Max caminaba por el campus universitario con una sonrisa de oreja a oreja, acompañado por sus mejores amigos, Bobby y PJ. El sol brillaba intensamente, y el aire fresco de la mañana prometía un día perfecto. Habían pasado unas semanas desde el épico enfrentamiento en el torneo de skate, y Max todavía no podía creer que había vencido a Bradley Uppercrust III, el arrogante líder de los Gammas.
-¡Maldita sea, Max! ¡Eso estuvo jodidamente increíble!- exclamó Bobby, sacudiendo la cabeza con admiración mientras sacaba un pedazo de queso derretido de su mochila. —Ese salto final fue épico.—
-Exacto, Max- exclamó Pj, emocionado. -Y ese golpe que le diste a Bradley... ¡fue legendario, tío! Seguro que todavía lo está sintiendo.-
Max se rió, recordando el momento en que se deslizó por la rampa y realizó el truco que le dio la victoria. -Ni yo mismo puedo creer que haya logrado ese truco loco. Fue como volar- dijo Max, tratando de contener su entusiasmo.
Bobby mientras saboreaba su queso derretido, miró a Max con una sonrisa burlona. -Sabes, Max, Bradley realmente merecía esa derrota. No solo por ser un tremendo idiota sino también por todas las trampas que intentó durante el torneo. Seguro que todavía está preguntándose cómo un chico como tú pudo vencerlo. Pero bueno, así es como se hace justicia en el mundo del skate, ¿no crees? -rió, disfrutando un poco de la ironía de la situación.
PJ con una sonrisa radiante asintió -¡Exactamente, Bobby! No hay nada más gratificante que ver a alguien como Bradley obtener su merecido.- exclamó, dándole un golpe amistoso en el hombro a Max.
La campana de la universidad sonó justo en el momento en que Max estaba a punto de responder. Se despidieron rápidamente, y cada uno se dirigió a su salón de clases.
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Max se acomodó en la planta baja de la clase para poder escuchar mejor la lección. Mientras el profesor comenzaba a hablar, Max se concentraba en sus palabras, tomando notas y tratando de absorber toda la información. De repente, sintió un golpe suave en la cabeza. Frunciendo el ceño, Max miró hacia atrás y vio a Bradley, con una sonrisa desafiante, lanzándole una bola de papel arrugado.
Suspirando, Max decidió no prestarle atención y volvió su mirada hacia el frente. Sin embargo, otro golpe suave en la mesa lo distrajo nuevamente. Esta vez, Max se sintió irritado. Miró hacia atrás y encontró a Bradley, quien estaba disfrutando molestarlo. La paciencia de Max estaba llegando a su límite.
Justo cuando Max estaba a punto de decir algo a Bradley, la campana sonó, interrumpiendo el momento tenso. Bradley, con una sonrisa de superioridad, lo miraba fijamente, respaldado por su pandilla que lo rodeaba.
Bradley salió de la clase con su pandilla, dejando a Max con un sentimiento de frustración. Estaba más insoportable que nunca, y las provocaciones de Bradley estaban llegando a su límite. Aunque se sentía tentado a confrontarlo, Max se recordó a sí mismo que eso no le iba a llevar a ninguna parte.
Max caminaba por el campus universitario, pero su momento de paz se vio interrumpida cuando se encontró cara a cara con Bradley.
¡Claro! Aquí está esa parte añadida:
-Oye, Max ¿Cómo se siente ser un suertudo?- lanzó Bradley con un tono de provocación con una sonrisa sarcástica, buscando molestar a Max.
Max arqueó una ceja y esbozó una sonrisa irónica antes de responder: -¿Qué intentas decir, Bradley?-
-No te engañes, Max. Sabemos que ganaste esa competencia por pura suerte. Bradley replicó con una mirada prepotente en su rostro.
Max respondió con tranquilidad, pero su tono llevaba un matiz desafiante -No fue suerte, Bradley. Fue habilidad y práctica, y recuerda que gané de manera justa. Además, tú fuiste quien intentó hacer trampa.
-sí claro. Aunque te duela admitirlo, yo soy el mejor skater aquí. Ese trofeo debería ser mío.- Bradley se rió con arrogancia, desafiando a Max.
-Pues lo siento, Bradley, pero te vencí justo y limpio. Tendrás que aceptarlo.- Max respondió con determinación, manteniendo su compostura.
-Bah, eres un perdedor suertudo. Ya veremos quién es el mejor la próxima vez.- Bradley se marchó con una sonrisa burlona, dejando a Max con una mezcla de frustración y determinación.
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Bajo la Misma Estrella. (Maxley)
RomanceEn la tranquila universidad de Oakwood, Max y Bradley descubren que el amor y el conflicto van de la mano. Con secretos por desvelar y emociones en juego, su relación se enfrenta a pruebas que pondrán a prueba su conexión única. ¿Podrán superar los...