Pɾoρᥙᥱ⳽tᥲ ɩᥒᑯᥱᥴᥱᥒtᥱ. (𝚃𝚘𝚍𝚘𝚜 𝚇 𝙹𝚞𝚊𝚗𝚒)+18

☠ ᴾᵉʳˢᶤᵃᶰᵃ ᴬᵐᵉʳᶤᶜᵃᶰᵃ ☠

Regresemos dos semanas atrás.

Un hombre de casi 30 años está limpiando una habitación de un huésped, como siempre. Como suele hacerse, cuando éste no está.

Al principio, nada es diferente.

Acomoda la cama, las toallas en el baño y deja jabones, "shampoo" y demás objetos desechables en el mismo.

La maleta del equipaje del huésped, se cayó del sitio donde estaba, y con ella, toda la ropa, estaba mal cerrada.

Alexis es el nombre del trabajador.

Maldijo molesto por su torpeza. Ahora tendrá trabajo doble.

Pronto se da cuenta que también se cayeron unas prendas de ropa sucia, que estaba dentro de una bolsa en la maleta.

Y una foto.

Una pareja madura, con un muchacho al centro, de ojos azules como el cielo.

Es el cuarto del chaval lindo que lleva semanas viendo de lejos. ¡Qué suerte!

Y en sus manos, tiene un pantalón usado.

Huele a él.

Aspira la zona en medio de las piernas. No es suficiente.

Rebusca entre las prendas tiradas en el piso. Encuentra un bóxer. Justo lo que necesitaba. Vuelve entonces a pasar su nariz y se impregna las fosas nasales de los olores que emana. Rápidamente se puso duro.

Dirige una mano a su polla dura y comienza a frotarla con behemencia. Su respiración se agita rápidamente mientras se aferra a la prenda íntima en su rostro. Su aroma le fascina y comienza a imaginar su cara en medio del culo del chico.

Un par de sacudidas más y se viene, son apenas unas gotas, por suerte.

Se levanta y con la prenda en manos, guarda las demás. Alcanza a descubrir entonces un bolsillo dentro de la maleta.

Lo abre sin pensarlo.

Y dentro encuentra un dildo de silicona, de un color claro. Su muy sucia y perturbada mente, comenzó entonces a imaginar lo que hacía con ese dildo. Si no acabara de correrse, estaría duro de nuevo. Sin embargo, no dejaba de imaginar ese culo redondo metiéndose la verga plástica una y otra vez.

Tratando de despejar su mente cuando su jefe le llamó para regañarlo, Alexis se levantó, llevando consigo el calzoncillo, luego de dejar impecable la habitación del hotel. Lista para que el delicioso chico hiciera uso de ella.

Pero se tropezó con la pata de una mesa.

Y entonces, sin querer golpeó una de las paredes, provocando que un hueco en la pared apareciera.

Era una puerta falsa escondida desde hacía años. Estaba llena de polvo y en su interior, había un espacio de más o menos un metro de largo por otro metro de ancho, podía estar de pie adentro. Había una trampilla en el piso de ese hueco que seguramente conducía a la salida, pero estaba sellada y oxidada. La puerta tenía un pequeño hoyo, desde donde podía verse perfectamente toda la habitación y hasta parte del baño.

Sonrió triunfal, no era la primera vez que encontraba un espacio así en ese hotel. Sabía que podía usarlo para espiar.

Por eso, se dedicó a observar los horarios del guapo muchacho los siguientes días, era latinoamericano obviamente, pero no estaba seguro su procedencia ni le importaba. Su cuerpo delicioso era todo lo que necesitaba conocer.

Comenzaron a pasar los días, tiempo que usaba para investigarlo.

Miró sus horarios y si frecuentaba entrar con alguien. Era del grupo de actores que estaban filmando una película y era evidente su juventud... así como su amor por meterse cosas en el culo a juzgar por el dildo que había encontrado.