

— De los que tienen finales felices— respondió el azabache un poco incómodo.

Ninguno de los jóvenes quisieron discutir más sobre este asunto por lo que se aproximaron a entrar.

— Esto no es como lo recuerdo— comentó Percy Pues la recepcionistas que le atendió cuando vino por primera vez ya no estaba— Creo que el hecho de que degollara Hedone hizo que el negocio viniera en picada.

— Eso no es gracioso Percy—respondió la rubia estando completamente alerta cualquier mínimo movimiento que pudiera aproximarse.

—Percy Jackson, sabía que ibas a regresar, todos regresan alguna vez, aunque he de admitir que tú regresaste más pronto de lo que yo tenía previsto —Comentó con gracia a Diosa

— Vengo a que me devuelvas mis recuerdos— dije  desenvainando mi espada.

— Por supuesto que quieres recordar el maravilloso momento que pasamos juntos—  dijo la diosa sin temer por el arma que se encontraba en la mano del semidiós.
— ¿Qué? —Dijeron los semidioses al unísono.

—Nosotros no pasamos ningún momento juntos,  ¿ O es que te refieres al maravilloso momento en donde te degollé?— dijo Percy sin dejarse intimidar por las palabras de la diosa.

—Vaya,  realmente estás muy confundido semidiós, Creo que debería refrescarte la memoria,  de como me besaste, o como toque tu cuerpo desnudo, o la forma en la que me hacías el amor.

—Annabeth, eso nunca sucedió te lo juro— dijo el semidiós pues veía la expresión de horror en la cara de su novia.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro si parece ser que tampoco recuerdas la primera noche que fuiste con tu novia? — dijo de forma malintencionada.

— Pues yo no creo que Percy haya hecho eso, lo conozco lo suficiente como para saber que nunca se metería con una diosa como tú—  respondió Annabeth desafiante.

— No seas tan tonta hija de Atenea, yo tengo pruebas de que estoy diciendo la verdad— dijo la diosa con un aire de suficiencia.

— Quiero verlas—   respondió Annabeth desafiante.

— Excelente porque pensaba mostrarlas de igual forma— respondió la Diosa para proceder a mostrar un video de seguridad en donde se veía un hombre de cabello negro,  desde otra perspectiva se lograba ver que aquel hombre de cabello azabache era Percy.

La respiración llevamos se volvió superficial,  ninguno de los dos creía lo que estaba viendo en ese momento, para Annabeth  para era físicamente imposible pensar que Percy realmente le hubiera engañado. En aquel video se podía observar claramente la pasión con la que sus cuerpos se encontraban.

— Annabeth— dijo Percy con cuidado, sentía que una parte de su vida iba a terminar muy pronto. Ella solo atinó a mirarlo con lágrimas en los ojos.

— Por cierto hija de Atenea, quiero que sepas que la respuesta a tu incógnita es si, Percy  no te desea,  lo que hizo era porque estaba embrujado por mí,  él nunca te verá como algo más que una amiga físicamente hablando.

— Eso no es verdad Listilla—El semidiós sentía que su corazón podría salir por su boca en ese momento, La única razón por la que no tenía un ataque de pánico en ese instante era porque su cerebro le gritaba que debía hacer lo posible para recuperar a Annabeth,  no sabía si realmente la había engañado,  realmente no podía recordarlo.  una parte de él gritaba que él no había hecho eso pero las pruebas estaban ahí.  — te juro que yo te deseo y te amo con mi alma, y jamás te engañaría,  seguramente ella me engañó para que hiciera eso debes creerme,  por favor, te lo suplico.

La expresión en el rostro de Annabeth era de dureza pero, algunas lágrimas se derramaban por su rostro sin permiso.

— Regresale sus recuerdos— pidió Annabeth con la voz entrecortada, la lágrimas por la traición que sufrió no dejaban de derramarse por sus ojos, no podía ni quería ver el rostro del que una vez fue su mejor amigo, compañero y novio.

— Como gustes—respondió Hedone con una sonrisa complaciente.

Sin hacerse esperar más chasqueo los dedos, pronto las memorias borradas de Percy Impactaron él con la fuerza de un tsunami; aquello que el semidiós fuera tumbado hasta quedar en el suelo, una ola de emociones llegaron a él,  pues, ahora veía claramente su regreso de la misión, la forma en la que besó a su novia, la sensación de su piel contra la suya. En su mente ahora está instalada la sonrisa de Annabeth luego de un beso apasionado, la forma en que la luna iluminó su cuerpo casi desnudo aquella noche en los establos, su lengua podía saborear la piel de su amante cuando besaba su cuello o cualquier parte de su ser.

Las manos del semidiós empezaron a temblar pues, llegó de golpe su primera vez con Annabeth, la sensación de plenitud que se sentía al tener su cuerpo junto al suyo y  la certeza de que su cuerpo fue creado para encajar junto al de ella, él estaba hecho a la medida de Annabeth. Era él el que había vivido esas emociones y  hedoné lo privó de revivir cada instante de esa noche en su mente.

Su corazón galopaba como un caballo salvaje por la emoción de lo sucedido,  antes sabía que estaba enamorado de ella pero ahora estaba completamente seguro de que no había un mundo en el cual él pudiera sobrevivir sin estar a su lado,  luego de esa noche estaba convencido que todo él le pertenecía a su novia.

La venganza de HédoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora