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— Zayn, ¿Puedes esperar... hmm, afuera? Tal vez llegue alguien, o-

— No digas más, entro en mi personaje de guardaespaldas — se frenó firme en la puerta haciendo reír ligeramente al castaño.— Tráeme una copia de la pequeña dominio— le sonrió mientras le guiñaba un ojo. Louis entró al consultorio entre risas.

Una vez que cerró la puerta tras sí, suspiró adelantándose entre nervios. — Buenos días, Louis— sonrió la morena, a lo que el nombrado la correspondió

— Hola, Ava... Yo, lo siento. Mi cirugía se extendió y-

— Tranquilo, lo entiendo, no te disculpes. Bueno, toma asiento— le señalo la camilla en el pequeño consultorio mientras se levantaba de su silla. Se volteó y comenzó a colocarse unos guantes descartables de látex. — Te revisare, luego haremos una ecografía para que después una enfermera te extraiga sangre ¿Si?— Louis asintió algo nervioso. Se quitó los pantalones luego de que la obstetra se lo ordenara y se recostó sobre la camilla, la cual media parte era algo inclinada hacia delante lo cual hacia que no esté acostado por completo. Dobló sus brazos sobre su cabeza apoyándola sobre estos.

Mentiría si dejo era que no le pareció completamente incomodo y algo doloroso. Apretó los ojos y retuvo unas lagrimas en sus parpados. Agradeció al cielo cuando finalizo y la morena dejó de revisarlo. Se volvió a colocar su ropa y recostarse de la misma posición, solo que ahora sus piernas estaban estiradas en la camilla.

— El gel ya lo sentiste así que te advertiré que sigue siendo frío. — Louis asintió con una risa. La mancha en el ecógrafo la noto un poco más grande, apenas. — Es probable que estos días tu estomago empiece a inflamarse, es normal. Y si no lo hace tan pronto, también.

— Espero lo segundo— ambos rieron un poco con eso.

— ¿Comes bien? Sacando el hecho de que eres interno y ni tiempo les da para eso —ambos volvieron a reír. Louis asintió con la cabeza.

— Supongo que lo hago... Zayn me controla eso. Es que me suelen dar vómitos y trato de evitar comer antes del quirófano, por ahora voy bien.

— Bien, ¿Quieres ver si hay latidos? — se volteo a verlo. Louis tenía los ojos ligeramente abiertos. Luego de unos segundos haciéndose a la idea, asintió mientras se encogía de hombros ligeramente.

— Su-supongo.

— Bien, veamos— hizo unos clics en el teclado. Louis sentía su cuerpo tenso por completo pero todo se volvió en una completa tranquilidad cuando unos sonidos uniformes provinieron del alta voz de la pantalla.— Son ligeros. Apenas tienes tres semanas, significa que estás pasando tu primer mes. Recién a las cinco comienza el segundo, por lo que veo-— se calló de repente al apartar la mirada del monitor y ver a Louis; una sonrisa amplia en su cara, lagrimas cayendo una tras otra y perdiéndose a por el final del rostro. Le sonrió con calma para hablarle unos segundos después:— ¿Ahora lo entiendes?— Louis apretó fuertemente sus ojos con la sonrisa de miles de emociones plantada en su rostro. Asintió lentamente.

En ese preciso instante Louis lo imagino. La viva imagen mental de una niña, ojos celestes degradados con verdes, una sonrisa con arruguitas como la suya, una nariz pequeña. Rulos, rulos castaños cayendo como cascada por los hombros. No sabe porque una niña, solo su mente se dejó llevar. Un bebé en sus brazos. El rizado a su lado en la camilla mientras ambos admiraban a la pequeña que soltaba sonidos por su boca entre llanto y queja. Se imaginó por primera vez lo que sería la combinación de genes entre Harry y él, y su mente pudo lograr empezar a procesar la información en instantes.

Tendría un hijo. Tendría un bebé con el superior con el que se acostaba en sus tiempos libres. La simple imagen le causaba cosquillas. Un hijo, de su sangre, y la del rizado. A la mierda todo, le seguían lágrimas cayendo acompañadas de la pequeña sonrisa, y, por mientras, el oído guardaba la sonata de aquel latido como su mejor recuerdo.

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora