☆ 𝔸𝕘𝕦𝕒𝕔𝕖𝕣𝕠 ☆

659 38 15
                                    

La mañana siguiente a ese acalorado baile, lucía realmente tranquila.

No había nada raro al entrar al comedor del hotel y mucho menos tensión conjunta ante la expectativa por la presencia de cierto chico castaño ruloso en ese lugar.

Naah, todo bien. Re bien ¿viste?

Pero era domingo, estaba lloviendo por lo que no había planes de salir y Juani se había propuesto quedarse y meterse a la piscina o al jacuzzi.

Llevaba por ello una remera blanca, con las mangas mal cortadas que no cubría sus perfectos muslos. Y un short que podía pasar por bóxer de licra sin ningún problema por lo ajustado que era. Como si en efecto, quisiera presumir sus, hay que recalcar, realmente espectaculares piernas.

Mierda.

Esteban escupió su café y Ramu no podía controlar la tos cuando casi se atraganta con una empanada de pollo. Pipe tenía la boca abierta, su expresión no disimulaba para nada lo idiotizado que estaba mirando sus muslos. Ni siquiera sé había dado cuenta de lo obvio que era. Por suerte para él, Juani estaba ocupado saludando a Della y justo después apareció Santiago.

—Santa mierda. La re concha de su madre...

Fue Ema Parga quien se atrevió a soltar aquel comentario, mientras el distraído aludido, saludaba afectuosamente a Santi, quien lo abrazaba dulcemente y le daba besitos en la cabeza. Pero el ángulo, les daba una vista completa de sus piernas y culo.

¿Cómo hacía el rubio para pretender que no quería cogérselo igual que el resto? No es que no quisiera, se re notaba que sí, pero era bueno fingiendo.

Blas mordió su tostada para distraer su cabeza, la mermelada de ésta tendría que tener algo muy interesante para concentrarse tanto en ella.

Juani notó como todos desviaron nerviosos la mirada de pronto, cuando él se dirigía a ellos, ¿estaban ocultándole algo? ¿Por qué actuaban así de pronto? Decidió no darle más vueltas ni dejar volar su imaginación con suposiciones raras.

Se sentó junto a Blas y Ramu, su dupla de siempre. De hecho, se sentó en medio de ellos.

Olía a shampoo y fragancia para después de bañarse, y sus rulos mojados caían preciosos sobre su todavía más precioso rostro. Ramu se mordió el labio aprovechando que el ojiceleste miraba a Blas.

El pelinegro ruloso estaba perdido mirando su boca y anhelando devorarla y morderla.

Y disimulando lo más posible, ambos redirigían si vista a sus piernas, Dios, qué ganas de acariciar la parte interna de éstas. Dejarle mordidas y hundir sus cabezas en medio de ellas.

—Estás muy primaveral, chiquito. —La grave voz de Enzo distrajo los pensamientos de los dos calientes jóvenes, mientras que Juani, sonreía divertido.

Bastardo, esa sonrisa que le dedicó el ruloso era demasiado linda. ¿Qué había hecho Enzo para merecerla?

—Naah, ¿viste que tenemos acceso al  jacuzzi? Posta muero por meterme un rato, boludo.

—Entonces vamos. Yo también quiero probarlo —Enzo ni lento ni perezoso, se apresuró a apuntarse, lograba lucir impasible, relajado y completamente indiferente al menor. Ni siquiera estaba escaneando con su mirada al chico. Ramu no entendía y Blas mucho menos, como lo lograba.

Pɾoρᥙᥱ⳽tᥲ ɩᥒᑯᥱᥴᥱᥒtᥱ. (𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚇 𝙹𝚞𝚊𝚗𝚒)+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora