Capitulo VI

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Mientras un sueño inquieto pasaba por la cabeza de Lucas, pronto se vería como una pesadilla desgarradora. En ella, escuchó la voz débil de su madre llamándolo, su tono lleno de angustia y dificultad para respirar. Corrió desesperadamente hacia ella, pero las personas que lo rodeaban lo detuvieron, empujándolo hacia atrás con fuerza mientras luchaba por abrirse paso.

Finalmente, entre empujones y lágrimas, logró llegar a su madre. La vio acostada en el lecho, luchando por cada aliento mientras su rostro pálido reflejaba el sufrimiento que la enfermedad le infligía. "Lucas..." su madre murmuró con voz temblorosa, su mirada suplicante buscando la suya.

"¡Mamá, estoy aquí!" exclamó Lucas con voz entrecortada por el llanto, su corazón sintiéndose como si estuviera siendo aplastado por el peso del sufrimiento. "¿Qué pasa? ¿Estás bien?"

Su madre hizo un esfuerzo por hablar, cada palabra siendo un susurro entrecortado por la falta de aliento. "Yo... yo no puedo... no puedo respirar..." Su voz se desvaneció en un susurro ahogado mientras luchaba por obtener aire.

Lucas se aferró a la mano de su madre con desesperación, las lágrimas corriendo por su rostro mientras sollozaba. "Por favor, mamá, aguanta", rogó entre sollozos. "No te vayas, por favor... te necesito..."

Pero a pesar de sus súplicas desesperadas, la enfermedad continuaba su cruel avance, arrebatando la vida de su madre delante de sus ojos. El sonido de sus propios gritos resonó en su cabeza mientras su madre perdía la batalla contra la enfermedad, hasta que finalmente todo quedó en silencio, excepto por el eco de su propio dolor.

Con un grito ahogado, Lucas se despertó de su pesadilla, su cuerpo temblando con la intensidad de sus emociones. Lucas se quedó paralizado, con el corazón martilleando en su pecho, mientras la oscuridad de la noche lo envolvía como un manto frío. El recuerdo de la agonía de su madre lo llenaba de una tristeza abrumadora, y la sensación de impotencia lo dejaba sin aliento.

Durante un largo rato, se quedó allí, sin palabras, con la mente girando en un torbellino de pensamientos y emociones. Se dio cuenta de que le quedaba poco tiempo y que si iba a hacer algo para salvar a su madre, debía ser rápido.

La Odisea de Elio y LucasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora