Pɾoρᥙᥱ⳽tᥲ ɩᥒᑯᥱᥴᥱᥒtᥱ. (𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚇 𝙹𝚞𝚊𝚗𝚒)+18

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Pov Juani.

Es media noche.

No puedo dormir.

El cansancio me consume, sin embargo, al cerrar los ojos, muchas cosas pasan por mi mente.

Una imagen muy fuerte llega a mi cabeza cada que cierro los ojos.

De pronto estoy sobre una cama amplia. Y veo algo que me impacta.

Soy yo, frente a un espejo. Estoy desnudo y en 4, jadeando mientras me rodean por lo menos 5 pijas.

Yo las estoy chupando por turnos. Tengo una en cada mano y tres más frente a mi cara.

Claro, hay otra más cogiéndome por atrás, pero solo puedo ver el torso delgado y blanco, sin rostro, de su propietario.

Tengo los ojos en blanco y mis gemidos son ahogados por la pija gorda frente a mí que estoy chupando.

"Sos delicioso".

Escucho entre murmullos y gemidos roncos. La voz que lo dice es grave y sensual.

—¡No!

Despierto en un grito, con el sudor en la frente a pesar del frío y con una erección dolorosa que más que gustarme, me asusta.

Miro a mi habitación de hotel. Todo parece estar en silencio. Respiro hondo, recuperando un poco la calma.

—Es la tercer noche al hilo soñando esto, boludo. No puedo estar así. ¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy teniendo estas visiones?

Limpio un poco el sudor en mi cara y me obligo a levantarme para lavarme la cara.

Las visiones, las tengo cada noche. Esta es la tercera de manera consecutiva. Y siempre son así,  muy fuertes y explícitas. Me veo a mi mismo rodeado de pijas y perdido queriendo más. No sé por qué comenzó ni sé si se va a detener, pero comienza a preocuparme.

La erección no baja cuando me lavo la cara y sé qué es lo que significa.

Me acuesto sobre mi cama y me preparo. Por suerte. Traje lubricante y un juguete para estos casos. Hace precisamente tres noches que noté que ya no me puedo venir sólo con mi pija.

Mi espalda se arquea y mi mandíbula se tensa mientras el miembro de silicona se abre paso por mi hoyo y se siente jodidamente increíble.  Pero me rehúso a gemir alto, las paredes no son tan gruesas.

La pija falsa entra y sale una y otra vez, mientras yo visualizo de nuevo la escena, los cuerpos sudorosos y firmes, algunos más delgados que otros, o más pálidos que otros, pero todos son jóvenes como yo.

Unas manos firmes toman mis caderas hundiendo sus dedos en mi carne. Puedo verlo como si ese cuerpo no fuera el mío. Son manos muy grandes y delgadas. Me da un par de nalgadas y eso sólo me excita más. 

En la vida real, tengo las piernas abiertas y el consolador entra y sale sin parar. Muerdo mis labios para evitar gemir fuerte.

Entonces, esa voz profunda vuelve a mi mente. Y me vengo intensamente.

Mis piernas tiemblan, mientras los espasmos me hacen soltar un gemido sonoro, ya imposible de controlar. Mi propio semen mancha mi abdomen y justo después caigo rendido y debilitado.

Entonces saco la verga falsa de mi culo y miro a la nada, incapaz de pensar.

Cuando la consciencia vuelve a mí,  tengo más preguntas que respuestas.

¿De verdad quiero esto? Sino... ¿Por qué lo estoy soñando? ¿Es una manifestación de mis deseos internos? ¿Quién es el pibe de la voz grave? Y la pregunta que más me da miedo hacerme.