Capítulo 11

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La Amante

El Clan Ardlay ya tenían organizado la fecha del enlace, los medios de comunicación lo llamaron el evento del siglo; para Ardlay y su manager personal George Villers y cuñado Vicent Brown era la crónica de una muerte anunciada, aún así para el Joven Patriarca William Ardlay era el momento de su venganza.

Cuando fue el día del enlace por el civil en la recámara del Patriarca, el joven se tomó media botella de Whisky para agarrar valor; George y Vicente le mencionaron que el juez había aceptado el dinero, sólo faltaba que estuviera ante el presente.

Al llegar al altar, y esperar el arribo de Eliza Reagans que lucía un vestido corte princesa espectacular, ahí miró a Stair y a Patricia, con ellos arreglaría las cosas la próxima semana.

Durante la ceremonia Albert añoraba a Candy, la extrañaba, pero  sabía que tenia que sacrificarse para qye dejaran en paz a la familia Martin White, y derramó un par de lágrimas, al finalizar la ceremonia y estampar las firmas los presentes pidieron el beso que sellaría su unión, aunque Albert se negó, en un principio y ante los asistentes y la petición, se acercó a Eliza y le dió el tan anhelado beso, pero sería un desastre por qué la mordío en un gesto de casi arrancarle el labio, y la hizo sangrar y la tomó del brazo euforico para salir del lugar y comenzar la guerra contra el clan.

El Clan Ardlay se mostraba preocupado al ver el labio ensangrentado de la Peliroja, pero pensaron que sólo era la alegría del momento y se dirigieron al lugar de la recepción, pero Eliza y Albert nunca llegaron al lugar, la Matriarca Elroy y Sarah al ver que se demoraban, se tuvieron que disculpar con los presentes ante la desaparición de los nuevos esposos, planteandolo como que la pareja no quería esperar mas tiempo para consumar su unión, Stair durante dos horas llamaba insistentemente a Albert y a Eliza, sin tener respuesta alguna, pues Anthony quien tenía ambos celulares los apagó.

Mientras Albert, ordenaba a George quien iba manejando el auto se dirigía a un bosque, el rubio al ver las gotas de sangre en el vestido de Eliza, sonrió socarronamente y le dijo: -Bienvenida a mi infierno.

Al llegar a un lugar a las afueras de Nueva York, Albert, encendido de furia tomó de la mano de Eliza y la saco del auto a empujones y le pidió a su asistente que se retirará y tomando de los cabellos a Eliza, la arrastró hasta adentro de aquella casa, la Peliroja  se resistía con fuerza y aunque Eliza lloraba implorando ayuda, El Patriarca mencionó: -Grita todo lo qué quieras Eliza aquí nadie te va a ayudar, no hay nadie, sólo seremos tú y yo, y la llevó a  rastras escaleras a arriba dónde se encontraban un par de habitaciones y la tiró  sobre el piso diciéndole que ese sería su lugar, le dijo que parará de llorar, qué ella asumiera la responsabiludad de sus actos, por primera vez, ella sabía qué  él no la quería y ella insistió en metersele a la fuerza, ahora le tocaba masticar y tragar; ella se paró y se avalanzó sobre la puerta, y él se interpuso dándole tremenda bofetada, tan fuerte fue, qué de aquel impacto se desmayó, y él salió de ahí y la encerró en aquella recámara con doble llave, para  después ir a la biblioteca y disponerse a trabajar.

Mientras Candy, era aceptada en una organización de Médicos especialistas en Disautononomia  conocido como Síndrome de Ehler Danlos en la región de Cachemira en la India, al llegar a aquel lugar su corazón se encogió,  sabía que esa región con tantas necesidades era perfecta para poder olvidar a su gran amor.

Continuará

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