Pɾoρᥙᥱ⳽tᥲ ɩᥒᑯᥱᥴᥱᥒtᥱ. (𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚇 𝙹𝚞𝚊𝚗𝚒)+18

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Es temprano por la mañana. El sol ilumina con todo su fulgor sobre el paisaje, acariciando con sus colores las montañas nevadas y brindando un espectáculo de colores que es difícil ignorar por su belleza.

Excepto por Felipe.

En su atormentada y joven cabeza, todo es difuso, confuso y preocupante por la misma razón:

No recuerda lo que le dijo a Juan.

Esos malditos chocolates, tenía que haberlo adivinado cuando leyó su advertencia. Ahora, estaba rebuscando en su memoria tratando de encontrar frases vergonzosas o sacadas de contexto que le haya dicho a Juani.

Esperaba no haberle dicho que soñaba con él por las noches.

Esperaba no haber mencionado lo mucho que amaba su mirada amable, ni esos labios rojizos y gruesos que le provocaban el fuerte deseo de devorarlos.

Esperaba no haberle dicho lo mucho que lo enloquecía esa sensual mariposa tatuada en su pecho.

Esperaba no haberle dicho que fantaseaba con él y que el deseo de tocar su piel, cada vez lo quemaba más  y más.

Esperaba no haber sido un idiota, haber hecho sentir incómodo al chico y haberlo asustado.

Por Dios, no. Por favor no.

Llevando su mano grande a su rostro, se frotó las sienes tratando de relajar sus pensamientos atormentados mientras veía como se aproximaban en conjunto al set. A su lado, recargado en su hombro, reposaba Santiago dormitando un poco, Pipe recargó su cabeza en la ajena como respuesta.

Trató de calmarse, dejar de pensar en eso.

Tal vez nada había pasado.

Pero recordaba haber abrazado a Juan, y haberlo mirado MUY CERCA a los ojos... ¿se habían besado?

Resopló lleno de frustración.  No podría saberlo, pero algo había pasado, Juani estaba un poco reservado con él en el desayuno.

Mierda, sí la había cagado.

Al bajar del vehículo que los transportaba a las montañas, el frío golpeó su rostro y se encogió en sí mismo buscando neutralizar el viento helado.

Buscó a Juani con la mirada, éste estaba conversando con Blas y Ramu igual que siempre. Kuku se acercó y lo abrazó por detrás, era fácil cubrirlo, debido a su estatura. Miró con cariño el evidente afecto con que Esteban se mecía de un lado a otro, todavía rodeando al menor con sus brazos largos. Juani se dejaba querer y reía de quién sabe qué cosa dicha por el más alto del grupo.

El deseo de unirse a ellos, se hizo más fuerte.

Pero asimismo, el miedo creció.

Temeroso de la reacción de su chico al verlo ahí, sabiendo que tal vez hicieron algo en la noche, se sintió incapaz de enfrentar al ruloso y decidió quedarse ahí. 

De todos modos, fueron interrumpidos por Jota, quien quería que terminasen rápido de filmar ese día. 

La rutina comenzaba otra vez, Felipe no tuvo más remedio que posponer sus angustias personales y encarnar su papel.

Ese día, Juani no tenía escenas, sólo una.

Se pasó el resto del día charlando con los camarógrafos.

¿Era su imaginación o uno de ellos estaba acariciando demasiado el rostro rosado de Juan Ignacio?

"Es que tienes un tono de piel muy bonito, chaval"