IV: Los celos de Amelia

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Se había pasado semanas pensando que en algún momento la pelirroja la abordaría y le devolvería la jugarreta del baño. Le había declarado la guerra.
Sin embargo, el momento no había llegado. En vez de eso, Alex le había estado ignorando, de manera que sus ansias de un encontronazo con ella habían aumentado día a día, pero ya no sabía como enfrentarla.

La había analizado durante varios dias, y joder, cada día le parecía más guapa y cuanto más la ignoraba más ganas tenía de ella. Parecía desesperada, buscaba cualquier oportunidad, pero cada vez que intentaba buscar un leve roce, su tormento parecia distanciarse más y más.

Pero lo peor fue cuando llegó una nueva profesora de Educación fisica, pues la que tenían se había quedado embarazada y había cogido la baja para unos cuantos meses. Y la nueva era una diosa.
Se llamaba Bea, era castaña con el pelo largo y rizado. Sexy como un demonio, con unos pechos grandes y culo respingón. Y había visto como hacía ojitos con su pelirroja.

Las clases de gimnasia se las pasaba observandolas, viendo como Bea ayudaba a Alex en cada ejercicio tocandola de más y como ésta parecia estar encantada con el acercamiento. Después de cada clase se quedaban hablando un buen rato, más bien tonteando. Y eso, le quemaba por dentro.

Asi que uno de esos dias decidió esperar a Alex en el baño, justo en las duchas, donde sus compañeras ya se habían ido. Había sido la última clase del día, por lo que tenía tiempo de sobra para esperarla y provocarle, o abordarle. Todavía no sabía que iba a hacer.

Llevaba un rato bajo el agua caliente de la ducha cuando por fin Alex llegó y sin prestarle atención se quitó toda la ropa sudada y se metió tambien bajo el agua del grifo contiguo al suyo.

El agua bajando por los pechos de Alex solo pudo poner más nerviosa y excitar aún más a Amelia. Quería volver a recorrerla el cuerpo con la lengua sin dejarse un solo rincón por explorar.
No se había dado cuenta de lo ensimismada que estaba hasta que la voz de Alex la sacó de sus pensamientos.

-Quieres una foto o qué?

-No te lo creas tanto

-Eres tu la que no para de mirarme rubia

-Estaba pensando en mis cosas, ni siquiera estaba viendo nada. Además, poco hay que ver.

-Poco que ver? Te crees que soy gilipollas?

-Un poco si, la verdad.

-Llevas días intentando provocarme, me doy cuenta. Pero no me interesan tus juegos de niñata Amelia.

-Yo no te provoco. Si quiero algo, lo cojo, por si no te acuerdas.

-Lo que tu digas. - La pelirroja salió de la ducha y se dirigió al banquito donde tenia su bolsa de la ropa para secarse y empezar a vestirse. Cosa que a Amelia no le gustó nada. Salió detrás de ella e hizo lo mismo, empezar a vestirse, y a intentar provocar una discusión. Así al menos estaba más cerca de ella.

-Ahora vas de madura por que te follas a una profesora?

-Yo no me follo a ninguna profesora!

-Por favor... Se ha dado cuenta todo el mundo. Toda la clase habla de ti y de la guarra esa.

-A ti lo que te jode es que me la sude lo que hagas. Y estás intentando buscar una razón. Y la razón es que eres una puta niñata. Ya me he cansado de la tonteria contigo.

- De verdad necesitas creer eso para sentirte importante?

-Sabes perfectamente que tengo razón.

-No, tu sabes que yo la tengo. No pasa nada, te follas a Beatriz y te crees que estás por encima del resto y que te hace más madura y qué?

-Mas bien creo que estás celosa, porque como te he dicho, ni aguantas que no quiera nada contigo

-Perdon? Celosa? Por qué? Si me das asco y jamás querría algo contigo. Solo han sido unos cuantos polvos por aburrimiento no? - No se habían dado cuenta de lo cerca que estaban en ese momento, las dos con los ojos inyectados en rabia intentando hacerse daño, a milímetros la una de la otra.

-Evidentemente. Un entretenimiento sin más.

-Te lo hace mejor?

-Que?

-Respondeme

-No me la he follado, ni tengo nada con ella.

-Y por qué no te creo?

-Porque estás como una puta cabra Amelia.

-Puede ser.

Entonces hizo lo que nunca había hecho hasta entonces, pero que siempre habia tenido ganas.
Empujó levemente a Alex contra la pared y pegó sus labios a los de ella, sin saber que iba a pasar después, pero sin poder evitarlo más.

Los labios de la pelirroja respondieron de manera inmediata a la intensidad del beso. Su lengua penetró la boca de la rubia sin piedad y con sus manos rodeó la nuca de Amelia para evitar que se separase.

Encajaban a la perfección. Habían empezado a bailar con sus bocas mientras el corazón les latia a ambas con fiereza y sus estomagos se contraian.

De un momento a otro el beso se tornó mas tierno. Se besaban con más delicadeza.
Alex tenía una mano en la mejilla de Amelia acariciándole mientras esta acariciaba de igual manera su espalda.

Se separaron mirándose directamente a los ojos, sin saber cómo reaccionar ninguna de las dos. Asi que Amelia tomó las riendas.

-Me has respondido. Ya sabemos que no te soy indiferente.

-Eres una zorra

-Pero ninguna otra te hace sentir como yo

-Y tu que cojones sabes?

-Por que a mi me pasa lo mismo joder! Y si, me jode muchisimo tu tonteo con la profesora. Y me jode que me ignores.

-Se nos está yendo de las manos Amelia. Por eso mismo te he ignorado. Porque no me puedo permitir esto, no voy a pasarlo mal. Prefiero odiarme contigo. No me puedo permitir sentir nada más que eso, porque sé que nos vamos a destrozar.

-Entonces?

-Cada una por su lado. Como si nunca hubiese pasado nada.

•𝑫𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒕𝒂𝒓•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora