•𝑫𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒕𝒂𝒓•

IX: Beatriz.

Se dió la vuelta y se quito la camiseta y el sujetador para que su profesora la viese.
Beatriz se lamió los labios cuando vio saltar las tetas de Amelia.

De un momento a otro se encontraban besandose con desesperación mientras beatriz masajeaba los pechos de la rubia y la tumbaba en la cama, quedando sobre ella. Entrelazaron sus piernas y Amelia empezó a mover las caderas para buscar la friccion entre su vagina aun cubierta por la ropa y el muslo de Beatriz.

Sus lenguas luchaban la una con la otra y sus manos no estaban quietas.
La boca de Beatriz bajo a capturar uno de los pezones rosados para torturarlo con la lengua mientras una de sus manos estrujaba el otro pecho.

-Aaah mmmm

-Eso es pequeña, gime para mi

Amelia giró, quedando sentada a horcajadas sobre Beatriz y esta completamente tumbada boca arriba mirandola. La rubia cogio las manos de su profesora y las llevó a sus pechos para que siguiera tocandolos mientras ella empezó a mover las caderas para frotar sus vaginas aun con los pantalones puestos.

Ambas gemian y los movimientos eran cada vez mas rapidos. Sus pantalones estaban mojados por la parte de sus vaginas. Beatriz pellizcaba y estrujaba las tetas de Amelia. Estaba siendo una locura.

Tras unos movimientos más Amelia sintió como el orgasmo la atravesaba desde su bajo vientre. Se agacho y buscó la boca de la castaña para penetrarla con la lengua mientras seguian gimiendo.

-Ahora quiero verte yo

Beatriz se levantó y se quitó la parte de arriba liberando sus pechos. Amelia abrió los ojos de par de par.
Eran gigantes, los más grandes que habia visto nunca.
Abrió la boca y Beatriz se acerco para que tuviera total acceso.

Amelia no se lo pensó. Las cogio con ambas manos y se lanzó a lamer las tetas que Beatriz le habia puesto en la cara.

-Mmm que rico. Eso es, chupalas bebé

Al poco ya volvian a estar tumbadas frotando sus tetas.

-Ooh dios son enormes

-Te gustan?

-Sii

Beatriz se encargó de terminar de desnudarlas a ambas y tumbarse de nuevo sobre su alumna para besarla.
Amelia abrió las piernas cuando sintió los dedos de la castaña abrirse paso por sus pliegues y encontrar su clítoris.
Frotaba sin compasion mientras introducia sus dedos llevando a la chica al borde del colapso.
Aprovecho y metio la cabeza entre sus piernas para comenzar a lamer la vagina chorreante.

-Joder joder joder. Sigue, sigue ooohh dios

Movia las caderas mientras agarraba la cabeza de Beatriz acercandola más a ella para que profundizase sus lametazos.

-Mmmmm aaah me voy a correr

Los movimientos de la lengua de Beatri se endurecieron y sus dedos fueron más rápidos. Hasta que Amelia estalló en su boca, llenandola de jugos que limpió gustosamente.

Estaba exhausta, le costaba respirar pero queria devolver a esa mujer un poco del placer que le habia dado. Asi que hizo que pusiera su coño a la altura de su cara para lamerlo a sus anchas mientras beatriz echaba hacia atras un brazo y volvia a estimular la el clitoris de la mas joven que enseguida empezó a mover las caderas.

-Mmmm como me gusta tu lengua. Lo haces muy bien. Asi, hasta el fondo. Aaahh.

Su lengua hacia circulos sobre el clitoris y sus dedos entraban y salian por su raja empapada. Beatriz movia las caderas sobre su cara y cogio su cabeza entre sus manos haciendo presion mientras se corria.

Cuando la lengua de Amelia la limpio se bajó de su cara y la besó.

-Abre las piernas todo lo que puedas cariño. Te voy a follar.

La rubia obedeció y Beatriz se sentó pegando su vagina a la de ella. Se agarró a sus tobillos y empezó a moverse rapidamente.

Amelia empezo a gritar. Era la primera vez que hacia esa postura y la estaba volviendo loca.
Las tetas de Beatriz saltaban frente a sus ojos y ella gemia.

-Aaahh mmm joder pequeña, como me gusta follarte.

- A mi tambien

-Mmm olvidate de que esta sea la unica vez. Lo voy a hacer cuando tenga oportunidad. Te voy a destrozar ese coñito. Te gusta verdad? Te gusta que tu profesora haga que te corras bebe??

-Mmm siii ooh por favor

-Aaahh mierda joder, me voy a correr encima de ti

-Mm.sii follame. Fuerte

Beatriz se movió y cambió de postura, quedando en una tijera perfecta sobre ella.

Los movimientos siguieron. Sudaban, gritaban, se frotaban. Sus fluidos se mezclaban y sus vaginas chocaban una y otra vez hasta que el orgasmo las arrasó a ambas, atravesandolas desde lo más profundo de su cuerpo.

Amelia gritó con todas sus ganas mientras se corria fuertemente bajo la mujer que le estaba llevando a la locura.

Beatriz cayó sobre Amelia totalmente exhausta.

-Ahora entiendo todo. Pero voy a necesitar entender mucho más.