A Annabeth le sorprendió la audacia de su novio, y estaba algo extrañada, Percy jamás se había mostrado tan abierto con respecto a ese tema, ni la había tocado así en público ni en privado, no sabía de dónde había venido aquel aire, pero empezaba a ponerse nerviosa, la mirada que le daba su novio le empezaba a poner los pelos de punta. Ella jamás había sido una chica que se dejara intimidar, pero ver a Percy mirándola de una manera completamente nueva, a veces mordiéndose el labio inferior, o apartando su cabello de su rostro.
—¡Deja de mirarme así! —pidió ella.
—¿De mirarte cómo? —preguntó él con gracia, completamente consciente de las reacciones que tenía su novia ante su actuar.
—Pues de esa forma en que… —no pudo continuar porque su cabeza quedó atrapada en las manos de Percy y sus labios se estamparon con los de ella, salvajemente. La rubia siguió instintivamente con el beso hasta que sintió como la lengua de su novio recorrió toda su boca, y vale, ya habían tenido algunos besos intensos, y con lengua, pero este era completamente diferente, estaba cargado con una enorme cantidad de deseo, la forma apasionada en la que los labios de Percy dirigían ese beso hacía que el cerebro de Annabeth dejara de pensar de una forma coherente.
—¡Perry Johnson, Annabelle! —dijo Dionisio enojado—. Esas demostraciones de afecto no son bien recibidas aquí, ambos están castigados… Limpiarán los establos, a ver si el trabajo pesado los hace comportarse.
Luego de tal regaño y la vergüenza posterior, Annabeth decidió levantarse y salir de ahí lo más pronto posible, parecía que Percy quería que empezaran a correr chismes de ellos y meterlos en problemas. Tenía algunas actividades que terminar, así que decidió apartarse de su novio y dejar que su cuerpo se enfriara.
Al caer la tarde, Annabeth había terminado con sus actividades diarias, por lo que se disponía a iniciar un libro para evitar pensar en lo raro que estaba actuando su novio; sin embargo, sus planes fueron interrumpidos por la misma persona que quería olvidar.
—Hola Listilla —dijo Percy con la misma sonrisa traviesa que le había venido dando todo el día.
—Hola Percy —respondió ella tratando de mantener cierta distancia.
—Ve por tu traje de baño, iremos al lago a distraernos un poco antes de tener que ir a limpiar los establos.
—No estoy segura de eso Percy —comento pensando en cómo sería tener a Percy frente a ella, mientras estaba en un bikini con su nueva actitud.
—Vamos Listilla, tengo muchas ganas de ir a nadar, por favor acompáñame, además, sería bueno hacer algo de pareja, antes de tener que limpiar los establos, ¿qué dices?
—Tal vez podríamos hacer otra cosa —pensó ella, algo que no implicara verlo con poca ropa.
—¿Acaso tienes miedo de estar a solas conmigo en el lago Listilla? —preguntó burlonamente.
—Claro que no —espetó a la defensiva.
—Excelente, entonces te veo en el lago en quince minutos —dijo el hijo de Poseidón para después irse a preparar.
Desde que Percy llegó solo tiene una cosa en mente, estar a solas con su novia, quería poder besarla y abrazarla sin que nadie los interrumpiera, querer tocarla y saber que estaba ahí para él, necesitaba sentir su aliento cerca de él. Rápidamente, regresó a su cabaña para cambiarse por un bañador y esperar a su Listilla sentado en una manta sobre la arena. Miró, desesperado, a todos lados, con la esperanza de ver a su novia pronto, las ansias lo estaban carcomiendo.
Su ansiedad sólo se calmó cuando vio a cierta rubia acercarse a él con una sonrisa nerviosa, rápidamente se puso de pie para recibirla, casi podía saltar de la emoción por verla ahí.
—Viniste —dijo Percy tomando las cosas que ella había traído, para dejarlas sobre la toalla en la que él estaba sentado.
—Aquí estoy —pronunció algo tímida, para luego quitarse la playera y el short y quedar solo en un bikini azul.
—Bien, vamos al agua —dice Percy tomando su mano para guiarla al lago.
Annabeth estaba a la expectativa por lo que podría suceder, pero decidió entrar al agua con su novio, el solo toque de su mano con la suya hizo que la recorriera una corriente eléctrica. Con pasos largos entraron al agua, chapotearon por unos minutos hasta que Percy fue exactamente por lo que quería, atrajo a su novia a él y rodeó su cintura con sus brazos, Annabeth no se sorprendió por el intenso beso que vino con eso.
La sorpresa fue cuando las manos de Percy bajaron hasta su trasero, esta vez su agarre fue firme y el apretón hizo que Annabeth se sonrojara, pronto sus piernas rodeaban la cintura del semidiós, empezaba a sentir como cierta parte de la anatomía de su novio se despertaba.
—Percy —dijo ella sofocada, debían detenerse antes de que alguien los viera, ella apartó su rostro del de su novio y lo miró, la decisión de terminar eso se fue cuando lo vio, estaba excitado, seguramente ella se veía igual.
—¿No te gusta? —pregunto algo preocupado.
Las defensas de Annabeth cayeron al ver la preocupación en el rostro de su novio, ella solo asintió y volvió a besarlo, se apretó más a él hasta el punto de que sus intimidades se frotaban, los besos de Percy dejaron los labios de la rubia para saborear cada fibra de su cuello, de ahí corrió a su clavícula. Annabeth arqueo más su espalda para que su novio tuviera libre acceso a ella. El semidiós se sentía extasiado, su Listilla le estaba dando su consentimiento para continuar, justo cuando su nariz estaba por desaparecer entre sus pechos, cuando Annabeth sintió un par de miradas sobre ellos.
—Percy, creo que tenemos compañía —Annabeth le dijo mientras observaba a un par de náyades observándolos entre las aguas. Él giró para mirar a las Náyades, quienes soltaron algunas risitas al verse descubiertas. —Creo que es mejor irnos.
Percy estaba disgustado con la intromisión de los espíritus del agua, pero estuvo de acuerdo con su novia en que era mejor irse de ahí. Pronto ambos salieron del agua y se vistieron.
—Nos vemos en los establos más tarde —ella le dijo antes de irse mientras Percy se lamentaba.
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La venganza de Hédone
FanficLo que pasa cuando ofendes a la diosa del Deseo. Mini historia Percabeth. #2 en Percabeth 04/11/24