Capítulo 3

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-Gyuvin, colocaste mal la ropa de Yujin. -Ricky negó acariciando el puente de su nariz mientras que con la otra mano cargaba a Gunwook. Gyuvin se hizo a un lado, tomando a Gunwook en sus brazos y viendo al chico que sacaba la ropa mal puesta. -Por lo menos pusiste bien el pañal.

-No es como si fuera experto.

-Vi suficientes videos por la noche, él no estará cómodo y tiene que estarlo. -terminó de vestir a Yujin correctamente. -¿Quién sigue? -Gyuvin estaba a punto de bajar a Gunwook pero Ricky inmediatamente negó. -¡Gyuvin, no lo bajes, no seas idiota! Sabes que se va a curiosear por los enchufes. -regañó.

-Perdón, perdón, pareces un padre desesperado y sobreprotector. -rodó los ojos y Gunwook rió. -Wook, si tan solo pudieras hablar y nos dijeras qué pasó. -el pequeño parpadeaba confundido y volvió a mirar a Yujin. Ricky, por su parte, fue a buscar a Hanbin, y al regresar lo dejó encima del sofá a pocos centímetros de Yujin, quien ya estaba dormido. -Ricky, mira esto. -llamó a su compañero mientras él vestía a Hanbin. -Hanbinnie... -el pequeño lo miró de inmediato. -Sonríe, Binnie... -el menos sonrió mientras los adolescentes reían con dulzura.

Cuando todos estuvieron bien vestidos, Gyuvin les sacó una foto para conmemorar el perfecto trabajo de Ricky.

-¿Y si vamos donde una tarotista? -preguntó Kim.

-Puede que funcione, es lo más cercano a darnos una solución. -el sonido del timbre los sacó de su conversación.

Gyuvin se iba a levantar para abrir la puerta, pero Taerae quiso que lo cargara y tuvo que ir a abrir la puerta con el pequeño en brazos.

-¡Hola! Nos enteramos que su día ayer no fue bueno... -a medida que la chica iba hablando, su tono de voz bajaba lentamente. Sorprendida y viendo a ese bebé en brazos de Gyuvin. -Trajimos unos snacks.

Ahí estaban cuatro integrantes de Kep1er, quienes se habían preocupado por ellos y vaya que no esperaban encontrarse con todo aquello.

-Entonces... llegaron a la sala y los chicos mágicamente se habían convertido en bebés, y ahora están colapsando con ellos. -los chicos asintieron a lo que decía Xiaoting.

-Esto es una locura. -continuó Yeseo, mirando a los bebés jugando con unos muñequitos.

-Sí que lo es, ¿cómo piensan solucionarlo? -preguntó Chaehyun.

-Creemos que una tarotista puede ayudarnos, pero no estamos seguros. -respondió Ricky.

-En ese caso, nosotras podemos ayudarlos a cuidarlos mientras ustedes van por ayuda. -agregó Yujin.

-O... ¿podemos hacer eso? -Chaehyun miró a los bebés.

-¡Claro que podemos! -Yeseo sonríe cuando Matthew la mira atento.

-¡Muchas gracias por cuidarlos! -Gyuvin hizo una reverencia.

-No tardaremos mucho. -ambos chicos caminaron hacia la puerta para ponerse sus zapatos.

-¡Asegúrense de buscar una solución!

A solo unos segundos de salir, escucharon unos pasitos torpes y rápidos en su dirección, era Jiwoong quien se asomaba levantando sus bracitos.

-No creo que sea buena idea llevarlo... -dijo Ricky, pero Gyuvin no hizo caso y lo cargó.

-¡Nos llevaremos a Jiwoong! -reciben afirmaciones por parte de las chicas y salen de la casa. -Él se portará bien.

-Sigo diciendo que es una mala idea. -insiste.

-Jiwoong es tranquilo, creería tus palabras si estuvieras hablando de Matthew.

El pequeño observaba todo con ojos muy abiertos, giraba a ver cualquier auto o persona que pasaba por su lado. Mientras esperaban el tren, Ricky verificó nuevamente la dirección de una de las tarotistas que encontró en internet.

-Espero que no sea una farsante. -Ricky apagó la pantalla de su teléfono y miró a Jiwoong, quien ocultó su carita en el cuello de Gyuvin, levantó su mano para tocar la mejilla del pequeño que levantó su mirada con una mirada "enojada".

-No lo molestes. -regañó mientras acariciaba el cabello del pequeño Kim.

-No lo estoy molestando. -el tren llegó y entraron, por suerte no estaba lleno. Se sentaron y Jiwoong observaba todo el vagón, examinando a cada persona que se encontraba alrededor. Ricky comenzó a dormirse y su cabeza cayó sobre el hombro de Gyuvin quien suspiró, ahora tenía que cuidar a otro bebé.

El tren llegó a la estación en la que tenían que bajar, Gyuvin despertó a Ricky para que bajaran antes de que el tren siguiera su camino. Tomaron un autobús por veinte minutos hasta que llegaron al lugar.

Entraron y el sonido de una campana los recibió mientras una señora se encontraba sentada en una mesa en el centro de la sala mirándolos fijamente.

-¿Qué los trae a mi humilde tienda? -Ricky aclaró su garganta, iba a ser completamente directo.

-Nuestros amigos se convirtieron en bebés. -la señora frunció el ceño.

Obviamente la señora creyó que era una broma y para no perder su tiempo los echó de la tienda.

-¿Hay otro lugar? -Gyuvin preguntó mientras empujaba suavemente a Jiwoong en el columpio. Ricky miraba su teléfono, tratando de buscar alguna otra opción.

-Ella había sido una de las más recomendables, pero creo que no para nuestro caso... -soltó un bufido y miró a Gyuvin, quien había dejado de prestarle atención y estaba mirando unas flores junto a Jiwoong. -¿Te parece si vamos a buscar una solución y dejamos los juegos para otro día? -rodó los ojos escuchando cómo Gyuvin lo imitaba con voz chillona. -Gyuvin, no tuvimos una buena noche y creo que tampoco tendremos buenos días si no encontramos una solución para que los chicos vuelvan a su forma normal... olvídalo, no parece que me estuvieras escuchando. -suspiró. Luego de unos minutos el castaño se levantó con Jiwoong en brazos y caminaron hacia el más alto.

-Mira, te trae un regalo. -Jiwoong extendió su manito con una hojita de árbol. -¿No es lindo? -dijo emocionado viendo cómo Ricky recibía el regalo para luego tocar suavemente la mejilla del pequeño, quien obviamente se ocultó en el cuello de Gyuvin.

-Lo es, pero Gyu, quiero recordarte que dejamos a las chicas a cargo de los demás bebés.

Ricky había encontrado otro lugar al cual les tomó treinta minutos llegar.

Tocaron la puerta del lugar y no tardaron en recibir una respuesta afirmativa. Al entrar vieron que el lugar era acogedor, pero no dejaba de tener alguno que otro adorno del mismo tipo que la anterior tienda.

-¿Buscan leer su suerte? ¿Quizás buscan algo de ayuda en el amor? -señaló las sillas para que se sentasen.

-No precisamente, más bien tenemos un problema. -la señora asintió mientras revolvía el mazo de cartas y veía de reojo a Jiwoong, quien se había quedado dormido.

-Los escucho, aunque ya tengo una idea de lo que dirán... -hizo una seña con su cabeza hacia el pequeño Kim, y Gyuvin por inercia lo apegó más a su pecho.

-Nuestros amigos pasaron de ser adultos a ser unos bebés. -la mujer soltó una risa un poco apagada y dejó las cartas a un lado.

-No puedo ayudarlos con eso. -entrelazó sus manos.

-Oh, entonces... ¿se quedarán así para siempre? -preguntó Gyuvin con preocupación.

-Claro que no, yo no puedo ayudarlos, pero sé quién puede. -tomó un papel y escribió una dirección, para luego entregárselo a Ricky. -Es un hechizo de esta persona, es la única que puede solucionarlo, vayan mañana a medio día. -ambos asienten. Se despiden de la mujer dando miles de agradecimientos y se retiran del lugar.

Babies ZB1 vs ShimkongzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora