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Todo el mundo comete errores. No existe ni una persona que no haya cometido siquiera un error. No es que sea opcional cometer errores, es mas bien la existencia humana. La humanidad. Simples átomos, eso son los humanos. Se reproducen, y crecen. Los humanos y los errores van tomados de la mano, y sin el otro no pueden existir.

Existen distintos grados de errores. Errores estúpidos. Errores graves. Errores que llegan al limite de errores, pero no lo cruzan. Errores que cruzan el limite de errores. Como sea, siempre vas a cometer algún grado de error.

Para un niño un error es robarle un dulce a otro niño. Para un adulto un error es no enviar correctamente los emails, que el que era para tu esposa se lo terminas mandando a tu jefe, y viceversa. Esos son los errores que entran entre estúpidos y preocupantes.

A veces la gente califica los errores equivocadamente. Los graves los exageran poniéndolos en limites, y los estúpidos los esquiva sin clasificación. Aunque sea la mas mínima, y los tenga.

Louis nunca le habían interesado sus errores, porque no pasaban de estúpidos: como olvidarse la llave de la casa dentro de la casa. O como no arreglar la lamparita y quedarse sin luz mientras estudiaba para un examen en medio de la noche. Esos tienen solución inmediata. Pero Louis nunca había conocido lo que era realmente un error. Tal vez nunca le había dado la importancia a ser responsable y entonces nunca se había arrepentido de esos pequeños errores; como cualquier ser humano, le quitan lo importante a lo importante y le ponen esa importancia a algo que ya tiene demasiada, cuando, en realidad, no debería de tener ni un gramo.

Pero cuando uno menos cree en el karma, la vida te enseña que estas equivocado. Y entonces, de la manera mas cruel, el universo te manda un error que toca el limite, a veces, de tu vida.

Σ

Ya habían pasado dos semanas. Louis se sentía bien en todos los días, y aunque estos no parecían tener fin por las largas noches de guardia y urgencias, los conocidos parecían volverse amigos.

Con Zayn se la pasaba todo el tiempo, ya que pertenecían al mismo grupo y se separaban solo cuando se dividían por especialidad -ósea de día-. Eso era algo que Louis diferenciaba de su anterior internado: que siempre lo cambiaban de especialidad, así conocía todas. Antes él solía elegir a donde ir, ahora no.

Con Harry parecía ser todo más tranquilo, divertido tal vez, ya que por –alguna extraña razón– siempre solía pedirlo. Pero no le molestaba, de hecho le agradaba quedarse con él y no con la pelirroja malhumorada de su superior o el castaño que –según su amigo el morocho– se lo encontró follando con tres personas diferentes en distintos sitios del hospital. Ese eran las noticias que le contaba cuando se juntaban a compartir un comida chatarra cuando les daba el tiempo.

— Lupi, te digo que se follo a medio hospital y yo lo presencie en la mayoría de veces —la obviedad estaba en su tono mientras le robaba otra batata frita a su amigo, el cual le palmeo la mano fuertemente— ¡Auch!

— Ya te comiste todo el paquete, Zayn. Y deja de llamarme Lupi, imbécil. — rápidamente se levantó y tiró el paquete vacío a la basura frente a ellos. Estaban en un pasillo lleno de camillas, sentados al lado de una. Se había vuelto el lugar donde se encontraban, a veces con Lila y Oliver; los otros dos internos de su grupo. Le estiro la mano al morocho, y este se sujeto con fuerza para levantarse del suelo.

— ¿De nuevo te toca con ricitos? Eso es suerte. Para mi te quiere follar. Si Liam lo hace con todo el mundo, seguro es cosas de superiores.— Ambos soltaron una gran carcajada que hizo algo de eco en el pasillo. A Louis le daría miedo ese lugar si estaría solo.

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora