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Tres semanas más tarde, Louis se encontraba recién despierto en la gigantesca habitación de la que todavía no se acostumbraba del todo. Vio la figura a su lado y volvió a respirar con tranquilidad. Últimamente tenía pesadillas donde perdía el bebé, o donde nacía y Harry lo abandonaba. El verlo a su lado lo tranquilizaba apenas un poco. Pero el ocultarle cosas lo volvía a alterar.

El contarle la verdad de su padre se le hacía cada vez más presente en su cabeza, y el miedo se apoderaba sin control alguno.

No pudo seguir pensando, un brazo rodeo su cintura y lo atrajo hasta su pecho, quedando él de espaldas. Ni un segundo más tarde, la mano se extendió hasta su estomago, el cual ya tenía una pequeño bulto que a Harry le encantaba acariciar cuando ambos estaban drogados en sueño.

Disfrutaba mucho el crecimiento lento de su panza, sentía que cada mínimo hinchazón era un avance y que en cualquier momento comenzaría a patear.

— Hmm, Lou... Todavía no toca la alarma— su voz ronca era algo que Louis nunca admitiría que le encantaba.

El ojiazul estiró su vista por sobre la oscuridad hasta el reloj; no respondió cuando vio que el reloj marcaba las 2 am, el había llegado hace una hora.

— Lo siento —susurró, aunque sabía bien que el mayor estaba muy dormido para oírlo.

Se dio vuelta y se dispuso a seguir descansando, borrando cualquier pensamiento negativo.

Hoy tenían la ecografía del segundo mes, ocho semanas. Al mediodía su madre lo esperaría en obstetricia, ya que buscarlo por el hospital no era opción. Harry también asistiría, y Zayn iba sin invitación de igual manera.

Louis realmente insistió en pasar solo, pero los cuatro acompañantes se negaron -y aclaro, cuatro, gracias a que Niall llego por auto invitación. Pero todos estaban ahí, siendo atendidos por Ava, la cual contuvo la risa cuando vio a Louis de mal humor, Zayn emocionado junto a Niall, Harry intentando mantener la calma y, quien supuso que era la madre del ojiazul por el parecido, conteniendo las lagrimas.

Todos hablaban a la vez. Harry le susurraba sus nervios a Louis por un oído, mientras que por el otro su madre intentaba descifrar que apariencia tendría su nieto. Y Zayn hablaba con Ava, y Niall buscaba un catéter haciendo demasiado ruido. El mal humor de Louis se aumento, pero de repente la tristeza hacía compañía; no quería sentirse así en uno de los únicos momentos que veía su bebé. Respiró tres veces, pudo notar como Harry tomó su mano y le susurró que si estaba bien.

Asintió, abrió los ojos y se encontró a los ojos verdes viéndolo fijamente, con tal preocupación haciéndose notar.

Las emociones en Louis eran tantas que lo llegaban a abrumar, y el ruido a su al rededor no lo ayudaba a calmar sus nervios.

Como si el mayor leyera sus pensamientos, habló en un susurro solo para ellos, mientras compartían una mirada que llegaba a tranquilizar un poco al castaño. — ¿Quieres que los eche?

Louis cerró los ojos ante el cálido aliento. No había notado lo cerca que estaban. Una sonrisa se abrió paso en su rostro.— No podría, quieren estar aquí...

— Pero es tu decisión. Si me lo pides los echo a todos, no lo dudes. — el menor asintió en un movimiento de cabeza. No pudo seguir hablando, la obstetra interrumpió a todos en un suave grito.

— Les voy a pedir, amablemente, que guarden silencio, o salgan todos de la habitación... — sonrió y se volteo hasta el monitor. Todos quedaron en un claro silencio. Nial sin más se despidió en el aire y salió. Zayn se cruzó de brazos y quedó en silencio, parado en la esquina— Tu afuera, Malik... De hecho, deberías estar en rondas.

Heart Rate » l.s. [M-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora