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Las circunstancias de la vida eran elegidas al azar, sino los humanos hubiera logrado el caos en el segundo que pisaron la tierra. Louis a veces quería tener decisiones en sus manos que no podía, como la que no le pasar nada a su bebé, o como que las cosas con el padre de su hijo fueran más fáciles. Nada estaba en sus manos. Y el pánico y sobrepensamiento que tuvo cuando llegó la mujer embarazada a sus manos, se expandió como meteorito por todo su cerebro.

— Bien, mami, tendremos que hacerte una cesaría con urgencia... —era entendible tal desespero en ambas, pero Ava siempre mantenía la calma al igual que el ojiazul.— Tranquila, estará en incubadora. El bebé acaba de sufrir un fuerte golpe el cual provocó el paso de sangre fetal al torrente sanguíneo materno, por eso corre peligro de muerte si no abrimos y lo sacamos para controlarlo.

El interno pestañeo, tratando de sacar los nervios ante la paciente y la médica.

Ambas mujeres comenzaron a llorar mientras Ava desconectaba la camilla para transportarla. —No tendría que haber subido por ese estúpido control... —se culpó la rubia, a lo cual la contraria intentaba calmar pero no había caso.

— Bien, usted se quedará para firmar unos papeles. Yo y el doctor Tomlinson iremos al quirófano y la mantendremos informada.

Louis se sorprendió ante tener que ir a operar, no creía estar muy preparado luego de que su mente esté haciendo el trabajo de menospreciarlo, además porque la niña rubia de su anterior paciente rodeaba sus pensamientos. Fue cuando salían de entre las cortinas que vio a Harry y se acercó rápido.— Harry, Harry— el llamado lo hizo girar con una preocupante mueca.— Oye, si ves a la niña por favor avísame, estaré en cirugía, tu... tu solo avísame, por favor— solo le bastó para ver al ojiverde asentir, muy confundido, que salió corriendo hacía el elevador.— Lo siento, lo siento, solo... Perdón— Ava asintió y las puertas brillantes se cerraron tras sí.

Se realizo una incisión vertical, Louis se encargó del feto mientras Ava controlaba la hemorragia en la madre completamente sedada. No hubo llanto, por lo que se tuvo que realizar reanimación. Tres minutos después, el sonido inundó la sala, y la enfermera se hizo a un lado para dejar al bebé en brazos de Louis; quien lo examinó mientras lo mecía contra sí en la fina manta de hospital y soltaba pequeños y suaves "sh" que hacían sonreír a la morena bajo la manta.

— ¿Examinaste su pechó y vista?— una tercera voz, bastante conocida, se escuchó por los altavoces de la galería. El rizado con un ceño fruncido y cara muy preocupada veía desde arriba. Louis entró al bebé en la incubadora por la puerta lateral, quien comenzó a llorar por falta de calor y eso hizo que el castaño pasara sus brazos por portillos frontales. Las enfermeras se ocuparon de los controles y el suero.

— Esta todo bien, solo tiene la presión algo elevada y se le dificulta mucho la respiración.

— Ve a neonatología, iré a verlo— Harry dejó ese último mensaje en el parlante y salió. El ojiazul no tardó en hacer lo mismo en el quirófano y, junto a un enfermero, llegaron para conectar la incubadora en el termorregulador.

— Puede irse, ahora pertenece a neona-

— No, me quedaré— el enfermero asintió y se retiró en busca de medicamentos y demás cosas que Louis no prestó atención cuando nombraba.

No era la primera vez de Louis en neonatologia, fue ahí cuando conectó con el rubio que le contaba historias de prematuros y pacientes graciosas, pero nunca había estado ahí embarazado -algo que lo ponía bastante sensible-. Mientras acariciaba la pequeña manito del diminuto cuerpo lleno de cables, se permitió lo que había tratado de evitar todo el día, pensó, lo que lo llevó a largar inconscientes lagrimas. Tenía tantas cosas en su mente, que aquel momento se lo tomó para recordar. No había tenido contacto con su madre hace mucho, ni con sus hermanos, debía llamarles. Iba a tener un bebé, un niño que no tenía idea de como cuidaría con el rizado. Tendría un niño, con un superior, y apenas estaba acabando el primer semestre. Debía hablar con Harry, una conversación realmente seria. Y hablando de hablar con Harry, la gran duda persistía en su mente con el nombre de su padre: su padre. ¿Le diría que era aquel hijo de puta que no atendió a su hija? ¿Tendría qué?

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora