Babies ZB1 vs Shimkongz

Capítulo 4

-Ricky, creo que esta vez deberías ir tú sólo. -Gyuvin estaba acostado en el sueño, aprovechando que todos los bebés dormían profundamente.

-¿Por qué? -dice frunciendo el ceño y acostándose a su lado para abrazarlo.

-Dos razones, no podemos dejarlos solos y creo que ayer casi nos descubren. -Ricky levantó su vista con confusión.

-¿A qué te refieres? -Gyuvin sacó su teléfono y le mostró el tweet de un fan, leyéndolo con detenimiento.

-¡Zerose! Ayer mientras volvía de la escuela, una pareja de chicos llevaba a su pequeño mientras jugaban, fue muy tierno. Realmente el niño se parecía a Jiwoong y la pareja era idéntica al "simkongz". Aquí dejo una foto, de lejos para no incomodar, se ve un poco borrosa. -y allí estaba la imagen.

-Entonces iré solo... -Gyuvin asintió y rió por el puchero de Ricky.

-Si quieres puedes quedarte y voy yo. -acarició el cabello del rubio.

Al final se decidió que fuera Gyuvin, quizá podría perderse pero nada de lo que lo impidiera llegar a su destino.

-¿Una montaña? Ricky... ¿a dónde diablos me has mandado? -dijo atónito. Sacó su teléfono dispuesto a llamar a Ricky, pero no le contestaba. Verificó la dirección una vez más y en efecto, estaba en el lugar correcto.

Comenzó a caminar mientras miraba los árboles y plantas, no tenía en cuenta del tiempo que pasaba.

Un letrero que decía "Siga caminando y se encontrará con la solución a sus problemas" irrumpió en su camino.

Y tal cual, siguió caminando unos metros más y vió una cabaña vieja en medio de árboles. Tragó en seco y se acercó con temor a la puerta, tocó e inmediatamente se abrió. Entró con cuidado, había muchas cosas: escobas, frascos, amuletos y otras cosas interesantes.

-¡Por aquí! -Kim caminó por un largo pasillo, en las paredes colgaban pinturas y relojes de diferentes diseños y gamas de colores.

Llegó a lo que parecía ser una cocina rodeada por plantas y un libro en medio de esta mientras una mujer revolvía algo en una olla dándole la espalda a Gyuvin.

-Uh, hola. -dijo un poco tímido tratando de llamar la atención de la mujer que ahora se movía de un lado a otro.

-Hola, ¿qué necesitas? -siguió tirando cosas a la olla.

-Ayer hablamos con una tarotista y nos dió su dirección para solucionar un problema. -la mujer lo oía pero se seguía moviendo. -Mis amigos extrañamente se convirtieron en bebés. -y una explosión se escuchó.

-Así que... alguien encontró mi hechizo perdido ¿¡y lo leyó!? -se giró en dirección al chico.

-No sabemos muy bien cómo sucedió, llegamos y ellos estaban de esa forma- aclaró su garganta pero la mujer le volvió a dar la espalda.

-Creo hechizos, pero no sé cómo revertirlos.

-¿Qué? -dijo atónito.

-Lo que escuchaste, no creo soluciones a mis hechizos. -volvió a verlo.

-Pero mis amigos no pueden quedarse de esa manera, tenemos obligaciones y no pueden salir de esa forma ante cámaras... -ella cambió la expresión neutra a una de interés.

-Oh... ¿así que son famosos? -Gyuvin se regañó internamente. -En ese caso, puedo hacer una excepción.

-¿En serio? -preguntó emocionado.

-Claro, pero todo tiene su precio. -el chico asintió, dispuesto a escuchar a la mujer. -Dos años de pollo frito y pizza gratis. -él ladeó su cabeza y la mujer sólo alzó los hombros. -Sus comidas son adictivas.

-Está bien, si ese es el precio. -ella extendió su mano y Gyuvin la estrechó.

-Ven en una semana y tendrás la solución.